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Taehyung corría apresurado en dirección al edificio en el cual vivía desde hace más de un año. Mientras las diminutas gotas de agua caían sobre su persona y la fría brisa golpeaba sin piedad su cara, se preguntó porqué rayos no se abrigó mejor antes de salir a hacer su compra exprés.

Sostuvo con fuerza la bolsa plástica que llevaba en su diestra y suspiró de alivio cuando la cálida temperatura del interior lo recibió. Sin perder el tiempo se encaminó hacia las escaleras y subió a paso constante hasta el cuarto piso, una vez frente a su puerta, procedió a introducir la llave y girar la cerradura.

Cerró tras de sí y volvió a suspirar al no captar más que silencio. Luego, sonrió en dirección a una chica de delicadas facciones que se encontraba sentada en uno de los sillones que adornaban su sala de estar, hojeando una revista con una mano mientras que con la otra jugueteaba con un mechón de su cabello.

--Vaya, eso fue rápido. -comenta con tono jocoso la joven --¿Fuiste corriendo o qué?

--¿Te quedas a esperar el té? -cuestiona Taehyung, ignorando a drede la pregunta que le fue hecha.

--No, lo siento. -niega luego de mirar su reloj de pulsera para acto seguido ponerse de pie --Ya que tengo algo de tiempo de sobra para llegar al trabajo quiero aprovecharlo y pasar por el centro comercial. Necesito ropa nueva.

--¿Más? -pregunta con cierto tono de mofa, puesto que la chica frente a él tenía por pasatiempo gastarse todo su dinero en ropa.

--Sí, bueno. Una chica nunca tiene suficiente ropa. -explica con su habitual tono despreocupado, mostrando luego la lengua en un gesto sumamente infantil al que Tae ya se había acostumbrado.

El joven doncel puso agua a calentar y preparó dos tazas de té, una para él y otra para la fémina, quien la aceptó gustosa pese a su negativa inicial. Ambos permanecieron en silencio mientras tomaban el primer sorbo.

--Gracias por el té. -dice la peliclaro a la par que toma su bolso y se encamina a la puerta --Tengo una cita después del trabajo, regreso a casa a eso de las diez. Si me necesitas, solo llama y llegaré tan pronto como sea posible.

En respuesta, Taehyung esboza una sonrisa y asiente. Dejando escapar un suspiro profundo una vez la rubia se marcha.

Ciertamente la primera vez que la vio con su maquillaje extravagante, su llamativa forma de vestir y su liberal manera de pensar, se sintió un tanto abrumado, al punto que cometió el error de prejuzgarla. Pero rápidamente había descubierto que en realidad era una chica muy dulce y, aunque en ocasiones se llegaba a escandalizar un poco debido a su personalidad, lo cierto era que le estaba inmensamente agradecido por toda la ayuda y la amabilidad que le había brindado en esos últimos meses lejos del apoyo moral de su hermano; al cual, pese a que hablaban a diario por teléfono, preferiría no hacerle mención de sus incertidumbres y miedos. Después de todo, consideraba que Seokjin tenía suficiente de qué preocuparse con sus problemas matrimoniales.

Observó el reloj de pared constatando que aún tenía unos veinte minutos de relajación, se puso en pie y ya se disponía a servirse una segunda taza de té cuando escuchó la puerta ser tocada.

Negó divertido al pensar que se trataba de su amiga, quien probablemente se había dejado alguna pertenencia en su departamento. Abrió la puerta sin siquiera observar por la mirilla.

--Mimi, ¿olvidaste algo...? -alcanzó a cuestionar antes de sentir como si toda la sangre en su cuerpo de repente dejara de circular.

--Vaya, vaya, miren a quien tenemos aquí. -le escuchó pronunciar con un tono de voz que lo hizo sentirse enfermo de rabia --¿Cómo has estado, mi adorado esposito?

Mi Inocente Doncel 《HopeV》Where stories live. Discover now