Para él©

Capítulo 15

Guardó sus cosas dentro de su mochila para luego salir a paso rápido del colegio. Daysi se despidió con la mano de lejos y Abbie sonrió nerviosa.

Debía ser más cuidadosa.

Cruzó la calle y cuando vio que nadie estaba a sus alrededor sacó la peluca y se la colocó, de la misma manera una gafas de su padre que le hacían ver mosca dentro de un bote de la basura.

Daba igual si parecía loca, él la esperaba.

Tomó un taxi de color, y minutos después se encontraba frente a Bills. Había hecho lo mismo, a diferencia de que tenía un bigote falso con pelo de perro. Se veía chistoso.

—Te ves... asquerosamente hermosa —masculló él, sonrió.

—Bills Campbell, perdón — Abbie tapó sus labios —Billy Chauhtémoc, se ve exquisito.

—Sigo pensando que ese es un apodo terrible.

Haló su cintura y la besó.

—Si que lo es, ni siquiera sé si lo estoy pronunciando bien —le dio un beso a su nariz y ambos sonrieron —Hola...

— Hola... Carol Valdez.

Abbie soltó una carcajada mientras lo tomaba de la mano y entraban al cine.

Habían formado nombres claves para comunicarse entre la multitud de la gente, además de librarse de la rivalidad entre sus familiares.

Si, él caos había comenzado.

—El nombre de tu prima sí es común. —él asintió —Lo siento por tardar, la maestra no se apuraba. Además me coloqué nerviosa transformándome.

—Todo por el bienestar de nuestra relación, no importa. Buscaría más métodos para verte y tenerte en mi vida.

—Gracias por no dejarme sola.

—¿Cómo iba hacerlo si serás la madre de mis hijas?

Abbie se sonrojó y pararon a besarse.

Diana le había prohibido verse con Bills, aunque ambos adolescentes les valió los regaños y decidieron luchar por lo que querían.

Casarse.

—¿Estas entendiendo? —Bills negó triste.

—Recuérdame para la próxima no dejar que elijas la película. Las de acción no son lo nuestro.

—Solo quería ver algo nuevo.

Abbie suspiró.

—La sala de al lado están dando piso de soltero.

—¿Sabes que debemos hacer para que sea más interesante? —susurró Bills pasando un brazo por detrás del asiento, Abbie volteó a verlo intrigada —Besarnos.

—¿Aquí?

Acercaron sus labios —Sí, aquí — Abbie se apartó —Ven aquí nena.

La tomó del cuello besando sus labios, Bills abrió sus ojos viendo su alrededor. Habían escogido los asientos de atrás, nadie los veía. Suavemente metió su mano en la falda de Abbie, sintió su braga ajustada a su pelvis.

Siguió acariciando sus piernas y bajó sus besos al cuello. Lamió y mordió varias veces el mismo lugar, dejándole una hematoma pequeña.

Abbie se cansó de ser tocada cautelosamente, tomó con firmeza la mano de Bills y la posicionó en su entrada.

—Tócame, por favor —susurró agitada.

Media hora después la película ya había terminado, Bills se levantó del suelo con sus labios rojos e hinchados. Las personas ni siquiera lo notaron.