A la mañana siguiente, Armando Mendoza estacionó su carro delante de la puerta de casa de Beatriz y se dispuso a esperar que ella saliera. En el fondo no estaba seguro si ella decidiría ir a la empresa o seguiría su consejo de tomarse unas vacaciones, pero su intuición le decía que Beatriz Pinzón Solano no descuidaba nunca sus obligaciones y sabía que ella estaba convencida de que su obligación en esa ocasión era apoyar a su jefe en la junta de accionistas de esa tarde.
Diez minutos más tarde la vio salir de afán y sonrió. Le gustó ver su cara de sorpresa cuando reconoció el carro de él y su voz de tierno reproche cuando se le acercó y le dijo.
B.: Pero doctor, ¿qué hace usted acá?
A.: Pues ya ve, Beatriz. Vine a buscarla.
Doña Julia que observó la escena desde la ventana de la habitación arrugó la nariz. ”El jefe de la niña está teniendo demasiadas atenciones con ella. Ahora la viene a buscar para llevarla al trabajo. Julia, eso no es normal. Ese
hombre tiene algún interés... Espero que no la vuelvan a engañar... ¡Esta hija mía es tan ingenua!”Cuando Betty subió al carro él se acercó a ella y la saludó con un beso en la mejilla. La muchacha lo miró sorprendida.
A.: Buenos días, Betty. Anoche la eché de menos. ¿Sabe? Me gusta más mi apartamento cuando usted se hospeda en él.
B.: -Totalmente ruborizada por el beso y las palabras de él- ¡No me diga esas cosas, doctor! Yo creo que para usted debió ser un alivio poder estar solo después de tenerme a mí como compañía todo el fin de semana...
A.: ¡Para nada, Beatriz! Ningún alivio. Créame que me sentí muy solo... Me había acostumbrado a su compañía...
Cuando llegaron a Ecomoda Armando estacionó el carro en la misma puerta. Estaban bajando los dos del carro cuando vieron llegar a Mario Calderón en su deportivo. El vicepresidente comercial estacionó su carro al lado del de Armando, se bajó presuroso, se acercó a Betty, puso una mano encima de su brazo derecho y le dijo ansioso.
Ma.: Betty, ¡por fin la encuentro! Vea tenemos que hablar...
Tanto Betty como Armando se quedaron de momento impresionados por el aspecto de Mario. Estaba demacrado, tenía unas ojeras espantosas y su cara de angustia era evidente. Recuperada de la sorpresa, hizo un gesto con su brazo para separarse de él y sin mirarlo y con una frialdad que la sorprendió hasta a ella misma, le respondió.
B.: Yo no tengo nada que hablar con usted, don Mario. Permiso.
Mario intentó volver a acercarse a ella, pero Armando lo impidió poniéndose delante de él.
A.: ¿Es que no oyó a la señorita, Calderón? Haga el favor de apartarse de ella. No quiero verlo cerca de Beatriz. ¿Le quedó claro?
Ma.: Pero es que yo... tengo que aclararle...
A.: Vea, Mario. Lo voy a decir una sola vez y espero no tener que volver a repetirlo. Si usted se acerca a Beatriz, le pongo una demanda por acoso... Eso después de partirle la cara por desgraciado...
Ma.: ¿Y usted quién es para decirme si puedo o no acercarme a Betty?
A.: Por lo pronto el presidente de esta empresa, y le prohíbo que en horas laborales trate temas personales con las empleadas.
Ma.: Pero cuando salga de la empresa nadie va a impedir que hable con ella...
A.: Pues vea que se equivoca... Entonces como “amigo” de Beatriz, yo voy a
estar a su lado para impedir que una “escoria” como usted la moleste...
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La novia de Mario Calderón
FanfictionEsta es una historia en la que Mario Calderon ejecuta el plan que tenia pensado para Armando. ¿Qué pasara con Mario? ¿Se enamorará de Betty? ¿Estará de acuerdo Armando con esto? Descúbrelo en esta fantástica historia. Nota: La historia no es de mi p...