Capitulo 26. Me ha regalado su sonrisa.

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Armando la había llevado al balneario de Nápoles, en las inmediaciones de Machetá, un municipio muy cercano a Bogotá. El lugar era precioso. Todo rodeado de naturaleza virgen, se respiraba un aire puro y la tranquilidad era la tónica más destacada. Se instalaron en dos habitaciones contiguas del único hotel existente. Para evitar que ella tuviese que ir a buscar ropa a su casa, antes de salir de Bogotá, Armando la llevó a un centro comercial. Entraron en un punto de venta de Ecomoda donde compraron algunas prendas de ropa apropiadas para pasar el fin de semana, y en otra tienda para comprar algunos útiles de aseo.

Betty estaba súper apenada porque Armando no le dejó pagar nada. Es cierto que ella no llevaba mucho efectivo encima y que no disponía de tarjeta de crédito, pero no le gustaba que su jefe tuviese que gastar tanto dinero en ella.

B.: Doctor, yo tomo nota y lo descuento de mi sueldo a finales de mes.

A:: ¡Ni se le ocurra, Beatriz! Esto no lo paga la empresa. Lo estoy pagando yo de mi cuenta personal.

B.: ¡Con más motivo, doctor!

A.: Betty, ¿yo no le puedo hacer un regalo? ¡Con todos los que usted me ha hecho!

B.: ¿Yo doctor? Pero si nunca le he regalado nada...

A.: No diga eso, Beatriz. Que usted nunca haya ido a una tienda a comprarme un regalo no significa que no me haya regalado nada. Vea, me ha regalado su sonrisa desde el día en que entró a trabajar en la empresa, me ha regalado su lealtad, me ha regalado su confianza, su apoyo incondicional, también me ha regalado su nombre para que yo lo utilice a beneficio de la empresa... haciéndose responsable de Terramoda, aceptando cargar con una deuda millonaria... Betty, jamás en toda mi vida me habían regalado tantas cosas. Lo que usted ha hecho por mí, lo que usted me ha dado, sólo es comparable a lo que he recibido de mis papás... Y yo sería muy ingrato si no le agradeciera eternamente todo eso... Betty, déjeme que yo le regale algo también. Déjeme hacer algo por usted... Por favor...

La mirada que le dirigió fue tan cálida, tan entrañable que Betty se perdió en ella. Ruborizada ante tanto halago, sólo fue capaz de asentir con la cabeza y regalarle una vez más su sonrisa en correspondencia a la que él le estaba dedicando.

Aunque parezca increíble, Armando Mendoza consiguió que esos días Betty se olvidara casi por completo de Mario Calderón. Durante el día estaban tan entretenidos visitando los alrededores o disfrutando de los baños termales y de las sesiones de masaje terapéutico, que dicho sea de paso los dejaron como nuevos, que no tenía tiempo de pensar en nada más. Se rieron, se gastaron bromas y descubrieron cuan agradable podía ser la compañía del otro.

Por la noche se quedaban conversando hasta bastante tarde. Hablaron de muchas cosas. De sus aficiones, de su infancia, de sus familias... excepto de Mario Calderón. Ese nombre parecía que fuese tabú entre ellos.

Sólo cuando llegaba a la soledad de su habitación Betty no podía evitar pensar en el engaño del que había sido objeto. Pero haciendo gala de una fuerza de voluntad férrea, se imponía apartar a ese hombre de sus pensamientos y concentrarse en los momentos agradables vividos durante el día junto a su jefe. Y casi siempre lo conseguía. Aunque a media noche, inevitablemente se despertaba con una pesadilla en la que aparecían Miguel y Mario como dos fantasmas que la perseguían para hacerle daño y burlarse de ella.

El lunes por la tarde Armando despedía a su asistente en la puerta de su casa de Palermo.

A.: Betty, tómese unos días de vacaciones. Ya le corresponden y cuando se sienta con fuerzas vuelve a trabajar.

B.: Eso ni lo sueñe, doctor. Mañana yo estaré a su lado en la junta directiva.
¡Más faltaba!

A.: -Sujetándole la barbilla con su mano y mirándola a los ojos le dice con dulzura- ¿Sabe que es usted la persona más tozuda que conozco? ¿Se lo voy a tener que “ordenar”? Pues bien... usted lo ha querido. –Y añade con voz falsamente seria- Beatriz, mañana no quiero verla por la empresa. Es una orden.

La novia de Mario CalderónWhere stories live. Discover now