Inténtalo si puedes (Trilogía Nina Loksonn #2)

Epílogo: Ahora es el mañana de ayer

—¿Estás loca? —preguntó Vali.

—Porcentualmente.

El prins me miró como si finalmente hubiera perdido el juicio, sin atreverse a preguntarme si esa era una palabra moderna que desconocía o no. No dejaba de caminar de un lado al otro delante de mí, sacudiendo su cabeza y cambiando inconscientemente el color de su cabello con cada movimiento. Cuando le había dicho de hablar a solas, él de seguro habría imaginado cualquier cosa menos todo lo que le había dicho. Pero recostada en mi cama no podía dejar de mirarlo con diversión y orgullo. Yo, Nina Loksonn, había logrado engañar a Vali Loksonn. Si él no supiera lo contrario, juraría que le había mentido. Y, tal vez no hubiera confiado del todo mi estrategia en él y tampoco estaba segura de cuál era, pero tenía lo suficiente para empezar bien.

—¿Cómo lo hiciste? —preguntó él.

—Dale a una persona su ser amado, y hará cualquier cosa por este —dije tranquilamente—. Lo aprendí en Italia al cruzarme con unos cambiaformas.

—¿Y cómo sabes que actuarán como crees que lo harán?

—Fácil. Porque es egoísta. Confía en mí, puedo manipularlo a la perfección. Política básica. El amor no es una debilidad, al contrario, es poder. Conoces lo que alguien ama, y puedes utilizarlo en su contra. Y créeme que tengo unas cartas bastante buenas en mi mano.

—No puedes ganar una guerra sin cobrar una sola vida. Es imposible —dijo Vali deteniéndose para mirarme fijamente.

—También lo es supuestamente ir al Helheim y regresar. Y aquí estamos. ¿No? Un Loksonn es capaz de hacer lo imposible. ¿Pero dos? Es nuestra oportunidad para cambiar el curso de la historia para siempre. Y tú lo sabes, si no hubieras creído eso no me hubieras ayudado en primer lugar. Sabes que esto es grande, y una oportunidad que no volverás a ver en un buen rato. Podría no haberte dicho nada de esto y seguir sola con mi estrategia. ¿Entonces?

—Es escalofriante el modo en que llegaste a esto y lo jugaste tan perfectamente. Entiendo que creas poder ganar una batalla imposible a lo Tyrion Lannister pero...

—No ganaré una maldita pelea con un solo movimiento, ganaré la maldita guerra en tres —dije mirándolo a los ojos—. ¿Y ahora sabes de Game of Thrones?

—No he dormido en toda la noche por ver todos los capítulos. Incluso le escribí una carta a Tyrion para felicitarlo por su excelente estrategia y...

—Sabes que es un personaje ficticio. ¿Cierto?

—¿Qué? —exclamó él con horror y apenas me contuve de reír.

—Fue Bass. ¿No? Él casualmente se olvidó de mencionarte que la serie es completamente ficticia y nada es real o sucedió alguna vez.

—¡Pero él me dijo a dónde mandar la carta!

—Se llama fanmail, le escribes a un personaje aun si no existe. Eso y que Arya es mejor.

—No hablas en serio...

—Jamás lo he hecho tanto. Arya merece el trono.

—Estoy seguro que Holland me apoyaría.

—Al contrario, Holland está con Sansa.

—¿Por qué Tyrion Lannister no puede ser real? —gritó con dolor—. Quería conocerlo.

—Puedes hacerlo. Es un actor. Se llama Peter algo...

—Diklage —corrigió él—. ¡Pero creí que ese era otro alias que usaba! ¡Y no es lo mismo! ¡Él merece el trono!

—¡Arya lo hace!