Capítulo 13

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La luz del nuevo día se cuela por las ventanas haciendo que despierte. Me estiró y volteo para buscarlo pero no esta y no se porque me sorprende eso, talvez muy en el fondo mi yo romántica esperaba encontrarlo a mi lado para retosar con él como lo hacen en la películas, pero esto no es una película es la maldita vida real donde fui secuestrada y me enamoré del secuestrador, un momento yo parezco vivir en la película.
Niego con mi cabeza para alejar tan tontos pensamientos y mejor me levantó ha atender mis necesidades fisiológicas. Entro al espacioso baño y aprovecho también para bañarme de una vez, al salir no puedo evitar ver mi reflejo en el espejo, nada a cambiado; el rostro con ojos tristes y ojeras cada vez más asentuadas, mi cuerpo tampoco muestra mucho cambio, me veo más delgada, no soy precisamente la imagen de la perfecta salud, pero un momento tengo marcas en mi cuello y pecho el maldito de Domenico me hizo chupetones pero  ¿que se cree? dando un suspiro cierro mi bata para buscar algo que ponerme, me interno en aquel vestidor que solo huele aquel demonio que me tiene acá encerrada, su aroma es embriagadora mente masculino y muy distintivo, lo dejo de lado para buscar algo que ponerme en medio de toda aquella ropa lujosa, abro los cajones para buscar ropa interior pero solo veo ropa cara y sexy  con encajes, satín, corpiños ropa interior muy bella pero nada normal o funcional para el día a día, me decido por un conjunto negro de encaje el brasier es tan delicado y bello que me da miedo romperlo y la tanguita tan sexy y pequeña que no deja nada a la imaginación, mientras me lo pongo un ruido al fondo del cuarto llama mi atención haciendo que mire en aquella dirección me topo con Domenico está de pie en el marco de la puerta, tiene un pantalón de chándal, está sin camisa y alrededor de su cuello tiene una toalla.
Al parecer hacia ejercicio y como siempre está para comerselo.
Su mirada es como la de un depredador, en este momento me siento como en uno de esos documentales donde el rey de la selva va a la caza de su cena y yo soy la pequeña gacela, con temor doy un par de pasos hacia atrás hasta que me topo con un estante de repente de dos zancadas tengo a Domenico sobre mi me besa de una forma desesperada, con hambre causándome cosquilleo en varias partes de mi cuerpo este hombre me pone a mil y no me importa que apeste a sudor lo deseo.
Me agarra de las nalgas para cargarme haciendo que enrolle mis piernas alrededor de su cintura me sujeto a él como si fuera un pequeño koala aferrándose a un árbol pero por poco nos caemos, esto hace que ambos soltemos carcajadas, es increíble en el tiempo que le conozco nunca lo he visto tan relajado como hoy y eso me gusta se ve tan bien así.
-Preciosa, me temo que te voy a hacer mía una vez más y lo haré aquí mismo-. Me deposita con cuidado sobre la alfombra blanca y peluda que hay cerca a nosotros, hace a un lado el encaje que cubre mis senos para jugar con ellos, empieza a besarlos sin poderlo evitar suelto uno que otro jadeo.
-Domenico..-. Le susurro al oido, mientras me atrevo a darle un leve mordisco en este, haciendo que se estremezca por mí acto, sonrió satisfecha.
-Gabriela...quiero que grites mi nombre, quiero que todos en esta puta casa sepan de quién eres. Levantó la cabeza para verle pero el ya va rumbo al sur siento su boca explorando aquel lugar que hasta hace poco fui consiente de que existia en mí, su boca como siempre hace maravillas haciendo que arquee mi espalda y mueva mis caderas.
-Quedate quieta, chiquilla-. Dice levantando un poco la cabeza para verme.
Asiento y el continúa con mi tortura, escucho como algo se rasga levantó la cabeza y puedo ver cómo saca la pobre tanguita echa añicos.-Me estorbaban-. Dice mientras tira los pedazos de aquella tanguita.
Ante tal acto no puedo evitar soltar carcajadas.-¡Estas loco!-. Digo en medio de risas. De repente tengo su rostro frente a mi, puedo sentir su respiración sobre mi rostro.-Por tí-. Murmura cerca a mis labios haciendo revolotear miles de mariposas en mi estómago.
Me besa de una forma apasionada y puedo sentir su erección sobre mi vientre, él baja de nuevo su rostro pero esta vez para acomodarse, siento como juega con su miembro en mi entrada y aumenta mi deseo por tenerlo allí, continúa haciéndolo un par de veces, pero mi paciencia se agota haciendo que hable sin pensar.
-Por favor hazlo, de una ¡puta vez!-. Grito desesperada, al darme cuenta de lo que hice Domenico para y apoya sus brazos a cada lado sosteniéndose sobre mí.-Creo que hay que lavar esa boquita-. Me da una medio sonrisa y sigue besando mi cuello. Sin previo aviso me penetra haciendo que gima, los movimientos se hacen repetitivos
la habitación se inunda con nuestros sonidos; piel chocando contra piel, nuestra respiración y los jadeos que cada vez son más fuertes.
- ¡Domenico! ¡Domenico!
-Asi preciosa di mi nombre y mírame, quiero verte cuando alcances tu orgasmo.
Asiento, ya no puedo ni hablar mi boca está seca y mi respiración es agitada.
-Ohh!!..sii preciosa... vente conmigo los dos juntos-. Dice con voz ronca.
Y así lo hacemos uno después del otro, al final Domenico se deja caer sobre mi pecho nuestras respiraciones se acompasan y gotas de sudor impregnan nuestra piel.
Después de un rato nos recuperamos para irnos a bañar allí de nuevo lo hacemos hasta que mis piernas no dan más y Domenico debe sacarme casi cargada, no me explico cómo esté hombre aguanta tanto pero yo estoy muerta y hambrienta mi estómago ruge tan fuerte que Domenico se detiene a verme.-Tal parece que tenemos a una fiera que alimentar-. Lo dice en tono burlón.
-No me parece gracioso y sí tengo mucha hambre-. Le contestó enfadada.
-Bueno en ese caso vistamonos y vamos a comer.
Eso hicimos después de recuperarme un poco salimos del cuarto hacia la cocina allí nos encontramos a la dulce señora que me ha llevado comida todos estos días.

Domenico se adelanta y habla con ella cuando me les uno, solo alcanzó a darle una medio sonrisa de saludo porque Domenico ya está jalando de mi para llevarme afuera a lo que es una terraza allí nos sentamos en una de las mesas que se encuentran cerca a la piscina, es la primera vez que vengo a este lado de la casa siempre veía la piscina desde arriba pero estar aquí es diferente. Mientras disfrutamos de un delicioso desayuno aparece frente a nosotros una chica en un bikini negro que debo decir que le queda bastante bien, vemos cómo pone su toalla sobre una tumbona que está al lado de nosotros y se acerca dónde está Domenico, este la mira extrañado y más cuando le da un beso cerca a la comisura de los labios, acto que le desagrada ya que mueve su rostro hacia un lado.
-Buenos días Domenico.
-Buenos días Elisa-. Contesta Domenico con desgano.
Espero que me salude pero está pasa olímpicamente de mi. Esta ¿que se ha creido? Ahora sí que me siento enfadada primero le coquetea descaradamente a Domenico y ahora me ignora la arpía está o será ¿que estoy celosa? Noo creo. Pienso.
Veo como le pide un zumo a una de las empleadas y toma asiento al lado de Domenico.
-Elisa ¿Dónde está Marcelo?
-Aun duerme.
-Ahh...veo. Te diré algo Elisa para que lo tengas en claro primero que todo detesto que las personas invadan mis espacios, segundo nunca te dirijas a mí por mi nombre para ti soy señor, tercero nunca me dirijas la palabra a menos que tú amo te lo haya ordenado. ¿Entiendes?
Esta asiente visiblemente indignada por lo que acaba de escuchar levantándose de la silla para retirarse pero antes Domenico la llama y está voltea.
-Elisa  ¿Que se dice cuando ofendemos a un amo o dominante?

Esta después de meditarlo un poco responde de no muy buena gana.
-Disculpe señor.
-Asi es, ahora puede retirarte.
Está voltea y sale furiosa de allí dejándonos solos de nuevo para seguir disfrutando nuestro desayuno.

Esclava (Terminada)Where stories live. Discover now