Capítulo 10

1.7K 169 82
                                    

Me quedé unos segundos dubitativo, reflexionando, tratando de recordar a alguien de mi pasado como él pero nada venía a mí, no había ningún Jack Conway en mi lista.

Gustabo: ¿Quién eres...? -arqueé una ceja-
Conway: Yo vivía en Miami. Yo acudía al mecánico en el que trabajabas y me arreglabas el patrulla. Yo antes de mudarme aquí y ser superintendente fui alumno, el alumno Brett Adams.
Gustabo: ¿Adams...? -dije con notoria sorpresa cuando escuché aquel apellido-
Conway: Lo sé, Gustabo, tienes muchas dudas.  -se colocó detrás de mí- ¿Pero sabes qué pasaba? Mi rostro siempre lo cubría un pasamontañas negro como bien recordarás porque a la hora de enterarme de mafias y venta de droga, ahí sí que entraba Jack Conway y no Adams. ¿Entiendes?
Gustabo: Pero nunca pensé que usted fuese el superintendente en Los Santos.
Conway: Las cosas cambian con esfuerzo y dedicación, Gustabín. Aunque también me metieron aquí por interés del CNP.

Se agachó en frente de mí, mirándome fijamente y por primera vez se quitó las gafas. Entonces el rostro de aquel alumno de policía que tanto pasaba por el mecánico cuando trabajaba, era él...

Gustabo: Entiende que no le haya conocido, superintendente. Tenía 17 años y nunca vi su rostro.
Conway: 17 añitos Gustabo... y sin duda pasaba por ahí bastante ¿verdad? Incluso diría que demasiado.

Hice una expresión de confusión. Tenía razón, prácticamente a diario lo veía por allí. A veces lo atendía yo mismo u otros compañeros, pero no entendía la finalidad de sus palabras.

Gustabo: ¿A qué se refiere?

Se rio bajo y sonrió mientras me tomaba del mentón. Su contacto con mi barbilla y su aproximación tan cercana hizo que mis músculos se tensaran notablemente.

Conway: Mi pequeño rubio...iba a verte a tí.

Mis ojos se agrandaron mientras noté mis mejillas sonrojarse sin yo querer. No quería demostrar mis pensamientos sobre su atractivo físico frente a su declaración, no delante suyo.

Conway: ¿Qué? ¿No te has dado aún cuenta de que soy tu puta sombra vayas a donde vayas?

Su mano pasó de mi mentón a mis labios, los cuales acarició con su dedo pulgar.

Conway: Vas a ser mío, sólo mío, Gustabo. Soñaba con tener ese cuerpo que tantos deseaban para mí... y lo que quiero, lo consigo.

No sabía qué contestar, sabía que si hablaba mis palabras saldrían torpemente de mi boca y empeoraría la situación, pero afortunadamente unos pasos acercándose hacia nuestra sala hicieron que me lo ahorrara.

Conway se levantó y alejó de mí mientras se ponía las gafas de sol de nuevo. La puerta se abrió dejando ver a un Segismundo exhausto por la pelea que estaba teniendo con el agente Ivanov.

Segis: ¡Gustabo, amigo! -dijo abriendo la puerta-
Ivanov: Quédese quito de una puta vez, no se lo vuelvo a repetir. -llegó detrás de él-
Segis: Menudo pesado es este tío, superintendente. No sé como lo tiene en el cuerpo.
Conway: Vamos a ver, pescanova. Cómo coño te atreves a cuestionar mis decisiones en mi puta casa.
Segis: No, yo solo digo lo que pienso, o es que no hay libertad de expresión.
Ivanov: ¿Os hemos interrumpido, superintendente?
Conway: No, ya hemos acabado. -me miro sutilmente-
Segis: Gustabo ¿estás bien? Te veo como asustado.
Gustabo: Eh... yo...

No sabía muy bien cómo reaccionar o qué decir en ese momento, después de lo que había ocurrido segundos antes de que nos interrumpiesen. Me habría esperado de todo menos aquella confesión. Por suerte el causante del estado en el que me encontraba habló.

Conway: Lo raro aquí es que tú no lo estés, sabiendo que puedo sacarte a porrazos de aquí y empapelarte.
Segis: Seguro que le ha pegado con la porra ¿Gustabo qué te ha hecho?
Conway: No le he hecho nada, capullo. Idos a tomar por culo de aquí.

Salimos de comisaría y fuimos en el coche de Segis hasta la federal para recoger a Horacio, quien ya había cumplido lo establecido.

Segismundo hablaba de sus cosas o cantaba al son de la radio, yo simplemente pensé acerca de mi pasado como mecánico, cuando aquel agente Adams visitaba el taller. Aquel sujeto cuyo rostro no se conocía... y ahora había descubierto.

No me lo imaginé así de atractivo. Pensaba que llevaba el pasamontañas porque tenía algún tipo de deformación o problema en el rostro, pero tras la explicación que me dio todo tenía sentido.

Mi superintendente [INTENABO]Where stories live. Discover now