Capitulo 15. ¿Vamos a mi apartamento?

791 92 43
                                    

Esa tarde Mario estaba especialmente apasionado. Lo estaba volviendo loco la resistencia de ella. Nunca le había ocurrido nada parecido con una mujer. Se había convertido como en una obsesión hacer el amor con Betty. Estaban en un rincón muy romántico de un parque frecuentado por parejas que buscaban tener un poco de intimidad. Él la estaba besando con pasión y empezó a deslizar sus manos por su cuerpo iniciando caricias atrevidas. Cuando sus manos acariciaron sus pechos, ella se separó asustada.

B.: Mario, mejor paramos, ¿sí?

Ma.: -Volviéndose a acercar a ella y continuando con lo que había iniciado- ¿Por qué Betty? Somos novios... ¿recuerdas? Y yo... te deseo... te deseo mucho... ¿Por qué no vamos a mi apartamento y seguimos... con esta... conversación? ¿Te provoca?

B.: -Separándose bruscamente y dándole la espalda- No... es mejor que no... Lléveme a mi casa, por favor.

Mario hace un gesto de disgusto con la boca y respira hondo para intentar controlarse. Está muy excitado. La situación ha llegado a un punto que se está haciendo insostenible. Y no entiende cuál es el motivo de su resistencia...
¿Será que ella nunca...? ”Debería hablarlo con ella y explicarle. Quizás es que está asustada... Tiene que convencerla, tigre, porque a usted un día le va a dar algo de tanto desearla...“

Vuelve a respirar hondo. Está decidido a aclarar qué es lo que le pasa. Pero antes tiene que calmarse. Cuando se ha recuperado un poco, le dice con suavidad.

Ma.: Betty, yo creo que tenemos que hablar...

B.: -Muy incómoda con la situación- ¿De qué quiere que hablemos?

Ma.: De nosotros... De nuestra relación... Betty yo me he dado cuenta de que en cuanto pasamos de unos besos, se... incomoda... Y yo quiero saber qué le pasa... Betty yo... la deseo mucho y me gustaría... hacer el amor con usted, pero... no sé por qué me parece que usted no desea lo mismo... Betty ¿qué le ocurre? ¿Es que acaso... no me desea?

B.: -Completamente ruborizada- No, no es eso...

Ma.: ¿Entonces qué le sucede? ¿Es porque no tiene... experiencia? ¿Es por eso Betty?

B.: -Aún más roja todavía- No... tampoco es eso...

Mario se sorprende con la respuesta de su novia. ”Entonces sí tiene experiencia. ¿Quién habrá sido el... desgraciado que disfrutó de su primera vez? Porque ella me ha dicho que nunca ha tenido novio... ¿Será ese tontorrón de Nicolás...? O peor aún, ¿el engreído de David Arteaga?” Un sentimiento de rabia se apodera de él al pensar en esos dos tipos seduciendo a Betty.

”Pero... si no es por eso, entonces ¿qué le pasa? ¿Por qué no quiere hacer el amor conmigo?” Decide preguntárselo directamente.
Ma.: Betty... yo quisiera saber por qué usted no quiere hacer el amor conmigo. Betty sigue muy abochornada. Ella preferiría no hablar con Mario de esos
temas tan... íntimos. No está acostumbrada a hablar de esas cosas y mucho menos con un hombre. Pero se da cuenta de que alguna explicación le tiene que dar. Al fin y al cabo él es su novio. Así que lo invita a sentarse en un banco y sin atreverse a mirarlo a la cara le cuenta a grandes rasgos su primera experiencia con el desgraciado de Miguel. Cómo él la sedujo por una apuesta y cómo cuando la consiguió no quiso saber nada más de ella...

Ma.: Betty, eso que le hicieron es horrible... Pero ahora usted está conmigo y la situación es muy diferente... Betty yo... yo la amo.

El mismo Mario se sorprendió ante esta confesión. ”Hermano, no exagere. Tampoco tiene por qué decirle eso si no es verdad. Usted la... desea. Eso si es verdad, pero amarla... ¿Cómo se le ocurre decir eso...? Para ser sincero... no se me ocurrió... Me salió espontáneamente... sin pensarlo... Pero yo no amo a Betty. Claro que no. Yo no amo a nadie... Eso de enamorarse es para tontorrones como el Nicolás Mora ese... Usted tigre no está para esas... cursiladas.”

La novia de Mario CalderónWhere stories live. Discover now