Capítulo 12

8.2K 587 183
                                    

ANDREA.

—¿Y crees que llevando esto puesto haré que Joel caiga en la trampa?—preguntó observando como me quedaba aquel vestido en mi cuerpo.

Era corto, de color negro y llevaba una pequeña abertura al lado izquierdo. Los tirantes eran finos y la tela suave.
Elegante pero a la vez casual y fiestero. Era el vestido perfecto.

—Ningún tío en su sano juicio se resistiría—afirma muy convencida de ella misma mientras sujeta entre sus manos un par de zapatos negros.

Y como no. Eran unos tacones. Unas máquinas de morir para mis tobillos y mi equilibrio con punta de aguja. Pero el plan estaba echo, y los tacones formaban parte de ese plan.

—¿Y si no sale bien? Aunque no lo parezca, Joel parece ser bastante listo y astuto.

—No se saldrá con la suya, te lo aseguro.

Tras mirarme en el espejo varias veces, dudosa por la elección de Marina sobre mi atuendo para la fiesta, ella se dispone a prepararse también mientras yo me hago una coleta alta, dejando ver mis hombros.

Marina llevaba un vestido parecido al mío, la diferencia era que este era de color blanco. Como la noche y el día.

Sonreí por la ocurrencia de Marina. Íbamos conjuntadas hasta en los tacones.

—¿Estás lista para que Joel obtenga su merecido?—pregunta Marina cerrando el puño ante mi con decisión.

—Estoy completamente lista—añado con el mismo tono de decisión.


Salimos por la puerta de mi casa después de que mis padres nos dijeran que lleváramos cuidado y que yo volviera pronto a casa.

Tras cerrar la puerta de un pequeño portazo, Marina y yo fuimos hasta la camioneta de Aiden cogidas de la mano. No por nada, sino por que yo era pésima andando con tacones y tenía pánico a caerme nada más salir de casa.

Mi mirada se cruzó con la de Aiden que tras unos segundos de hacer contacto visual me analizó de arriba a abajo mientras se mordía levemente su labio inferior.

—Estás... increíble—dice acercándose a mi para depositar un suave beso en mi mejilla mientras me agarra de la cintura.

—¿Ves? Te dije que nadie se resistiría—me susurra Marina antes de montarnos en la camioneta.

Tal vez llevaba razón con lo de que caería en la trampa y el vestido que llevaba nos ayudaría en ello.


Tras bajarnos de la camioneta de Aiden pude divisar la casa en la que se estaba celebrando la primera fiesta universitaria a la que iba a asistir, la casa de Joel.

El jardín era enorme y estaba a rebosar de gente. La música sonaba a través de unos altavoces situados frente a la piscina junto a la mesa de mezclas del DJ que había contratado el anfitrión de la fiesta. La mesa de bebidas estaba al otro lado de la piscina y varias luces led iluminaban la estancia con varias luces de colores.

—Ahí están los chicos—dijo Aiden cogiéndome de la mano mientras avanzábamos entre la gente.

Yo solo podía pensar en el plan que habíamos trazado Marina y yo. Los nervios recorrían mi cuerpo a través de mis venas. Era normal. No todos los días tenía que demostrarle a mi novio que yo llevaba la razón en algo otorgándole argumentos que lo prueban.

Me seguía molestando aquello. Aiden no confiaba en mí, creyó a su amigo antes que a su novia incluso después de todo lo que habíamos pasado. Le demostraría la verdad, aunque fuera lo último que hiciese.

MI NIÑERO 2On viuen les histories. Descobreix ara