Capítulo 16

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ADVERTENCIA: Contenido (+18)

El clima estaba a veinte cuatro grados C. Abbie secaba el sudor de su barbilla con las prendas que metía en la mochila. Se sentía nerviosa. Iba a ser la primera vez que dormía fuera de casa.

Sostenía de paso una sonrisa en situación de amartelados. Abbie giró su rostro cuando Bills trepó la ventana y caminó hacia ella ayudándole cerrar su mochila.

—Hola —ella le dijo.

—¿Llevas lo necesario? —asintió sonriendo —Entonces andando.

Abbie arqueó una ceja, notaba algo extraño en él.

—¿Puedes darme tu mochila?, necesito guardar algo. —Bills dijo.

—Dame, yo lo hago.

—No, yo lo quiero hacer —la voz gruesa del chico sonó.

La pelirroja le estiró la mochila de forma lenta, estuvo a punto de agarrarla cuando ella retrocedió. Unos envoltorios —preservativos —cayeron al suelo.

Bills bajó rápidamente a recogerlos, Abbie seguía anonadada. No le asustaba el hecho de que nunca había conocido unos preservativos, su temor era eso.

— Abbie ... —Bills dejó un beso en su frente —¿Estas lista?

Hubo un silencio, ella se acercó aún más a su rostro.

—Estas muy agitada —pronuncio él.

Abbie miró sus labios ansiosa, deseaba preguntárselo.

—Esta noche... —susurró lentamente —¿Esta noche me harás el amor?

En el momento de suspenso Bills no sabía que responder, su piel se erizó y una gran erección empezaba a crecer en sus vaqueros. Ahora él se encontraba agitado, tanto que Abbie podía ver su pecho subir y bajar.

—Si —acarició sus labios con su pulgar, tragó saliva y habló firme. —Lo haré.

Ella apartó su mirada ya se encontraba lo suficiente excitada para seguirlo viendo a los ojos. Pero aun así habló. —Necesito que me quites las bragas. —fue directa.

Bills se acercó y acarició sus piernas. Abbie aprovechó a besarlo, sus labios eran paraíso puro.

Reprimió un gemido cuando sintió su tacto.

La tela resbaló sus piernas y sintió un viento frio en su entrada, Bills subió su mirada y le dio un corto beso en medio de las piernas.

—Estamos listos ahora sí.

Eran ocho y media de la noche Y como situación extraña, ninguna persona se encontraba en la calle.

Ambos iban tomados de la mano, Bills volvió a mirar su reloj impaciente. Llegaron y esperaron en una vereda, no pasaba ningún auto.

Abbie quiso preguntar a quién estaban esperando, pero segundos después unas luces apareciendo en medio de la oscuridad. Un chico moreno de estatura media bajó y le tiró las llaves el auto.

—Hola hermano—se saludaron palmándose sus espaldas.

Auch, parecieran que se iban a explotar sus pulmones.

—¿Ella es tu novia? —Bills asintió —¿Cómo se encuentra señorita? Soy primo de Bills.

El chico le hizo una reverencia a Abbie, era primera vez que ella conocía a un familiar de su pareja y veía que lo respetuoso era de hereditario.

—Hola.

Saludó.

—Dios, que voz tan dulce tienes.

Para él©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora