Capitulo 25

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UN AÑO DESPUÉS

Febrero 19/2000

Después de eso, Abbie cortó toda comunicación con Bills. Tapó su ventana por completo e hizo de ella solo un cuadro pintado por Sally.

Ya se había acabado todo y pensar en aquello solo la iba a dejarla atrapada en el pasado y no, ella debía seguir.

Se paró en el espejo y delineó sus labios con lápiz vino, tenía una salida con Frank. No, no era romántica.

Frank era gay.

Pero si una cita como amigos, Frank ya se había hartado del comportamiento de Abbie y empezaba a sacarla de casa todos los fines de semana para así despertar su alma y que no esté tan muerta.

Abbie al principio se negó pero de todas maneras empezó aceptar.

El sonido del auto sonó a las afueras de su casa, ya había llegado. Esta vez iban a una fiesta con sus amigos, tenía muchos nervios por las personas que estaba a punto de conocer.

¿Y si no era lo suficiente graciosa para encajar?

¿Otra vez estaba dependiendo del que dirán del resto? Aquí vamos de nuevo...

Agarró su bolso y salió de casa, sus padres la miraban desde la ventana y sonrieron mirándose entre sí.

—Estas muy hermosa Abbie, no puede ser. —Abbie sonrió y se subió al auto. —Te van a llover pretendientes.

—¿Más?

Frank alzó una ceja. —¿Más? Apenas has tenido un novio.

—Franklin ya hablamos de eso. —habían acordado no nombrarlo.

—No lo nombré cariño, tu solita lo piensas. —prendió el motor y miró su retrovisor, Abbie esperó pacientemente que el auto avance. —El cinturón, no quiero que mueras e ir a la cárcel.

A medio camino se detuvieron para comprar botellas de vino, no pensaban llegar con las manos vacías. Abbie de paso llevaba un pastel de naranja, a Frank se le había antojado.

—¿Está bien mi vestido? —preguntó mirando sus piernas. —¿No es tan corto?

—¿Llamas vestido corto o uno que te llega a las rodillas? —carcajeó. No podía usar vestidos o faldas más cortas, sus cicatrices eran muy notorias. —Si, solo desata un botón de tu pecho. Te verás más linda.

—Pero se me verá medio pezón.

—Seguridad cariño, seguridad. —habló. —Prométeme que no me sacaras a media fiesta y nos quedaremos hasta las cinco de la mañana bebiendo.

—No puedes beber, tienes que venirme a dejar. —golpeó su nuca. —¡Mira la calle!

—De acuerdo, de acuerdo. —ella negó con la cabeza riendo.

Cuando llegaron al lugar, Abbie llamó la atención de todas las personas, mujeres y varones. Con incomodidad, Abbie pasó sus manos por sus muslos, secándoselas. Se encontraba muy nerviosa.

Frank la tomó de la cintura y la introdujo más, saludando a todos con una sonrisa, muchos de ellos la halagaron. Estaba acostumbrada a los piropos, pero aun así la hacían poner nerviosa.

Le ofrecieron una copa de vino y la aceptó con mucho gusto, poco a poco se iba acoplando, disfrutando de esas personas desconocidas. Hasta que se sintió vigilada.

Volteó con disimulo a todos los lados, hasta que su mirada se posó en un hombre, también la estaba mirando. Era alto, moreno y con cabello rizado.

Sentía que lo conocía.

Para él©Where stories live. Discover now