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Taehyung se encontraba frente a la puerta de la casa de su hermano, esperando a que alguien abriera.

Respiró profundo.

No se sentía del todo listo para un segundo enfrentamiento con Seokjin, pero sabía que no podía posponerlo por demasiado tiempo.

No si buscaba hacer que su matrimonio funcionara.

Es por esto que había accedido al ofrecimiento de su suegra de quedarse cuidando a una felizmente dormida Horin mientras él resolvía aquel asunto. Aunque no pudo evitar sentirse apenado con la mayor, quien había ido con la intención de llevarlos a pasear y terminó haciendo de niñera.

Una vez la puerta le fue abierta por la misma agradable mujer que tantas tazas de delicoso té le había servido en sus pocas visitas a la casa de su hermano, Taehyung le correspondió el saludo y luego la acompañó cuando esta se ofreció a llevarlo hasta donde se encontraba descansando el castaño.

Al acercarse, las voces de su hermano y de su cuñado llegaron hasta sus oídos y, a juzgar por el tono, no se trataba de una charla amena.

Pensó en lo típico que le resultaba las constantes discusiones de ambos mayores. Tal parecía que entre ellos siempre existía una guerra sin cuartel declarada y que el entendimiento no era una opción en lo obsoluto.

No obstante, la escena que tenía delante de sí lo dejó totalmente descolocado.

Y es que le generaba un sabor agridulce ver a su rebelde hermano sumido en un cálido abrazo con el de hoyuelos.

No es que le disgustara verlo feliz, pero hasta cierto punto le hería que fuera justamente con alguien que se prestó para causarle daño.

Si bien es consciente de que Namjoon no es el principal responsable de su desdicha, sino el mismo Hoseok, esta certeza no hacía mucho por mitigar el resentimiento que sentía hacia el de hoyuelos.

***

Seokjin se encontraba en el balcón, recostado en el pecho de Namjoon mientras ambos ocupaban el mullido sillón en forma de óvalo que el mayor había comprado pensando en la comodidad de su terco doncel.

Aunque en un principio Jin había desdeñado la utilidad de este, había bastado una sola siesta para que se volviera su lugar de descanso favorito. Es por esto que para Nam no era ninguna sorpresa llegar a casa y encontrárselo recostado cómodamente; era también justo esos momentos que aprovechaba para acomodarse a su lado y estrecharlo entre sus brazos mientras dormía.

Seokjin suspiró, hundiendo aún más su rostro en el amplio pecho adverso mientras que cada uno de los latidos del corazón de Namjoon lo adormilaban aún más. Sintió al mayor removerse bajo él y fingió seguir dormido.

--Jin. -le llamó con voz baja y pausada, procurando no sobresaltarlo --Necesitas comer algo. -musitó --Jin. Levántate para que comas, luego podrás seguir durmiendo.

Seokjin gruñó en desacuerdo antes de abrir los ojos y reincorporarse en el sillón. Odiaba tener que abandonar la calidez que le proporcionaba estar en los brazos adversos, pero como siempre, Namjoon era bastante acertivo con sus horas de comida, ya que su estómago estaba empezando a rugir.

Sin decir palabra, observó al mayor levantarse y extender la mano hacia él. No dudó en tomarla y ponerse en pie él también para ir al interior de la casa. Una vez dentro, el de hoyuelos le colocó en frente una bandeja con diferentes platillos y un vaso de la misma bebida que le ha estado haciendo ingerir para tratar su anemia. No podía decir que le gustara aquella bebida, su sabor era extraño aunque no desagradable.

Con un suspiro de resignación, se sentó en la mesa y empezó a comer con su entusiasmo.

--¿Por qué no vas a nuestra recámara y sigues descansando? -propuso el más alto una vez el castaño hubo terminado de comer.

Mi Inocente Doncel 《HopeV》Where stories live. Discover now