Esclava (Terminada)

EPÍLOGO

Tres años después

Algunas veces te preguntás  ¿Porqué tu vida es aburrida y monótona?

Yo una vez lo hice y deseé que fuera más emocionante, pero a veces tus deseos pueden cumplirse y es ay dónde empiezas a valorar lo que tenías antes, lo peor era que por más que quería no podía volver a mi plácida y tranquila vida, antes de conocerlo pero no puedo negar que el demonio de bellos ojos que vino a poner mi vida de cabeza, me enseñó a vivir más intensamente.

Hoy después de tres años de aquel fatídico día dónde le dí un final al que era supuestamente un amigo incondicional y que me recuperé de aquellas heridas, puedo decir que por fin obtuve lo que quería, un lugar donde vivir tranquila con mi familia.

Desafortunadamente Doménico no está con nosotros, el tuvo que pagar y por eso aún se encuentra en la cárcel; tiene que cumplir una sentencia de cinco años que puede disminuir por buena conducta.

En mi caso se me exonero de la muerte de Marcelo, según los agentes lo hice en defensa propia, no sé si Doménico negoció, pero se lo agradezco creo que no hubiera podido aguantar estando en la cárcel.

En cuanto a las propiedades la mayoría de bienes de los Martinelli y Delucca, fueron confiscados por el fisco, lo único que se salvó fue la isla que Doménico compró para ambos y en la que hoy en día en compañía de mis padres convertimos en un pequeño resort, dónde recibimos turistas de todo el mundo que deseen algo de paz y tranquilidad cerca de la naturaleza.

- ¡Gaby!

-Papá ¿Qué haces acá? ya van a llegar los  huéspedes.

-No te preocupes ya dejé todo listo y todavía faltan unos minutos. Quería comentarte algo primero.

-Dime.

-Quiero preguntarte ¿Porque no has ido a visitar a Domenico? siempre que voy pregunta por ti y puedo ver la tristeza en sus ojos cuando me ve llegar solo, ya no se que inventar le dé excusa.

-Papá no me siento bien llendo allí, se que le debo muchas cosas y siempre estaré en deuda, pero tengo miedo de que por volver a estar con él todo esto se vaya por el caño de nuevo y no lo voy a permitir.

-Hija ya todo eso pasó, los malos ya pagaron, nos cambiaron los nombres para que no nos descubrieran, estamos bien. Créeme que no pasa un día en que no me eché la culpa por todo el mal que les he ocasionado a ambos, yo los metí en ese maldito negocio y nada me haría más feliz que ustedes por fin estén juntos.

-Esta bien papá veré qué puedo hacer para acompañarte la próxima vez.

Después de un ajetreado día, creo que mi día terminará por lo que me dirijo a mi casa, pero al pasar cerca a la antigua cabaña que Domenico hizo para ambos una sombra llama mi atención, me acerco creyendo que es algún huésped entrometido pero al entrar me llevo una gran sorpresa.

-¡Gaby!-. Al escuchar esa voz, el corazón se me acelera, no puedo creer que el esté en este lugar o ¿Será que lo estoy imaginando?

Volteo buscándolo con la mirada, hasta que lo halló; se encuentra de pie a unos pasos tras de mí.

-¡Domenico! Pe..pe..pero que haces?-.
No logro articular más palabras, pero el me contesta adelantándose a lo que trato de preguntar.

-Me disminuyeron mi pena y decidieron soltarme, quería darte una sorpresa, pero veo que el sorprendido fuí yo-. Me da una medio sonrisa.

En su rostro aún luce aquella barba, se ve más delgado y demacrado; bueno el lugar de donde viene no es el mejor para pasar una estadía.

Me quedo allí, observándolo por un rato, no sé que decir y más cuando esperaba verlo dentro de un par años más y aunque mi corazón desea abrazarlo y besarlo como hace tiempo no lo hace, mi mente lo detiene porque tengo miedo que se acabe esto y destruya en cuestión de horas lo que levante con tanto esfuerzo.

-Gaby se que esto es una gran sorpresa para ambos, pero no podía dejar de pensar en ti y en nuestro hijo. Tú me enseñaste lo que es el verdadero amor fuiste la única que me amo con mis locuras, que no le importo ni mi posición, ni mi dinero. El daño que te hice fue irreparable y aún pago por ello, pero al venir aquí deseo pedirte primero que todo perdón por todo y segundo deseo me des una oportunidad para tratar de rehacer mi vida a tu lado.

De repente y como nunca lo ví se arrodilla frente a mi.

-Gaby te gustaría pasar el resto de tu vida al lado de este malnacido.

Me hace reír con su absurda propuesta, pero de la nada saca un pequeño anillo que logra sorprenderme más.

Con evidente nerviosismo y ante mi silencio añade.- ¿Quieres casarte conmigo?

Pronuncia aquellas palabras como si no hubiera entendido, pero no es eso es mi miedo a perder todo de nuevo que no se va.

Veo como lentamente se levanta angustiado ante mi silencio.

Pero sin pensarlo más, me avalanzo hasta donde está, para darle el beso que soñé darle de nuevo, amo a este maldito y no lo puedo evitar, por eso decido jugarmela una vez más por nosotros.

Porque si no nos arriesgamos en nuestra vida de que sirve vivir, si la vida está hecha de esto; momentos alegres y otros amargos, que hacen de nuestra vida algo lindo, lleno de sorpresas a cada pasó que demos.

FIN.