Capítulo 4

15.7K 978 210
                                    

ANDREA.

Sigo dándole vueltas al tema de Sara. ¿A qué se quiso referir con lo de que la universidad nos manipulaba a su antojo? ¿Estaba en lo cierto o sólo era una chica alocada y desequilibrada como dijo Aiden?

Ya en la cafetería y tras escoger la mesa donde nos íbamos a aposentar, me siento al lado de Aiden  y Marina se sienta justamente a mi lado. La cafetería estaba a rebosar y yo estaba deseando probar esa comida que ofrecían ya que todo el mundo afirmaba que era la mejor que habían catado antes.

Tras que la camarera nos preguntara lo que íbamos a consumir, miro a Marina que todavía sigue atónita por lo sucedido al igual que yo.

—¿Crees que tenga razón?—le pregunto sacándola de sus pensamientos. Necesitaba saber su opinión y saber si no era yo la única que pensaba que quizá tuviese algo de cierto en su versión de los hechos y tuviese una razón oculta para decir lo que decía.

—No sé, todo lo que ha dicho parece ser una completa locura, ¿la universidad manipulándonos?—dice en voz baja para que Aiden no nos escuche charlar del tema.

—Tienes razón, es una completa locura, no puede ser que un centro educativo manipule a sus alumnos para conseguir dinero o lo que sea a lo que se refiriese—afirmo destensando mi cuerpo.

Era un poco surrealista pensar que algo así pudiese pasar.

Miré hacia mi derecha, donde se encontraba Aiden hablando con Ben. Le acaricié el brazo suavemente hasta llegar a su mano y entrelazar mis dedos con los suyos.

Gira su cabeza para lanzarme una mirada dulce y llena de ternura. Acerca mi mano a su cara todavia con sus dedos entrelazada y deposita un pequeño beso. Finalmente coloca ambas manos en mi pierna derecha suavemente para seguir hablando con Ben.

Marina sonríe al observar tal escena.

La verdad es que me alegro de al fin estar con Aiden. Estos meses a su lado han sido como estar en un paraíso. Los paseos en coche, sus besos y sus caricias, dormir abrazados, todo nuestro tiempo juntos... es un chico maravillosamente increíble.

—¡Iros a un hotel!—suelta Joel desde el otro lado de la mesa, quien también había podido observar la escena.

Le lanzo una mirada de odio y me encojo después de hombros ya que no le iba a dar demasiada importancia a eso. Joel se notaba un poco ¿celoso? No lo sé. Pero no tenía pensado dejarle arruinar el tiempo que pasáramos Aiden y yo juntos.

—¿Por qué no nos recomiendas uno? Habrás ido a tantos que ya habrás perdido la cuenta ¿no?—dice Aiden de repente haciendo que todos soltemos una sonora carcajada.

Veo como Aiden le lanza una sonrisa desafiante mientras Joel se limita a apretar la mandíbula de rabia, pero suavizando su expresión de odio con una sonrisa.

—Hmm, no creo que te dejen entrar con una enana como ella—contesta refiriéndose a mi.

¿En serio lo estaba diciendo? Está bien. ¿Si quiere pelea, pelea tendrá?

Le lanzó una mirada indiferente mientras él me mira con una amplia sonrisa triunfante.

—Si han dejado entrar a imbéciles como tú, yo creo que dejarán entrar a enanas como yo, ¿no?—me encojo de hombros y apreto la mano de Aiden haciendo que me mire.

—Toma, en toda la boca—añade Iván, quien estaba sentado al lado de Marina.

Todos los presentes sueltan una risotada muy sonora mientras Joel se limita a decir:

—¡Oye, todos contra uno no vale!—tras decir eso supe que todo lo que decía, las palabras que soltaba por su boca, eran mentira.

Solo era una simple broma para molestarnos un poco y reírnos todos juntos. Tras decir eso nos reímos todos juntos hasta que llegan nuestros pedidos.


Llegó la hora de asistir a la última clase del día. Está la impartía un profesor llamado Charles Pickens. Marina y yo nos dirigimos a nuestros respectivos sitios, donde nos habíamos estado sentando durante todo el día, pero, allí aguardaba alguien.

—El sitio está ocupado—dice cuando llegamos a su posición.

Nos mira con aire de superioridad mientras saca su material escolar de su mochila de color azul pastel.

—Sí, está ocupado pero por nosotras—responde Marina un poco enfadada—así que ya te puedes ir levantando de nuestros sitios Zoe.

—Y si no me levanto, ¿qué? ¿Me vais a obligar?—pregunta Zoe levantándose suavemente de la silla y apoyando ambas manos en la mesa mirándonos más de cerca mientras esboza una sonrisa desafiante.

—Zoe, vamos, no nos comportemos como niñas pequeñas que nos saben hablar para solucionar las cosas—comencé a decir—sabes que nosotras estábamos primeras en esos sitios, así que, por favor ¿puedes dejarnos nuestros sitios?

Suelta una risotada mientras me mira de arriba a abajo analizándome mentalmente.

—Ya llegó la niña buenecita ¿no?—se ríe mientras se acercaba a mi rodeando la mesa y quedándose a centímetros de mi cara—vete y búscate un sitio nuevo—dice completamente seria.

Ese fue el momento en el que exploté. Me arrepentía de no haberle dicho nada antes ni de haberle plantado cara cuando me empujó en el pasillo. Pero ya no. Ya no me iba a dar vergüenza ni a dar ningún tipo de miedo. Me iba a enfrentar a ella.

Se dio media vuelta para volver al sitio el cual era donde me sentaba yo dispuesta a sentarse.

—No tan rápido, cariño. Levanta tu enorme culo de mi asiento y retírate al final que es a donde las chicas como tú pertenecéis—digo completamente sería.

—¿Las chicas como yo?—pregunta atónita con una sonrisa incrédula.

—Si, chicas con el cerebro de mosquito que se piensan que dominan el mundo y que en realidad no son nadie—espeto.

Noto como se pone tensa e intenta decir algo pero el sonido de la puerta hace que se lo piense mejor. Marina y yo nos damos la vuelta para poder observar al profesor que nos iba a dar esa clase, el señor Pickens.

—Buenos días clase—dice dejando su maletín sobre la mesa correspondiente a los profesores.

Zoe bufa y se vuelve de nuevo para coger sus cosas e irse de mi sitio dejándonos vía libre para ser ocupados por nosotras.

—Ah, y por cierto, que mi novio haya dejado a la zorra de tu hermana no te da derecho a tratarme mal, así que más te vale que me dejes en paz, cielito—digo finalmente mientras ella se va totalmente ofendida y mascullando algo entre dientes llena de rabia y de odio.

Miro a Marina que me regala una sonrisa triunfante.

Me había quedado a gusto, la sensación de haber soltado todo eso sin miedo a las consecuencias o a arrepentirme después era muy buena. La adrenalina de haber plantado cara a aquella chica con aires de grandeza y odio recorría cada una de las venas de mi cuerpo.

Nos sentamos en nuestros respectivos sitios y atendimos a la clase del profesor Pickens.

Este llevaba puesta la típica camisa de cuadros blanca y azul y unos vaqueros azul marino, acompañado con unos zapatos y un maletín de tonos marrones.

Sus gafas dejaban entrever a un hombre apasionado por su trabajo, por enseñar a jóvenes su materia para poder llegar a ser algo en un futuro no muy lejano.

En ese instante me vino a la mente las palabras de Sara de nuevo. Ninguno de los profesores se veían como psicópatas al mando del director ni nada que se le pudiera asimilar. Aiden tenía razón, era una completa locura.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

¡Holaa a todxs! Ya termine los exámenes de acceso a la universidad y estoy lista para volver a escribir más a menudo.

También quería deciros que ya elegí un apodo cariñoso para llamaros a todos los que me seguís y leéis la saga de MI NIÑERO.

Sitters

¿Que os parece?☺️

Siento mucho la tardanza pero aquí tenéis otro capítulo de MI NIÑERO 2, espero que os guste!❤️

MI NIÑERO 2Where stories live. Discover now