Capitulo 7

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Caminaban por el puente donde se conocieron, el estómago de Abbie explotaba de chispitas cuando entrelazaron sus manos como una pareja oficial.

Aunque no lo decían, morían por darse un beso, saborear los labios rosados de su querido. Abbie pensó que era el momento pero Bills se alejó de ella y corrió brincando sobre las barandillas del puente.

La pelirroja soltó un grito y lo detuvo de su tobillo.

—¿Siente lo que yo sentí cuando la vi aquí?

—Deténgase.

Hubo un silencio, Bills sonrió y una lagrima cayó a su mejilla. Él sufría y mucho, no eran esos problemas de adolescentes, ni mucho menos chiquilladas.

El comportamiento de su familia cada vez le robaba energía hasta dejar restos de él. Un hilo a punto de romperse.

— Abbie, no soy lo que cree.

—¿Quién es usted? —le volvió hacer la misma pregunta que le había dicho ese día.

—El chico con problemas familiares severos, soy alguien que oculta sus moretones tras el maquillaje. —el corazón de Abbie se detuvo al escuchar un sollozo —Soy el que intentó terminar con su vida en una navidad...

Abbie no podía creer que él lo había dicho —¿Qué?

—Me encontraba solo en casa sentado sobre mi piso, tenía unas tijeras de cabello en la mano mientras la abría y la cerraba queriendo averiguar quién era en esta vida. Lo iba hacer, esa tijera iba a traspasar mi garganta porque no tenía nada más que hacer aquí, pero supe que era más fuerte que cualquier otra cosa porque con todo el valor que tuve me paré y tiré esas tijeras al basurero. —suspiró —Mi madre llegó con mis hermanos y ni siquiera me preguntó él porque estaba llorando, yo solo la abracé tan fuerte que sentí que me había quedado por el amor de ella, pero no fue así. Necesitaba tocar fondo para abrir los ojos y desde ese día supe que no me podía ir.

—¿Por?

—Porque sabía que la iba a encontrar.

Bills la miro de reojo y le dio una sonrisa ladeada.

—¿Soy su felicidad? —él asintió — ¿Y si me voy?

Bills bajó del puente y sonrió.

—Al menos tuve la suerte de conocerla y sentir las ansias de levantarme de mi cama para ver lo más bonito del mundo.

Abbie lo miró y rozó su dedo por las ojeras del chico, secando sus lágrimas y que dejara de llorar. Ella se posicionó en medio de sus brazos, acostó su cabeza en el pecho y sin abrazarse Bills cerró sus ojos sintiéndola.

—¿Dónde ha estado? —él preguntó.

—Esperando... — Abbie respondió cerrando sus ojos mientras apretaba sus puños.

Lo iba hacer.

Abbie se separó unos centímetros, con sus manos temblorosas tomó la cadera de Bills y se empinó a la altura del rostro. Ambos miraron sus labios y respiraron el mismo aire.

Acarició la nariz de Bills con la de ella, abrió sus labios poco a poco y cuando estuvieron a punto de hacerlo sonó un estruendo en el cielo haciendo que Abbie se apartara asustada.

—Creo que deberíamos irnos, ya es tarde. —Bills dijo soltando un mini gemido.

Abbie se encontraba sin habla, en su mente pasaba escenas de lujuria que la provocaban agitarse, haciendo que su pecho suba y baje descaradamente.

—Por Dios... si lo hago, no me voy a detener. Pero soy un caballero y aunque en este momento quisiera deshacerme de esa palabra y tomarla haciendo mis pensamientos más prohibidos sin que en mi mente pase que usted es una dama... necesito contenerme y no ser un salvaje.

Para él©Where stories live. Discover now