Capitulo 32

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Aterrizamos en un lindo lugar cerca al mar, el día resplandece y la brisa marina nos da la bienvenida, de nuevo subimos a los autos que ya nos esperan, tomamos la carretera principal y en un par de minutos nos sumergimos en el tráfico de una gran ciudad.

Viendo todo a mi alrededor pregunto.

-Marcelo ¿Dónde estamos?

-¡Bienvenida a Australia pequeña!

-¡Australia!¡Wow! Creo que nadie se imaginaria que estamos aquí.

-Si es un buen sitio para esconderse-. Dice guiñándome el ojo.

Observo de nuevo a través de la ventana dándome cuenta que nos acercamos a la zona del puerto, dónde se ven varias embarcaciones atracadas allí.

De repente estacionamos y Marcelo se baja, me tiende la mano para ayudarme a bajar del auto, la cuál acepto con dudas no sé a dónde nos dirigimos y si todo es una trampa, y sí quiere matarnos y quedarse con todo.

No sé porque empiezo a pensar tales cosas. ¡Por Dios! estoy con Marcelo el solo quiere lo mejor para nosotros y jamás nos haría daño.

Caminamos sobre la extensa pasarela de madera y casi al final de esta vemos un gran y lujoso catamaran negro frente al cual nos detenemos.
Al parecer el negro, es el color preferido de Marcelo y hasta ahora me entero.

Con temor de saber la respuesta preguntó lo que hace un rato ronda mi cabeza, mientras ascendemos al gran barco.

- Marcelo ¿Dónde vamos?

-A mi guarida, ya te lo dije-.Contesta secamente, haciendo que me calle por unos momentos pero decidida vuelvo a preguntar ya no me importa nada a estas alturas.

-¿Vives acá? O vas a matarnos y tirar nuestros cuerpos al mar.

Una gran carcajada sale de la boca de Marcelo al parecer le parece gracioso el hecho de matarme.

-No digas eso pequeña, yo jamás les haría daño. Ustedes son lo más importante que tengo.

-Entonces ¿Porque todo esto?

-No sería una guarida si fuera fácil de llegar.

Bueno en eso tiene razón.

Al subir me quedo impactada con el lujo que hay, no parece un simple bote parece que estamos en una casa lujosa y ni hablar de mi pequeño Salvatore está feliz al subirse por primera vez en un bote tan hermoso por lo que corre por todos lados y se asombra cada vez que descubre algo nuevo, empieza a bombardear a Marcelo con preguntas quien amablemente le explica todo.

Sabiendo que todo está bien me alejo para tratar de tranquilizarme, no sé porque pienso esas cosas, si siempre Marcelo ha sido el que me ha salvado y a estado siempre apoyándonos.

Mientras veo la gran extensión de agua, me apoyo en el pasamanos y respiro profundo quiero relajarme un poco. Talvez sea buena idea pasar unos días alejados de todo y recobrar fuerzas para continuar peleando.

-¿Gaby estás bien?-.Escucho a Marcelo hablar tras de mí.

-Si, no te preocupes estaba nerviosa pero después de todo lo que he pasado creo que me he vuelto desconfiada.

Tomándome del brazo hace que me voltee para verlo, tiene esa mirada intensa que a veces no transmite mucho, es fría y en ocasiones cuando la veo en él, hace que se me ponga la piel de gallina, no sé si es involuntaria pero no me gusta cuando me mira así.

-Gaby todo estará bien, están a salvó y como te prometí mientras estés conmigo no te pasará nada-. Toma mis manos y se la lleva a la boca dándoles pequeños besos.
-No sé de dónde sacas las cosas que dijiste hace rato, talvez fue una broma, pero entiendo que en este momento desconfíes de todo y de todos...-. Se ve interrumpido por el sonido de su celular, pero lo ignora por unos momentos. -Mi pequeña no sabes lo que significas para mí-. Me da un beso cerca a la comisura de mis labios y se aleja para contestar su celular.

Esclava (Terminada)Where stories live. Discover now