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En cuanto la puerta se cerró, Taehyung se apresuró hasta la misma para colocarle el seguro. Su corazón palpitaba a un ritmo desmedido y su respiración era irregular.

Con manos temblorosas se acercó hasta la ventana que daba a la calle. No tardó en visualizar a Hoseok cruzando del otro lado para encaminarse hasta uno de los pocos autos que estaban estacionados allí y del cual salió un hombre vestido con ropa oscura. Luego de intercambiar unas cuantas palabras, Hoseok se subió al vehículo y dejó atrás al desconocido, quien permaneció de pie mientras realizaba una llamada telefónica con su celular.

No pudo evitar que se le pusiese la carne de gallina ante el pensamiento de que ese sujeto se había quedado para vigilarlo.

"El muy desgraciado había hablado en serio"

Sin saber qué más hacer, fue en busca de Horin. La encontró dando vueltas alrededor del corral. Si bien la pequeña había demostrado ser bastante habilidosa a la hora de salirse de este, no corría con la misma suerte cuando decidía regresar para poder jugar con sus juguetes. La pequeña, tras notar su presencia, le dedicó una mirada suplicante que le sacó una sonrisa divertida, pese a la gravedad de su situación.

--Vamos, papi te ayudará. -le dijo mientras la alzaba en brazos y la colocaba dentro del rectángulo alcolchado. Una vez allí, Horin gateó con entusiasmo hasta donde se encontraban sus juguetes preferidos, todos desperdigados por aquí y por allá.

Con los gorgojeos infantiles de fondo, su mente empezó a sopesar sus opciones. Escapar estaba descartado; y no por el hecho de estar bajo vigilancia, sinó porque eso había sido precisamente lo que lo colocó en su situación actual. Ya no quería hacerlo más.

Por como estaban las cosas, su única alternativa era recurrir a Seokjin, pero lo cierto era que pedirle ayuda a este le causaba mas incertidumbre que esperanza. Si bien lo adoraba y no le cabía duda de que podía contar con él de forma incondicional, no dudaba de que Jin -con su carácter volátil y beligerante- sería más propenso a desatar una guerra sin cuartel por la custodia de Horin antes de que llegaran a algún tipo de solución racional.

Se le estrujaba el corazón de tan solo pensar en la posibilidad de tener que pelear por la custodia de su hija.

No, no quería aquello. Era demasiado riesgoso. Horin era todo para él. No soportaría que se la arrebatasen.

Una opción menos arriesgada era pedirle ayuda al ex representante de su hermano. Ken no le daría la espalda. Sin embargo, estaba casi seguro de que la lealtad que este sentía hacia Seokjin haría que terminara contándole lo que estaba ocurriendo. Por otro lado, no quería causarle más inconvenientes al simpático chico, quien ya había tenido más que suficiente con los que le había causado Namjoon.

Luego de casi una hora intentando pensar en algo que le permitiera librarse de Hoseok sin correr el riesgo de que intentase arrebatarle a su pequeña, Tae terminó decantándose por el que consideró el menor de sus males.

Con determinación buscó su teléfono celular y le marcó a Seokjin. Soltó un bufido exasperado cuando su llamada saltó directamente al buzón de voz.

Intentó unas cinco veces más en el transcurso de casi dos horas, pero seguía sin poder comunicarse con su hermano. La incertidumbre y la preocupación apoderándose de él con cada minuto transcurrido tenían sus nervios a flor de piel. El ligero movimiento de su hija que dormía plácidamente en sus brazos tras las largas horas de juego logró sacarlo de su letargo. Con cuidado acomodó un mechón de cabello que escapaba de una de las coletas que le había hecho esa mañana y soltó un respingo ante el repentino llamado a su puerta

¿Acaso Hoseok había regresado ya? ¿No era demasiado pronto? Aunque lo cierto es que no tenía la más mínima idea de cuánto tiempo había transcurrido ya.

Mi Inocente Doncel 《HopeV》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora