Capitulo 25.¿No me está mimando demasiado?

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Betty esa noche durmió en el apartamento de Armando. A eso de las siete llamaron a casa de sus papás y ella le dijo a su mamá que iba a salir “de rumba” con las muchachas y, para no regresar sola tan tarde, se quedaría a dormir en la casa que compartían Mariana, Sandra y Aura María.

Sólo le había hecho un comentario a su jefe respecto a la explicación que iba a tener que darle a sus papás cuando la vieran llegar en esas condiciones y Armando se apresuró a responderle.

A.: Betty, usted no se va a ir a casa de sus papás. Usted esta noche se queda acá conmigo.

Y ella aceptó. Con él se sentía protegida. Se sentía bien. Y no le provocaba para nada separarse de él.

Armando la invitó a ayudarle a preparar algo de cena con la “amenaza” de que lo que él preparaba era “incomible”. Entre bromas y juegos, consiguió que durante un rato la muchacha olvidara su dolor y le arrancó alguna que otra sonrisa. Aunque la despensa de su jefe no estaba muy bien provista, al final Betty consiguió preparar una cena bastante apetitosa que él le celebró con palabras y con hechos, porque no dejó ni una migaja en el plato. A ella le costaba pasar bocado, pero animada por él consiguió comer algo.

A.: Vea, Beatriz. Luego irá diciendo por ahí que yo no le di de cenar... –Con voz cómica- ¿Y dónde va a ir a parar mi reputación de anfitrión? ¡Nadie va a querer venir a mi apartamento!

B.: Doctor, yo creo que sus...“visitas” no vienen pensando en la cena precisamente...

Después de decir estas palabras Betty se ruborizó. Temía haberse pasado con el comentario y lo menos que quería era molestar a su jefe que tan bien se estaba portando con ella...

B.: -Apurada- Don Armando yo no quise...

A él le dolió que ella dijera eso. ”¿Esa es la opinión que tiene usted de mí, Beatriz? Claro que... es lo que me merezco...” Pero no quería crear más tensión ni que ella se sintiera peor de lo que ya estaba, por lo que decidió tomarlo a broma.

A.: No se preocupe, Betty... –y añade bromista- de todos modos estoy pensando en apuntarme a un curso de cocina... Nunca se sabe...

Mario estaba desesperado. Desde que vio salir juntos a Armando y Betty de la empresa había intentado localizarlos infructuosamente. Primero a través del celular de él que no le contestaba. Llamó a casa de Betty y le dijeron que ella había ido a trabajar y que estaba en la empresa. Fue hasta el apartamento de su amigo y el portero le dijo que el Dr. Mendoza había llamado para decir que no iría a dormir allá esa noche.

Recibió una llamada de Sofía comunicándole que la junta directiva se suspendía hasta el próximo martes. Preguntó si Armando o Betty estaban en la empresa y la secretaria le dijo que el Dr. Mendoza había marchado de afán y que Betty no había ido en todo el día a Ecomoda. De hecho la asistente de Armando sólo había permanecido unos minutos en la empresa coincidiendo con una “importante” junta del cuartel en el baño de señoras y nadie la había visto entrar ni salir. Llamó a Sandra y le dijo que si Armando o Betty iban a la empresa que lo llamara de inmediato a su celular. La muchacha se extrañó
ante esa petición, pero le prometió que lo haría.

Se puso a dar vueltas con el carro por todo Bogotá. No sabía qué hacer. Estaba realmente desesperado.

”Ella tiene que escucharme... Ella tiene que saber que todo cambió sobre la marcha... Que yo me enamoré... Que yo la amo como un loco... Yo no la puedo perder... No la puedo perder... No la puedo perder... Sin ella yo me muero... Betty, mi amor, tienes que creerme... Todo empezó de ese modo... pero ahora yo te amo y me muero por ti... ”

La novia de Mario CalderónWhere stories live. Discover now