Capítulo 7: si el tiempo así dicta...

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El sol fue cruel al recordarme que era hora de empezar el día. Por un momento maldije a Baldr a pesar de lo bien que me caía el sujeto. Robin estaba echado en el suelo, dormido como solo un perro podría hacerlo. ¿Se suponía que eso debía sorprenderme? Hubiera sido extraño encontrarlo dormido como una persona normal, en vez de doblado y cubierto con su propia capa. Suspiré, era un caso perdido. Sin importar cuánto lo intentara, no podía estar molesta con él. Lo deseaba más que nada, pero también sabía que el brujo loco terminaría por aceptar el hecho que su padre se había suicidado y yo no había tenido nada que ver; y tampoco podía culparlo por no tener la menor idea de cómo manejar la política.

Consideré la idea de tirarle un almohadón, de todos modos debía ir al camarote para conseguir un poco de café si deseaba funcionar bien. La maldita cafeína se había convertido en una droga vital desde que había cogido la heroica acción de levantarme temprano cada mañana. Si los cambiaformas ya éramos hiperactivos por naturaleza, mejor ni mencionar lo que hacía la ingesta de cafeína. Y, realmente, era mejor nunca cruzarse con uno que hubiera consumido bebida energética. ¿Vuelta al mundo en ochenta días? Más bien como la carrera alrededor del mundo en diez días, a pie.

Suspiré al mirarlo un segundo más de lo necesario antes de ponerme de pie y abandonar la cubierta. Tenía que ponerle fin a este maldito circo. ¡No soportaría más de veinticuatro horas cerca de James! Si el imbécil quería ir al Helheim amablemente lo enviaría por la vía rápida. Pero no podía matar al hermano de Robin, además que Holland no me lo permitiría a pesar que él se lo mereciera. ¿Qué tenía esa bruja contra el asesinato como una solución a cualquier problema? Si estuviera en Rike, sería cuestión de mover un dedo para que alguien matara a James y nadie jamás sabría lo que había sido de él. Pero, lamentablemente, era el hijo del magister también y él no hubiera querido que lo asesinara.

Necesitaba mi brújula ahora que las estrellas ya no estaban para guiarme, y ver los mapas de la zona. ¡No tenía la menor idea de dónde demonios estaba la isla de Chie! ¿Y por qué diablos todo se llamaba igual por aquí? Tan solo esperaba que el sitio no se pareciera en nada a los acantilados de Chie, porque de lo contrario tendría un serio problema con los espíritus orientales. Era oficial, odiaba los archipiélagos. ¡Y había tirado por la borda al único experto local que no era un maldito kitsune con sus jodidas costumbres de hacer todo más complicado de lo normal! Aunque, pensándolo bien, era un milagro que Kian no estuviera aquí porque entonces la situación hubiera sido mucho más complicada.

Y necesitaba vestirme. Miré mis piernas desnudas mientras bajaba las escaleras que llevaban al camarote, el cuerpo de preadolescente estaba bien para causar problemas pero dudaba que los brujos me respetaran o tomaran muy en serio si lucía como una cría. Recuperé mi aspecto habitual, dejando mi cabello corto por comodidad. El maldito viento marino no era específicamente amigo del cabello largo. Necesitaba vestirme, y revisar los mapas, y poner en orden el caos que era mi mente en este momento. Tenía que lidiar con el imbécil de James, el atemporal Robin y...

—Guárdate las palabras, no quiero oírlas —dije tan pronto como Holland me miró.

—¿Qué haces despierta tan temprano? —exclamó ella de todos modos.

Mentiría al decir que no había extrañado un infierno a esa bruja, aunque comprendía que ella luciera como si estuviera viendo un fantasma. Holland había luchado cada mañana desde que nos habíamos conocido por sacarme de la cama, y aquí estaba levantándome por propia voluntad a primera hora. Ella estaba sentada sobre mi cama con sus piernas dobladas, arreglando cuidadosamente su cabello como hacía siempre a la mañana. Era del tipo activa, que se despertaba sonriente al primer rayo de sol y siempre estaba para ayudar. Posiblemente todo lo contrario a mí. Y ella había encontrado mi móvil... Genial.

Inténtalo si puedes (Trilogía Nina Loksonn #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora