Capítulo 34 [+18]

1.4K 115 30
                                    

Comenzó a hacerme delirar cuando de una forma muy lenta y torturosa movió el plug de mi entrada, de delante a atrás. 

Conway: ¿Qué pasa, no querías mambo?  Lo estás gozando a que sí mariconetti.

Mis ojos se cerraron tratando de soportar el placer en aquella zona tan sensible. Mierda, necesitaba que entrase en mí ya.

Como si me hubiese escuchado, me llevó hasta las rejas y varios escalofríos recorrieron mi cuerpo al sentir aquel frío contacto con el metal cuando me apoyó contra estas. 

Me miró directamente, de una forma indescriptible y que me heló el cuerpo. Procedió a quitarme el plug y noté aquella falta de sensación dentro de mí. Su mano izquierda agarró mis dos muñecas inmovilizándolas con fuerza mientras que la derecha sostenía su propio miembro, frotándolo con mi entrada de una forma realmente exquisita y desesperante simultáneamente.

Conway: Contesta, ¿cómo de duro quieres que te folle?
Pogo: ~Hasta que Pogo pierda el control~

Él sonrió y comenzó a meter su miembro de una estocada, mi interior se iba amoldando a la forma de éste mientras sus labios saboreaban los míos en busca de acallar mis gemidos por aquella acción. 

Mi respiración era incontrolable y mis movimientos en busca de más no se hicieron de esperar. El contrario lo notó como si hubiese creado él mismo mi cuerpo y lo conociera a la perfección, aumentando las estocadas en un punto en específico, el mismo que el que previamente había tocado con sus dedos y me había hecho delirar del placer.

Me besaba y marcaba mi piel en la zona del cuello. Un sádico marcando a otro mientras lo hacía de su propiedad, una figura tan temida como la del superintendente haciendo suyo a un peligroso psicópata, era digno de una trama que por muy irreal que sonase, se estaba cumpliendo.

Cambió de posición, poniendo mi mirada hacia los barrotes, rompiendo aquel hilo de visión entre el uno y el otro, lo cual aún hizo que me calentase más al no saber qué tipo de movimientos iba a hacer en mí y que éstos llegasen por sorpresa.

Se apegó a mi cuerpo, dejando apenas algún tipo de espacio entre el suyo y el frío metal que ya no era tanto debido a la proporción de calor que había transferido mi cuerpo. Mi miembro se colaba entre las rejillas completamente ergido mientras el suyo penetraba en mí con fuerza.

Conway: Contestame a algo. 
Pogo~¿Mmmh..?~
Conway: Por mucho que seas otra personalidad de Gustabo siempre estás ahí, viendo todo lo que hace él ¿verdad?
Pogo: ~Sí...~
Conway: Cuéntame entonces... cómo se toca.

Mi memoria almacenaba todos los recuerdos de Gustabo y sabía muy bien toda aquella información, pero al igual que él me había hecho desesperar antes quise jugar yo con él esta vez.

Pogo: ¿Y si no se lo quiero decir qué va a hacer? -le pregunté con una sonrisa malvada-

Respondió con unas estocadas fuertes e intensas de nuevo en ese punto haciendo que gritara de placer. Me había salido bien la jugada.

Conway: Dímelo nena, voy a hacer que me lo cuentes. 

Aquel susurró hizo que me corriese auditivamente, aquella voz tan penetrante era increíblemente superior y le daba el mayor plus posible a su dominancia y autoridad frente a cualquiera que se encontrase delante de él. Y para qué negarlo la voz del superintendente era la más sexy que había escuchado en mi vida.

Su mano izquierda se apoyaba en uno de los barrotes para aprisionarme contra estos mientras sus estocadas aumentaban de nivel y ritmo, a la par que su mano derecha se coló entre las rejas para alcanzar a mi sobresaliente erección, la cual ya estaba empapada en presemen.

Mi superintendente [INTENABO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora