Capítulo 22: Duros compromisos

24.8K 2.8K 680
                                    

Seguía pidiendo demasiado. Aun luego de haber escuchado al magister y haberme levantado para dejarle un momento a solas con James, continuaba pareciéndome demasiado lo que pretendía. No podía pedirme que confiara la seguridad de mi pueblo en un brujo, que pusiera millones de vidas en manos de James sin importar quién fuera. ¿Por qué ellos tenían tanta dificultad en entender eso? No le confiaría decisiones que pudieran afectar a toda mi gente a nadie, ni siquiera a Vali si debía ser sincera. El prins y yo parecíamos tener distintas prioridades, siendo la suya mantener viva la línea de sangre a cualquier costo.

Me detuve junto a Robin intentando no pensar cuánto rato llevábamos aquí, o cuánto podría ser en el mundo de los vivos considerando que el tiempo no existía en el Helheim. Al menos él no lucía como si estuviera mal, pero el problema con Robin era que resultaba muy bueno callando secretos y pretendiendo que no le afectaban. Holland fingió estar distraída con un violinista cercano, mientras esa bruja se mantuviera en mi vista por mí podía buscar al rey de Inglaterra. Las personas se equivocaban tanto al creer que yo era la más fuerte de las dos, ella me había seguido al Helheim sin vacilar y ni siquiera había parpadeado mientras yo no podía esperar a salir de aquí.

—¿Cómo te sientes? —pregunté.

—Yo causé su suicidio de algún modo. ¿Verdad? —dijo Robin y me encogí de hombros.

—Sí y no, si algo he aprendido en todos estos años es que la muerte es cobarde. Te hace creer que ha sido tu culpa. Una astuta mentirosa, cogiendo lo que quiere y acusando a otro como si tú hubieras perdido algo en vez de ser robado. Tú sabes mejor que nadie a cuántos he perdido del mismo modo, pero he aprendido a comprender que son sus decisiones y no mías. Sí, lo odias, pero no puedes hacer nada para cambiarlo. Y no puedes pasar el resto de tus días culpándote al respecto tampoco. Robin, estuve allí, frente a frente con él, hablé con él como si fuera otra vez más, y en todo ese maldito rato no noté que estaba envenenado. Lo sostuve mientras se moría, y no pude hacer nada. ¿No crees que yo tengo más motivos que tú para culparme?

—Ya sabes cómo lidiar con la pérdida.

—Aprende esto, nunca te acostumbras al dolor o aprendes a lidiar con la pérdida, porque la muerte ataca cuando tienes la guardia baja y te quita sin piedad aquello que más te importa. Eres atemporal, tendrás que pasar por esto lo que dure tu vida, porque para los demás el tiempo sigue corriendo. ¿Qué harás entonces cuando todos a los que conoces ahora lleguen a su fin? La inmortalidad requiere fuerza. Has visto cómo se puso Vali, y su hermano lleva milenios muerto. ¿Realmente quieres que te diga a cuántos que he llamado padre he perdido? ¿Recuerdas a la niña que conociste la primera vez? Cientos han sacrificado su vida para que yo pudiera continuar.

—¿Cómo haces? ¿Cómo sigues adelante luego de algo así?

—Te obligas a hacerlo. Un brujo me dijo una vez que sonriera por cada sonrisa que otro resignó al sacrificarse por mi vida. Era un buen consejo. Aprendí que solo perdemos gente si lo permitimos —dije y golpee suavemente mi cabeza—. Nadie puede quitarme mis recuerdos.

—Sabes que no soy bueno lidiando con la pérdida.

—Nadie lo es, pero algunos sabemos ocultarlo mejor que otros. Vivo de las falsas apariencias, James es demasiado orgulloso como para mostrar su dolor. Si ambos estamos metidos en un juego de política, no podemos permitirnos el lujo de mostrar sentimientos que otros podrían ver como debilidad. Pero tú siempre muestras exactamente lo que sientes, eres sincero, y esa es una de las cosas que más me gustan de ti.

—Piensas demasiado bien de los demás, y demasiado mal de ti —dijo Robin calmadamente y reí.

—Nah, creo que tu hermano es el mayor idiota del mundo, incluso peor que yo.

Inténtalo si puedes (Trilogía Nina Loksonn #2)Where stories live. Discover now