Capítulo 12: ¿Fraternidad? ¿Dónde?

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—Es sexy —murmuró Holland

La miré mientras me abstenía de hacer una cara de asco al beber mi té. ¿En serio los kitsunes no tenían nada mejor para desayunar? ¿Se suponía que debía disfrutar del agua saborizada con hierbas? Mataría por un café, o un chocolate caliente, o cualquier otra cosa que un miserable té. Holland, por otra parte, lucía tan complacida como solo ella podía actuar con toda la maldita onda zen. Estaba segura que ella estaba disfrutando de este trato. Los kitsunes no habían escatimado en nada al momento de cumplir las palabras de Vali sobre darles un hospedaje a los brujos que los hiciera sentir culpables por cómo trataban a nuestro tipo.

Holland estaba encantada con su habitación temporal, y su baño de hierbas aromatizantes, y el desayuno ridículamente natural. Debí haber traído a esta chica a las tierras orientales antes, definitivamente ella disfrutaba todo el rollo de paz interior y exterior. Y seguía mirando a Vali y Kian quienes continuaban practicando esgrima delante de nosotros. Sabía que al principio las intenciones de mi amiga habían sido puras con ese asunto de buscarme para desayunar juntas y pasar un rato en nuestro bastante abandonado y descuidado tiempo de chicas; pero tan solo le creí la mitad cuando dijo de desayunar en ese mismo sitio así podía volver rápido a la práctica.

Ciertamente quería regresar a mi juego de espadas, pero no podía negar que la vista no era buena. No cuando Kian se sacó su camiseta para continuar. ¿Por qué demonios le había dicho que no viniera a mi habitación la noche anterior? Él se movía bien, demasiado bien. Sus ataques eran precisos y rápidos, sus pies conocían el baile del duelo a la perfección, y su sonrisa era perfecta mientras disfrutaba de la pelea. Vali no tenía problemas en seguirlo y demostrar por qué los Loksonn teníamos la fama de nunca haber sido vencidos. Ellos dos no estaban más que jugando, retándose con diversión y practicando.

—Oh, créeme que no es tu tipo.

—¿Por qué no?

—Drapsmann. Asesino de elite, servicio secreto de Rike, llámalo como demonios quieras pero es del tipo que vive para matar. Responden únicamente a un Loksonn.

—De hecho, me refería a tu hermano —dijo ella y casi me estremecí.

—Sigue siendo extraño escucharte decir eso.

—A ti no parece resultarte extraño llamarlo así.

—Los cambiaformas nos llamamos hermanos sin importar si compartimos sangre o no, por supuesto que no me resulta extraño y es un Loksonn. Pero escucharte a ti decir que mi hermano te parece sexy...

—Lo es. Y es muy amable también. Se pasó esta mañana a saludarme y preguntarme si estaba todo bien o necesitaba algo.

—Sabes que si un cambiaformas dice sin sentimientos, eso jamás cambiará. ¿Verdad? —pregunté y ella se encogió de hombros.

—Está bien para pasar una noche.

—Tú no eres del tipo sin emociones de por medio. Y no pienses que puedes cambiarlo porque no es así. No esperes algo serio, no de un cambiaformas.

—Lo siento, señorita es complicado —dijo ella sonriendo con diversión.

—¡Y no te atrevas a usar ese argumento!

—Bueno, tú ciertamente eres la prueba que un cambiaformas puede involucrar sentimientos.

Desvié la mirada y mascullé una maldición en nórdico. ¿El problema de haber tenido a Holland por años como mejor amiga? La bruja sabía leerme con demasiada facilidad. ¿Tan evidente era que nunca había respetado esa regla con Robin? No sabía hasta qué hora me había quedado con Robin la noche anterior antes de arrastrarme de regreso a la cama, solo sabía que hablar con él sobre el magister había ayudado a aligerar el dolor de su ausencia. Se había quedado con la gruya, el muy maldito, pero yo siempre podría hacer otra aunque no atesoraría el recuerdo de ese momento.

Inténtalo si puedes (Trilogía Nina Loksonn #2)Where stories live. Discover now