Capítulo 6

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Durante el trayecto yo me mantuve en silencio. Segismundo trataba de mantener un ambiente calmado hablando de cosas sin sentido y tratando de decirle al super que no era para tanto, mientras éste únicamente asentía en voz alta sin importarle. Nos leyó los derechos y llegamos al patio trasero de comisaria, donde nos desesposó.

Conway: Bien muñecas, contra la pared.
Gustabo: ¿Y Horacio y Trujillo?
Conway: Tus amiguitas ya están cacheadas y en la sala de interrogatorios, no te preocupes Gustabín.

Me sorprendió la forma en la que me llamó, pero me limité a acatar la orden y ponerme contra la pared con los brazos en alto y las piernas ligeralmente separadas.

Conway: ¿Por qué coño tienes tantas bebidas energéticas?
Segis: Porque me gustan, eso a usted no le incumbe.
Conway: Joder... Vale está limpio, ahora pasamos a nuestra amiga la rana Gustabo.
Gustabo: Rana Gustabo... -dije riéndome bajo-

Estaba algo tenso porque comenzó a mirar en mis bolsillos y a tocar mi torso y piernas en busca de armas o droga. Después de cachearme y ver que estábamos limpios, entramos y bajamos a las salas de interrogatorios donde estaba Horacio y me senté en la otra silla de la sala.

Conway: Bien, vosotros 3, me estáis dando el puto día. Vais a contarme qué espectáculo de mierda teníais en mente para acabar haciendo la mayor gilipollez del mundo.
Horacio: Pero si sólo salimos un rato a que nos diera el aire a la entrada del hospital.
Conway: ¿A la entrada del hospital es a 5 km en una tienda en medio de la puta nada, capullo?
Horacio: Sí, no sé tampoco hay tanta distancia.
Segis: Hombre, si lo ve desde otra perspectiva tampoco está tan lejos.
Conway: Me he recorrido media puta ciudad y todas las putas autovías para encontraros, que sois unos anormales de mierda. Sólo hacéis el canelo, capullos, QUE SOIS UNOS CAPULLOS.
Gustabo: Nos ha quedado claro super, le pedimos disculpas.
Conway: Super-intendente.
Gustabo: Es que es una palabra muy larga.
Conway: O me llamas superintendente o también puedes llamarme dios, es una forma más corta.
Gustabo: ¿Y Conway?
Conway: -se acercó a mí y me susurró- No soy tu puto coleguita como para que me llames Conway, no nos hacemos las pajas juntos.
Gustabo: Bueno...de momento. -dije en un tono bajo-
Horacio: Gustabo...
Conway: Hoy estáis dando por culo a niveles astrales. Para un día que me levanto con los cojones católicos me tiene que tocar hacer el capullo con vosotros.
Segis: Pues si hoy se ha levantado con los cojones católicos no me quiero imaginar el resto de días...
Horacio: Señor superdetergente, yo...
Conway: ¿Cómo coño me has llamado?
Horacio: Superintendente
Gustabo: Lo he escuchado, ha dicho superdetergente.
Segis: Pero Gustabo, cállate.
Conway: Levanta. De la puta silla. Ahora. -dijo sacando la porra-

Horacio se levantó dudoso de ésta mientras yo trataba de aguantarme la risa. Me encantaba putear en los peores momentos.

Horacio: PARE PARE, AAAH -se quejó tras los dos porrazos-
Conway: Anormales de mierda, os voy a empapelar. He visto las camaritas de seguridad y qué casualidad que el señor Gustabo tenía la pipa y disparó con ella. -se acercó a mí intimidándome y se agachó a mi lado. Sabía perfectamente que era una táctica que cualquier policía utilizaría para poner nervioso al interrogado y que declarase, pero no funcionaría conmigo- Y la violación fue en tu mente de salido que tienes, porque en ningún puto momento Miguelito te forzó  a nada, ¿a que sí, Gustabín?
Gustabo: ¿Seguro que era yo? Con tanta luz de discoteca yo creo que pareció que era yo pero era un tío que se parecía a mí por la ropa.
Conway: Claro que sí... -dijo en un susurro que me erizó la piel- Os va a caer un puraco que vais a quedaros pelados por anormales.
Gustabo: No, yo no fumo -tuve que taparme la mitad inferior del rostro con el cuello de la camisa como solía hacer cuando me entraba la risa-
Conway: Eres un puto anormal que solo hace el canelo. El juguetito lo tengo confiscado y os voy a meter una multa que no olvidaréis en vuestra vida.
Gustabo: Señor supervergardiente...
Conway: -suspiró pesadamente-
Gustabo: Es que vamos a tener un problema con ese nombre, ¿no le puedo llamar papu?
Conway: ¿Perdón?
Horacio: Sí papu en plan cariñoso, no es nada malo.
Conway: Y vosotros queréis que os meta la porra por el culo, ¿cierto?
Segis: No hombre, por favor.
Gustabo: No estaría mal... -dije susurrando. Hoy estaba en modo toca huevos y más con el superintendente-
Conway: ¿A sí, Gustabo? Levanta porque veo que hoy tienes ganas de mambo.

Me levanté y me llevé un porrazo. Cosa que no entendí después de todo porque a Horacio le dio más

Conway: Déjate de bromitas de mierda de una puta vez.
Gustabo: Está bien, superintendente, nosotros pagaremos lo que nos pida siempre y cuando se ajuste a la mierda de salario que recibimos como basureros.
Segis: Eso, no nos ponga 50.000 porque no lo vamos a pagar con un salario de 1000 cada día.
Conway: Ya veré cuánto os pongo. Por el momento no quiero veros hacer ninguna gilipollez, ¿entendido?
Horacio: Entendido.
Conway: Salid cagando ostias de mi puta comisaría.

Mi superintendente [INTENABO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora