Capitulo 24. ¡Otra vez no, Señor!

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En cuanto a Betty le bajó un poco la fiebre y a pesar de las protestas de Doña Julia, se alistó, llamó un taxi y se fue a trabajar a la empresa. Ese día había junta directiva y ella sabía que su jefe la necesitaba. Cuando entró a presidencia eran más de las once de la mañana. No encontró a ninguna secretaria en su sitio. Probablemente se hallaban en su particular sala de juntas. En presidencia tampoco había nadie pero se escuchaban voces provenientes de la sala de juntas. Seguramente su jefe tenía una reunión con alguien. A medida que se acercaba reconoció la voz de Mario. ¡Ya había regresado! Quedó en llamarla cuando llegara a Bogotá si eso sucedía a una hora razonable. Eso quería decir que había llegado de madrugada y se quedaría dormido. Posiblemente ya habría llamado a su casa y su mamá le había dicho que estaba de camino. Sonrió para sus adentros. Estaba impaciente por verlo.

Iba a pedir permiso para entrar a la sala de juntas cuando escuchó su nombre en boca de su novio. La curiosidad hizo que se quedara escuchando delante de la puerta entreabierta. Volvió a sonreír. ”¿Qué le va a decir de mí a mi jefe?” La sonrisa se fue desdibujando de su cara, a medida que fue escuchando la conversación entre los dos hombres.

”Ma.: De Beatriz Pinzón Solano.

A.: ¡Ya veo! Usted pensó que el Dr. Mora iba a enamorar a Betty y la iba a convencer de que se robara la empresa. ¿Cierto?

Ma.: Tengo que confesar que sí. Que eso fue lo que pensé.

A.: ¡Mire que es desconfiado! ¿No le dije que Betty era una persona de toda confianza?

Ma.: Pues vea que no me lo creí.

A.: Y entonces ideó todo un plan siniestro para seducirla... Porque acá lo dice bien claro... ¿Cómo pudo hacerle algo así a Betty, Calderón? Usted es un monstruo... ¿Cómo la pudo engañar de ese modo?

Ma.: Tengo que reconocer que fue muy fácil... ella se creyó todo lo que yo le dije...
A.: ¿Y todo ese interés por ponerla bella...?

Ma.: Es que tiene que reconocer que con su “look” anterior no provocaba para nada seducirla... En cambio ahora... está hecha un bomboncito...

A.: Me quiere decir que la puso “bonita” para... atreverse a seducirla... ¿Es eso lo que me está diciendo?

Ma.: ¡Pero no me dirá que no le hice un favor! Ella tiene que agradecerme de por vida que yo la ayudara a ponerse bonita... ¿No cree?

A.: Lo que creo, Calderón es que usted es un sinvergüenza, un desgraciado, un mal nacido. No se merece a una mujer tan buena, tan noble y tan ingenua como Beatriz.

Ma.: No le contará, ¿cierto?

A.: No lo sé, Mario... No sé qué hacer. Con gusto le explicaba ahora mismo la clase de “novio” que tiene... pero no quiero verla sufrir... No quiero que ella sufra por un sinvergüenza como usted... Claro que si no se lo digo será peor porque cada vez se irá ilusionando más con usted y usted... usted es un fiasco... usted es una farsa... usted es un canalla...”

Betty intentaba contener sin éxito las lágrimas que salían de sus ojos. Durante un rato le costó asimilar lo que estaba escuchando. Quizás las palabras de Mario que más le impactaron fueron ”Ella se creyó todo lo que yo le dije...”
¡Cómo podía haber sido tan estúpida! Mario Calderón, el mujeriego y egocéntrico Mario Calderón no era capaz de enamorarse de una mujer, y
mucho menos de una mujer fea... ¡Si ya lo dijo bien claro...! Con su anterior imagen no era capaz ni siquiera de “fingir” que estaba interesado en ella... Y ella de ingenua le creyó...

”¡Otras vez no, Señor! ¿Por qué otra vez se repite la misma historia...? ¿Por qué? ¿Por qué a mí? Otra vez se han burlado de mí de la forma más cruel... Miguel por dinero... Mario por “salvar” una empresa... Salvarla ¿de qué? Si yo jamás he tenido intención de quedarme un solo peso... “

La novia de Mario CalderónWhere stories live. Discover now