Capítulo 38

972 80 24
                                    

Estaba en los vestuarios junto a Horacio para realizar un 10-10. Durante los atracos que habían surgido a lo largo de la mañana había tratado de ignorar el hecho de que sentía algo en mi interior, especialmente tras aquella reunión.

Sin embargo Horacio seguía con su fantasía de conquistar al comisario más frío de toda la ciudad.

Horacio: He planeado el invitarlo a comer pelmeni, me ha dicho que es uno de sus platos favoritos y conozco un restaurante donde los hacen de 10.
Gustabo: ¿Y cuándo pensáis ir?
Horacio: Seguramente esta noche. Se lo voy a decir ahora y si no tiene planes hago la reserva. -dijo feliz-

De repente noté lo mismo que horas antes, una vibración inesperada provocó que soltase un gemido que resonó en aquella sala.

Horacio: Gustabo mierda, otra vez no.
Gustabo: Joder, yo ya estoy pensando que es una de tus bromas.
Horacio: Seguro, ¿y cuándo te he metido yo algo? ¿mientras dormías?

Unos pasos firmes se iban acercando poco a poco hasta la puerta de los vestuarios, por lo que ambos nos recolocamos para obviar lo que estaba volviendo a suceder, pero mi sonrojo no consiguió cesar en lo más mínimo cuando por la puerta apareció la figura del superintendente.

Conway: ¿Qué miráis capullos? Vestiros coño.
Horacio: Ehm bueno Gustabo te espero fuera que ya sabes lo que tengo que hacer.

El menor salió de aquella sala dejándome con una serie de latidos irregulares controlar mi estado. Y por inercia mi mirada se dirigió a una que apenas se podía divisar por aquellos lentes oscuros.

Él tardo unos instantes para acercarse hasta mí y observar mi torso que aún se encontraba desnudo. Se bajó un poco las gafas y no pude evitar notar un escalofrío al conectar con aquellas orbes que observaban las mías.

Conway: ¿Por qué te has ido de la reunión?

Mi respiración se volvió aún más irregular al escuchar aquella pregunta. No sabía si decirle la verdad o callarme. Pero instantáneamente me delaté al notar de nuevo esa vibración.

Gustabo: ~Mmmm...~ Me es complicado explicárselo, super...
Conway: ¿Qué te pasa capullo? ¿Se te está poniendo tiesa?
Gustabo: Fue usted ¿verdad?

Su sonrisa lasciva contestó todas mis dudas. Noté más mi nerviosismo cuando tomó mi barbilla y acercó sus labios para rozarlos con los míos. Su mano agarró con fuerza mi pantalón para atraerme hacia él.

Conway: Gustabo. Esto sólo ha sido un aviso, no tienes ni puta idea de lo que te espera este fin de semana. -me dijo con tono amenazante-

Mis piernas flaquearon...





Narra Horacio

Salí de aquella sala verificando que efectivamente lo del control remoto había sido Conway. Por algo vi cómo tenía en el bolsillo un pequeño mando.

"No conocía esa faceta tan hot de papu"

Busqué a Volkov para encontrármelo en las celdas donde se hallaba desesposando a un tipo enmascarado al haberlo metido en una de ellas.

"Ojalá me esposara a mí"

Le propuse la idea a lo que aceptó tímidamente. Adoraba que los planes saliesen bien, así que me despedí feliz no sin antes fijar una hora y cómo nos encontraríamos. Salí de comisaría feliz y lo primero que hice fue llamar al restaurante para reservar. Fui a mirar alguna tienda para buscar un outfit que me hiciese brillar aquella noche, sin duda estaba muy nervioso pero emocionado al mismo tiempo.

Recorrí varias de mis tiendas favoritas hasta que por fin me decanté por un traje azulado que combinaba increíblemente bien con mi cresta plateada. Después de tanto tiempo mirando muchos trajes ese era el perfecto, parecía hasta que estuviese diseñado para mí.

Pagué y me dirigí al apartamento el cual se encontraba aún vacío. Gustabo todavía no había llegado, por lo que decidí enviarle un mensaje de texto.

Horacio: Guarro, ¿por dónde estás? Ya estoy en casa, pero a las 8 he quedado con V para ir a cenar. Me voy a preparar que he comprado un traje que madre mía...ahora te mando foto. Si vas a estar con papu mucho más avísame si quieres que te vaya a buscar luego, pásalo bien bebé <3

Me puse el vestido, me maquille, me peine la cresta, me puse un piercing acorde a mi vestuario y me hice una foto en el espejo para enviársela a Gustabo.
Finalmente me coloqué un toque de mi perfume favorito, el cual Perla también adoraba. Como no, rápidamente sus patitas se escuchaban acercarse hasta donde me encontraba para mirarme contenta mientras movía su cola de lado a lado.

Horacio: Perla, ¿te gusta mi outfit? A que voy re-fachero.

Hice un giro de 360º para que pudiese observar todo, como si me pudiese contestar a mis preguntas. Ella simplemente ladró en forma de aprobación para subirse a la cama donde me senté para acariciarla hasta que fuese la hora de irme.

Horacio: ¿Tú crees que Volkov puede sentir algo por mí? En el fondo tengo miedo de que no sea así, quiero decir, el otro día en su casa lo pasamos muy bien, conocí una faceta suya que nunca antes había visto más allá de su apariencia fría de comisaría que tiene con todo el mundo. De hecho no sabía ni que le gustaba el anime ni que tuviese ese tipo de gustos. Por cómo se comportó conmigo el otro día creo que me dio a entender que no abre apenas su corazón a nadie...pero confió en mí para contarme todo, para ver una de sus series favoritas e incluso para invitarme a su casa.

Perla ladró y la acaricié. 

Una vez en el restaurante no podía dejar de mirar a aquel ruso. Desde que había entrado siendo guiado por el camarero no había podido enfocar mi atención en otra cosa que no fuese en él con su precioso traje gris que tan bien le sentaba.

Sin duda me esperaba una noche de ensueño.

Mi superintendente [INTENABO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora