15

2K 351 332
                                    

°•○°•○°•○flashback○•°○•°○•°

--Me gustan mucho tus manos, Hobi. -musita la suave voz del castañito a su lado, provocando que mirase en su dirección y se topara con una expresión ligeramente avergonzada acompañada de una tímida sonrisa

--¿Por que? -alcanza a preguntar tras soltar una risita nerviosa. Últimamente no dejaba de sentirse incómodo ante cualquier palabra o acción del menor que implicaran afecto. Lo cual era verdaderamente absurdo teniendo en cuenta que Taehyung siempre ha sido dado a tales demostraciones y que esto nunca antes le había contrariado.

Pero es que todo había cambiado desde aquella repentina declaración de amor.

--No lo sé. -logra articular con suavidad el joven doncel a pesar de que siente su rostro arder producto de la vergüenza --Solo me parece que son muy lindas.

°•○°•○°•○flashback°•○°•○°•○

Este recuerdo recurrente parece no querer desaparecer de la memoria de Hoseok, repitiéndose una y otra vez en su cabeza tal como lo hace una estrofa pegajosa de alguna canción que escuchas por ahí y la cual simplemente no logras sacarte de la cabeza por mucho que lo intentes.

Como si esto fuera poco, también había empezado a ser cada vez más consciente del contraste entre su situación actual y la de antaño.

Y es que el comportamiento del ahora peliazul no podía ser más diferente al de años atrás. Este nuevo Taehyung no parecía ser ni la sombra de aquel chiquillo extremadamente cariñoso que buscaba constantemente su atención ni mucho menos la del esposo perfecto con el que se casó.

Y no es que se estuviera quejando. En lo absoluto. Sabía que las cosas entre ellos jamás serían iguales, pero lo que no se esperaba era que la nueva actitud del peliazul hacia él le resultara tan... ¿intrigante? Sí, podía ser esa la palabra.

Eso explicaría porqué rayos parecía ser mucho más consciente que nunca de su presencia, hasta el punto en que su cercanía lo alteraba de una manera que le resultaba inquietante.

Jodida mierda.

¿A quién engañaba?

Lo deseaba. Y mucho.

Pero por desgracia, el trato que recibía de este rayaba en lo frío e impersonal.

--Señor, ya llegamos.

La voz del conductor interrumpe el hilo de sus cavilaciones, haciendo que se percatase de dos cosas: la primera, estaba frente a su casa y la segunda, justo en la entrada se encontraba el peliazul acompañado de otro hombre.

De inmediato, se ve en la necesidad de reprimir un sentimiento que hace tiempo no sentía y al cual se niega a ponerle un nombre. Se baja del auto con un movimiento fluido y elegante, no sin antes darle las gracias al chico que hizo de su chófer puesto que se había sentido demasiado cansado y distraído para conducir hasta casa.

Avanza a paso seguro hacia la entrada de su hogar y nota el momento preciso en que la sonrisa geométrica de su joven esposo se tambalea al hacer contacto visual con él, pese a que este logra recomponerla en cuestión de segundos, no alcanza a ocultar el enojo en su mirada.

Hoseok pasa prácticamente de largo tras musitar apenas un saludo, del cual ni siquiera esperó respuesta; adentrándose al interior de la casa con mayor facilidad gracias a que la puerta se encontraba abierta.

Por su parte, Tae se obligó a continuar con su atención puesta en el chico frente a él, ignorando el sentimiento de decepción que intentaba embargarlo.

Mi Inocente Doncel 《HopeV》Where stories live. Discover now