Capítulo 17: Hable ahora, o calle para siempre

25.7K 2.8K 254
                                    

Por supuesto que James había hecho un antídoto, y esa maldita infusión eliminó cualquier rastro que quedara de veneno en mi sistema al instante. ¿Era demasiado pedir que el brujo sufriera un poco más? Juro que tenía la intención de portarme bien con él luego de lo que ambos habíamos pasado. ¡Aun cuando el maldito había convertido mi diminuta bodega en un palacio! ¿Tan difícil era respetar las leyes de la física? Salté dentro de la trampilla solo para encontrarme con una habitación de lujo que bien podría haber salido del mejor hotel cinco estrellas. ¡Con razón el imbécil no tenía problema en dormir en la bodega o pasarse horas allí! Definitivamente odiaba la maldita magia.

James no lucía como si se estuviera muriendo, aunque sí bastante débil. El kitsune había alcanzado a morderlo profundamente en el brazo, dando en una arteria principal. El asunto con los brujos era la maldita magia, si no fueran capaces de curarse con solo chasquear los dedos tendrían un índice de mortalidad bastante alto. Unos minutos más y el brujo estaría como si nada hubiera sucedido, tan solo se estaba aprovechando de los cuidados por su posición de víctima aun cuando Holland se mantenía tan alejado de él como era posible y pretendía ignorarlo. Dudaba que lidiar con un James semidesnudos le trajera buenos recuerdos, pero sus cortes iban desde su muñeca hasta su hombro.

Robin se detuvo junto a él y picó con curiosidad las marcas rosadas en el brazo de su hermano allí donde las heridas habían dejado de sangrar, tan solo consiguió que James se quejara y lo alejara a manotazos. Había algo seriamente mal con ambos brujos. Estaba totalmente dispuesta a mantener una buena charla, me había repetido mil veces antes de entrar que guardaría la compostura y no intentaría matarlo, pero Holland estaba parpadeando demasiado rápido para ocultar las lágrimas que apenas evitaba derramar. Al diablo la amabilidad.

El único maldito motivo por el cual no lo ataqué, fue porque Holland claramente se estaba esforzando por no mostrar cómo se sentía y yo no echaría abajo eso. La cogí por el brazo y la saqué de allí a la fuerza antes que se rompiera, o yo le rompiera el cuello a James. El frío aire del mar se sentía bien, cualquier cosa para intentar calmarnos. Mataría al brujo. Debería haber dejado que el maldito kitsune se lo cargara. ¿Qué diablos había hecho James ahora? Holland no habló, y tampoco la presioné. Le di unos minutos más mientras me ocupaba de desamarrar cabos y tensar correctamente la vela. No tenía la menor idea de dónde quedaba la supuesta isla, pero aún tenía un buen rato antes de la medianoche.

Me rendí cuando escuché el primer sollozo. Holland se echó sobre mí y enterró su rostro en mi hombro para que nadie pudiera verla llorar. Suspiré y la abracé mientras me olvidaba de cualquier deseo homicida, ahora mismo estaba donde tenía que estar. Ella era demasiado buena y pura para este mundo, demasiado inocente y bondadosa como para involucrarse en asuntos políticos donde todos sonreíamos al sostener un cuchillo tras la espalda. Había pasado tanto tiempo desde que la había visto así, que casi me había olvidado cuánto James la había herido en realidad. Suspiré y acaricié su cabello suavemente, no era como si conociera la cura para un corazón roto.

—Creí que sería diferente —susurró ella y se estremeció—. Pensé que habría una explicación pero...

—No busques cosas donde no las hay —respondí calmadamente.

—Creí que me amaba, pero solo estaba fingiendo —murmuró Holland y la sostuve más fuerte como si así pudiera mantenerla entera—. Me lo acaba de admitir. Dice que no sabe por qué lo hizo, quizás porque estaba aburrido y yo no era tan fácil como las demás chicas. Sabía que era muy bueno para ser cierto. ¿Por qué el hijo del magister se fijaría en mí? Debí haberte escuchado.

—No. Yo no creo en ese tipo de cosas, no por eso deberías escucharme —admití—. Y no se te ocurra ni por un instante que no eres lo suficientemente buena para él, cuando tú eres demasiado buena para cualquiera. Ese idiota no tiene nada más que un título, uno que ni siquiera tiene valor. ¿Crees que a alguien fuera de la comunidad le importa que sea el hijo del magister? En Rike los nobles se reirían en su rostro si se atreve a creer que tiene algún poder solo por eso.

Inténtalo si puedes (Trilogía Nina Loksonn #2)Where stories live. Discover now