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Taehyung trata de apresurarse en asear correctamente a Horin, tarea que esta le dificulta al negarse a estarse quieta por más de tres segundos.

Totalmente empapado, la saca de la bañera una vez está relativamente limpia y la lleva hasta la recámara de ambos para ponerle su ropa de dormir. Ingenuamente creyó que lograr dormirla después del baño sería sencillo, pero no podía estar más equivocado.

Exhausto y con su ropa aún mojada, sopesa la idea de pedirle ayuda a Hoseok, pero la perspectiva de verlo a la cara después de la escena que protagonizaron en la cocina lo hace sentir demasiado abochornado.

¡Dios santo! Se había comportado como un calenturiento y un descarado.

Sin la interrupción de Horin, lo más seguro es que hubiera terminado suplicando por ser tomado allí mismo.

Su rostro adquirió un furioso rubor al pensar en ello y de repente volvió a sentirse terriblemente acalorado.

Ocultó su rostro en las hebras húmedas de Horin cuando esta empezó a retorcerse entre sus brazos.

--Appá. -empezó a llamar con tono lastimero, haciendo un mohín con sus labios a la vez que sus expresivos ojos se llenaban de lágrimas.

Sin más opción que recurrir al mayor, decidió hacer a un lado su bochorno y darle prioridad a los sentimientos de su hija.

--Te estaba llamando. -musita una vez frente a Hoseok, pero sin atreverse a mirarlo --Por favor intenta hacer que se duerma. Ya pasó su hora de dormir hace rato.

Poniéndose de pie, Hoseok se acerca hasta ambos con deliberada lentitud. Sus orbes captando la forma en la cual el peliazul se tensa al instante ante su proximidad, lo cual no sabe bien si interpretar como un rechazo o como solo demasiada susceptibilidad.

Aunque también estaba la posibilidad de que -sin la bruma sexual de por medio adormecimiento sus sentidos- Taehyung ahora estuviese espantado de su brusquedad.

Sin decir nada, toma con suavidad a su hija y regresa al sofá, donde se reclina para que quedara acostada sobre él.

Viendo como ahora Horin parece más dispuesta a dejarse arrastrar al mundo de los sueños, Tae decide aprovechar para ir a cambiarse de ropa. Comenzó a avanzar nuevamente en dirección a su habitación, pero no pudo evitar mirar atrás justo antes de doblar hacia el pasillo que separaba la sala de las recámaras. Al hacerlo, una fuerte sensación de calidez invade su pecho al observar cómo Hoseok peina con sus dedos las finas hebras oscuras de Horin mientras que esta le daba palmaditas en la boca.

Sus orbes empezaron a escocer, por lo que tuvo que comprimirlas con la parte inferior de sus palmas antes de proseguir su camino.

Se estaba convirtiendo en un llorón de primera, pero es que ver las interacciones de padre e hija lo conmovían a un nivel inexplicable y, sobretodo, le hacía ver cuán equivocado había estado al pensar que Hoseok podría rechazar a su hija al saber de su existencia.

Si bien sus suposiciones tenían varios puntos como fundamento, reconocía que se había apresurado al aceptarlas como válidas antes de tiempo. Como resultado de su afán por evitarle a la infante pasar por una experiencia similar a la suya con sus propios padres, había terminado arrebatándole por casi un año la oportunidad de disfrutar del amor y el cuidado que se merecía y los cuales Hoseok estaba más que dispuesto a darle.

Una vez se hubo cambiado, sopesó la idea de ocultarse un rato, pero la descarto rápidamente y regresó a la sala de estar, topándose con la grata sorpresa de que Horin ya se había quedado dormida.

--Será mejor que la acueste. -murmura, extendiendo sus brazos para tomarla.

--Déjame cargarla un poco más. -Hoseok pide con suavidad, apretándola suavemente contra él --Me gusta abrazarla.

Mi Inocente Doncel 《HopeV》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora