Capítulo 24: Loki, haz algo

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¡MALDITO FUERA EL TIEMPO!

Ni siquiera el helado shock al encontrarme completamente sumergida en agua bastó para calmar mi ira. ¿Quién demonios se había creído para engañarme de ese modo? ¡Los nobles me habían advertido que Nimeria había sido asesinada por un brujo y yo le había restado importancia al asunto! ¿Y había confiado en ese maldito? Abrí los ojos apenas pudiendo ver y luché contra la corriente que amenazaba con arrastrarme para poder salir a la superficie. Hela podría haberme hecho aparecer en medio de un maldito volcán y eso no me hubiera detenido. ¡Recordaba cada segundo de la agónica muerte de Nimeria!

Algo me cogió por el tobillo. Miré hacia abajo solo para ver la borrosa forma de una sirena. ¡No estaba de humor para esto! La patee de pleno en el rostro, cualquier tolerancia que antes hubiera tenido había quedado en el fondo del Helheim. La maldita agua tenía suerte de no ser algo que pudiera destruir porque de lo contrario ya me hubiera desquitado con esta. ¿Cómo diablos la situación había tomado este giro? Cogí tanto aire como me fue posible tan pronto como salí del agua. Estaba definitivamente en la tierra de los vivos, en el medio de la nada. Sola. Grité con frustración. ¿Acaso Hela me había dejado ir solo a mí? La mataría. Bajaría de nuevo al infierno y la tiraría al slid. Si estaba un poco de mejor humor para entonces, solo ataría sus extremidades con plata.

Nadé hasta la orilla más cercana y me obligué a salir. Malditos fueran los ríos por ser los caminos más comunes entre ambos mundos, y maldita la corriente que debía haber golpeado mi cuerpo contra cualquier cosa en el recorrido. Mis músculos ardían por completo, mi físico solo quería echarse allí a descansar pero no se lo permitiría. De solo pensar en cuan dolorosa había sido la muerte de Nimeria... Cerré fuertemente mis manos sin poder soportarlo. No perdería tiempo intentando negarlo, no cuando sabía que era un maldito hecho.

Escuché el chapoteo detrás de mí y sentí a la sirena insistir al cogerme por el tobillo. Oh, al diablo con mi autocontrol, de todos modos Holland no estaba aquí. Cogí mi cuchillo y me di vuelta lo suficientemente rápido como para tomarla por sorpresa. Sus labios azules se abrieron con sorpresa cuando la hoja atravesó perfectamente su espina dorsal y su cola de pez dejó de moverse. Las sirenas siempre eran tan molestas con su obsesión por ahogar gente y siempre estar empapadas. ¿Lento o rápido? La miré a los ojos, considerando todas las opciones mientras ella parecía luchar por el aire. La empujé a un lado y estuve sobre ella enseguida, sosteniendo el cuchillo contra su garganta.

—Dile a Hela de mi parte que si no devuelve a todos y cada uno de mis amigos con vida, le sobrepoblaré el maldito infierno —susurré y me incliné hacia adelante, ella gimió cuando el cuchillo la cortó por el peso de mi cuerpo—. Y si ves a un guardián del tiempo, dile que es brujo muerto.

Un rápido tajo terminó el asunto. La aceitosa sangre de sirena siempre era desagradable y difícil de quitarse de encima. Sacudí mis manos mientras me ponía de pie. Mi móvil había muerto de nuevo a causa del agua, genial. No tenía la menor idea de dónde o cuándo estaba. ¿Se suponía que ya estábamos en medio de una guerra de destrucción total? ¿Cuánto tiempo había estado fuera? ¿No había nada más que matar por aquí para desquitarme? Miré el río detrás de mí un instante antes de descartar la idea, no me metería allí a cazar cosas. La sirena se lo había buscado, la había matado, ningún lío político. ¿Pero matar por matar? No me encontraba en una posición como para darme tal lujo.

Miré la hora en el indestructible reloj que colgaba de mi cuello, apenas conteniendo la necesidad de arrancarlo y tirarlo al río. Lo quisiera o no era un reloj hecho por cambiaformas, un pequeño pedazo de Rike para que siempre pudiera llevarlo conmigo. Era de tarde. Miré la posición del sol y consideré mis opciones. El clima era frío, pero nada más que el débil invierno de los humanos. Norte, siempre había más posibilidades de encontrar cambiaformas yendo al norte que en cualquier otra dirección. Considerando que el río venía de esa dirección, las probabilidades de encontrar vida tan solo aumentaban. La gente tendía a asentarse cerca de fuentes de agua.

Inténtalo si puedes (Trilogía Nina Loksonn #2)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang