Capítulo 3: Cambia formas

25.9K 3.1K 340
                                    

Lo odiaba. Me odiaba. ¿Significaba esto que me odiaba porque lo odiaba porque me odiaba? No podía creer que estuviera haciendo esto de nuevo. No era como si no me hubiera hecho pasar por otra persona ya demasiadas veces en mi vida, aunque si estábamos hablando de otros seres mucho no importaba. Lo imperdonable era robarle la identidad a otro cambiaformas. De momento nada superaba a mi experiencia mi último y único semestre en la universidad, en donde hacerme pasar por mi profesora para obtener las respuestas del examen en vez de estudiar me había costado descubrir que se estaba tirando al profesor que más odiaba.

¿Pero esto? Bien, estaba bastante cerca. La repugnancia interna que sentía era indescriptible. Tan solo una vez me había hecho pasar por James, odiándolo mucho menos de lo que ahora lo hacía, y me había dicho que no lo volvería a hacer. Mentí, como siempre. Aquí estaba después de todo, luchando contra la urgencia de golpearme a mí misma solo para ver cómo luciría su pretencioso rostro totalmente golpeado. Maldita sea, tendría pesadillas con esto. ¿Qué existía de peor que hacerse pasar por un brujo estando condenada a usar sus endemoniadamente molestos guantes? Hacerse pasar por James, de todos los brujos que podían existir.

Cuando había dicho que estaría dispuesta a hacer cualquier cosa por encontrar un modo de contactar al magister, no me había referido a cualquier cosa. ¿Recorrer el mundo? Sí. ¿Ir tras cualquier pista por más que no fuera más que una historia contada por un lunático? Hecho. ¿Escalado el acantilado y jodido a un grupo de espíritus? Mejor no responderlo. ¿Pero esto? ¡Era cruzar la línea por mucho! Esto era un nivel de desesperación más allá de haber cruzado toda una isla a pie porque un dragón se había comido mi kottbullar y el único sitio que lo preparaba estaba del otro lado. ¡Mi precioso kottbullar!

Mantuve la cabeza en alto como cualquier engreído brujo al momento de cruzar el bar. Ellos tenían una seria obsesión con creer ser los seres más poderosos y estar por encima de todos. Ignoré las miradas de los demás seres, yo tampoco soportaba lo soberbio que ellos eran pero tenía un papel que mantener. Al menos esta vez no fui atacada por kitsunes tan pronto como puse un pie dentro. ¡Demonios, funcionó! Estúpidos espíritus por tener la razón. Ningún kitsune saltó al instante frente a mí con una apariencia que no le correspondía para jugar conmigo. De todos modos, odiaba hacerme pasar por James.

Conseguir la ropa no había sido difícil, lo difícil era estar cómoda luciendo como este maldito cuando le había roto el corazón a Holland. ¡Tanto que podría hacer luciendo como James para humillarlo y vengarme por lo que había hecho! Pero era mejor si los brujos no sabían por dónde andaba, y ciertamente mi asunto personal con James era bastante conocido. Así que no podría hacerle nada a su imagen a pesar de cuánto lo deseara. Un completo desperdicio del esfuerzo que esto implicaba para mí.

Daría cualquier cosa por un trago, pero los brujos no eran conocidos específicamente por su resistencia al alcohol por lo que se vería sospechoso si pedía uno. ¡Quienes se creían los seres más poderosos del mundo no podían beber más de un vaso sin enfermar! Así que nada de alcohol, nada de aprovecharme del torturante hecho de lucir como James, y nada de diversión. Esta noche no prometía ser muy exitosa a nivel entretenimiento. En cuanto al otro asunto...

Capté movimiento por el rabillo del ojo y apenas pude ocultar mi sonrisa al haberme salido con la mía. El problema con los kitsunes era que resultaban difíciles de descubrir cuando decidían salir a jugar con los otros. Sus víctimas solían caer en el engaño sin siquiera dudar, pero yo estaba específicamente aquí en busca de ese anzuelo. Podían cambiar de forma, como yo, pero solo lo hacían para coger la apariencia de alguien conocido para ti. Creían vilmente que te hacían un favor al engañarte de ese modo. No lo hacían. Excepto ahora, cuando yo los estaba engañando y utilizando a mi favor. ¡No había soportado las clases de psicología en Harvard por nada!

Inténtalo si puedes (Trilogía Nina Loksonn #2)Where stories live. Discover now