Capitulo 20. ¡No es para tanto!

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Hacía una semana que Mario había iniciado su gira por el Caribe y Centroamérica. La primera escala había sido en Santo Domingo y de allí había volado a San Juan de Puerto Rico. Acababa de instalarse en el hotel de la ciudad borinqueña y lo primero que hizo fue llamar a casa de su novia.

Cuando oyó el timbre del teléfono Betty se apresuró a contestar. Estaba esperando la llamada de Mario. Menos mal que sus papás cuando él llamaba ya se habían acostado porque así no comenzaban a hacer preguntas incómodas. Sobre todo su papá. Ella le había insinuado algo a su mamá respecto a su relación con él, pero Don Hermes no sabía absolutamente nada todavía.

B.: ¿Aló?

Ma.: Betty ¿cómo estás?

B.: ¡Hola Mario! Esperaba tu llamada. ¿Cómo has pasado el día?

Ma.: Bien, amor. Acabo de llegar a San Juan y ya estoy instalado en el hotel.

B.: ¡Qué bueno! ¿Cuándo te entrevistas con los clientes?

Ma.: Mañana a primera hora. Hablé con ellos desde Santo Domingo y quedamos en que pasarían a recogerme al hotel... Betty...

B.: ¿Sí?

Ma.: Te echo de menos...

B.: Yo también a ti...

Ma.: Estaba pensando... volar a Bogotá en cuanto acabe de entrevistarme con los portorriqueños y luego partir directamente hacia Managua... ¿Qué te parece?

B.: Me... me encantaría... Pero ¿cómo vas a justificar ese gasto en la empresa...?

Ma.: No lo puedo justificar... pero es igual... lo pago yo de mi bolsillo... con tal de poder verte...

B.: ¿Y cuándo crees que puedas llegar?

Ma.: Espero acabar mañana y si puedo volaría por la noche o a más tardar el sábado por la mañana. No tengo la primera entrevista en Managua hasta el lunes... Podría estar en Bogotá hasta el domingo al mediodía o a la tarde... depende de la disponibilidad de vuelos...

B.: Es... perfecto... podríamos vernos el sábado y la mañana del domingo...

Ma.: Te llamo y te aviso de la hora de llegada. ¿Qué te parece si con el mismo taxi del aeropuerto te recojo en tu casa...?

B.: Es... muy buena idea... Esperaré tu llamada.

Ma.: Un beso, amor... Te estoy llamando mañana. Te amo.

B.: Hasta mañana, Mario. Yo también te amo.

Cuando Betty colgó el teléfono tenía una mirada soñadora. Desde que Mario había iniciado su viaje ella le echaba muchísimo de menos. Sobre todo por las tardes a la hora de salida. Echaba de menos su compañía, sus besos, sus caricias... Esos días había estado meditando mucho y llegó a la conclusión de que no iba a negarse más a sus deseos... porque también eran los de ella. Mario le había demostrado su amor y ella confiaba totalmente en él. Cuando viniera el sábado le iba a dar una sorpresa...

Al final Mario no pudo volar a Bogotá hasta el sábado después del mediodía. Su avión aterrizó en El Dorado a las tres de la tarde y a las cuatro estaba llamando a Betty desde su celular para decirle que la esperaba en un taxi en la esquina de su casa. La muchacha, que ya había inventado una excusa para
salir esa tarde, casi voló a su encuentro. Cuando lo vio, se subió al taxi rápidamente y colgándose de su cuello empezó a besarlo con pasión sin
importarle la presencia del taxista que los miró comprensivo. Se habían
extrañado mucho y eso se notaba.

Mario estaba encantado. Nunca había visto a Betty tan... lanzada. Ella que siempre lo frenaba, ese día estaba imparable y lo estaba volviendo loco.

La novia de Mario CalderónWhere stories live. Discover now