Capítulo 30: ¿Guerra o paz?

22.7K 2.8K 364
                                    

Fue el grito de James lo que me obligó a abrir los ojos. A pesar de no estar dormida me hubiera gustado poder evitar la realidad un rato más. Mascullé una maldición y enterré mi rostro en la suave almohada mientras me despedía de la tranquilidad. Había sido bueno mientras había durado, pero el maldito presente no se detendría solo porque yo lo quisiera. Excepto... Nah, ya había tenido suficiente con el silencio mortal del Helheim y el lío temporal de Violetta. A juzgar por cómo Robin se estaba apresurando al vestirse dudaba que fuera momento para pedir algo así. Aunque la expresión de absoluto horror de James valía cualquier cosa, apenas pude contener mi risa cuando se cubrió los ojos con su mano.

-¿Qué sucede, James? ¿Nunca has visto a un cambiaformas sin ropa? -pregunté con diversión-. Y yo que creía que nos conocías demasiado bien luego que Bass se haya ocupado de ti...

-¡Jamás vuelvas a mencionar ese asunto! -gritó él sin quitarse la mano de los ojos-. ¿Quieren dejarme ciego?

-Deja de exagerar -dijo Robin y me lanzó mi ropa-. Y tú, no lo tortures.

-No lo hago -respondí inocentemente.

-Sabes, cuando te dije que no mataras a mi hermano no me refería a que fueras por el rollo contrario de hacer el amor y no la guerra -dijo James dándose vuelta-. Solo vístete, tal vez tu tipo no tenga problema alguno en esto pero créeme que es bastante incómodo para mí.

Resoplé pero terminé por obedecer, tanto como me gustaba torturar a James de este modo había cosas más importantes en juego. El brujo fue capaz de darse vuelta al cabo de unos segundos y sentarse en el suelo para revisar todo lo que había comprado. Lo miré mientras pasaba cosas que no tenía la menor idea de lo que eran. Robin intentó coger algunas empujado por su curiosidad pero James lo alejó de un manotazo cada vez. Ese par eran incorregibles. A veces me preguntaba cómo era posible que fueran hermanos pero, de nuevo, se suponía que Vali y yo también lo éramos. O Hela y yo... Sip, ese último pensamiento era bastante inquietante.

-¿Qué se supone que estamos haciendo? -preguntó Robin.

-Nina tiene esta absurda obsesión con hacerme preparar una poción sin decirme mucho, pero si de este modo consigo que acceda a reunirse con mamá...

-Lo haré, siempre y cuando cumplas tu parte del trato. No debería tomarte mucho -respondí.

-¿Cuánto tenemos antes que Rike decida declarar la guerra? -preguntó él y Robin cogió uno de sus relojes para mirarlo.

-La luna azul es en dos noches.

-¿No puedes simplemente darnos más días o algo así? -preguntó James y Robin sacudió su cabeza.

-Las cosas no funcionan así. No está escrito. Además, no tengo permitido involucrarme en asuntos políticos.

-¿No podías haberte metido en algo menos complicado y con menos reglas tan absurdas que podrían costarte la vida si las rompes?

-¡No son absurdas! -protestó Robin.

-Ya he oído esta explicación demasiadas veces como para desear hacerlo de nuevo -dije terminando de ponerme mis zapatos-. Y tengo una cuenta de ustedes que pagar.

-Ya me he ocupado de eso -dijo James-. Incluso tu trago considerando que nunca cargas dinero contigo...

-James, tengo más dinero del que tú podrías tener en toda tu vida.

-Pero ahora mismo no tienes ni una triste moneda. ¿Cierto?

-Solo haz lo que pedí o la próxima vez dejaré que te mueras de sobredosis de alcohol.

Abandoné la habitación antes que decidiera mandar mi paciencia al diablo. ¿Qué demonios estaba haciendo con James? Por empezar, no tenía la menor idea de lo que estaba haciendo con mi vida. Cogí mi móvil y dudé un instante antes de marcar el número de Holland. Maldita sea, no tenía la menor idea de cómo tratar este asunto con ella. Debería decirle, aunque también debería decirle que ahora sabía el motivo de su exilio. Me detuve en medio del corredor, apenas conteniéndome de golpear mi cabeza contra el muro mientras oía el tono. Ella no era mala, no había hecho nada malo ni por lo cual mereciera el exilio. Solo había sido una víctima más en un juego de poder, un daño colateral que no tomar en cuenta al no tener relevancia.

Inténtalo si puedes (Trilogía Nina Loksonn #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora