Capítulo 19

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Esa tarde lo arriesgó todo.

Bills llevó sus dedos hacia su cabello peinándolo, se empezaba sentir abochornado pero no podía dar un paso atrás. Sostuvo firmemente el ramo de rosas y suspiró.

Golpeó la puerta de la casa de Abbie.

Una gota de sudor le cayó sobre el cuello, su pie izquierdo no dejaba de moverse sobre el piso, estaba muy nervioso.

Una figura masculina apareció, era Will. Su rostro se contrajo y preguntó.

—¿Qué haces aquí? —Bills abrió la boca pero al ver al señor Roux, la volvió a cerrar.

— ¿Bills? —pronunció él.

— Vengo hablar con todos ustedes.

—¿Sobre?

—Sobre mi relación con Abbie.

Ambos carcajearon, pero él lo decía enserio. Bills mantuvo su seriedad y el señor Roux palmeó su hombro.

—Vete a casa muchacho —intentó cerrarle la puerta en la cara pero el golpe colapsó en el brazo de Bills, impidiéndolo.

—No.

Roux arrugó su entrecejo, confundido.

—¿Esto no es una broma?

—Si me permite, quisiera casarme con Abbie.

Luego todos se encontraban alrededor de él en medio de la sala, Abbie aun no salía de su cuarto. Bills empezaba a cuestionarse si lo que estaba haciendo estaba bien.

Roux jugueteaba con su periódico pasando hoja tras hoja, ni siquiera estaba leyendo ninguna letra. Solo intentaba despejar su mente y no entrar en un colapso.

Por otro lado, Diana se encontraba en el cuarto de Abbie junto con Sally discutiendo lo que ocurría. Se escuchaban gritos.

—¿Sabes lo que haces? ¿Estás seguro? —Will le susurró.

—Completamente. —sonrió — Abbie no necesita ser secreto de nadie.

—De mi parte, eres bienvenido a mi familia —pronunció.

—Te lo agradezco.

Bills vio la puerta del cuarto abrirse y Abbie salió disparada hacia su dirección. Agarró su mano y la haló toscamente.

—Vete. —le dijo con seriedad.

—No Abbie, ya no. Quiero hacerlo bien esta vez.

—¿Qué diablos estás hablando? —cuestionó luego de soltar una carcajada, miró a sus padres —No sé de lo que habla. No tengo ya nada con él.

—¿Lo estas negando? —se levantó encarándola —¿Estas negando todo lo que pasamos?

—No pasamos nada, ¿de acuerdo? Nada.

—Me quiero casar contigo, me basta los tres o más años que te conozco para darme cuenta de que tú eres la mujer que quiero en mi hogar y que sea la madre de mis hijos.

—Estas demente, tu no me pedirás nada esta noche porque lo nuestro ya concluyó hace meses atrás.

Todos tenían sus ojos bien puestos en la pareja.

—¿Entonces quieres decir que miente? —Roux preguntó mirando a su hija y dejando el periódico a un lado.

—Si.

Ella dijo.

—Por supuesto que no, Abbie es mi enamorada y siempre lo ha sido.

—Deseo que te vayas de mi casa. —su miraba mostraba temor y enojo —No puedes venir a la nada y decir tonterías.

Para él©Where stories live. Discover now