Cuando una Ciudad Despierta (#TA2021)

Día 13-19. Capítulo 24.

Maggie.

Hola queridos lectores futuros, discúlpenme por la falta de continuidad en mi historia, pero he estado pasando por un momento muy difícil.

Me separé de mis amigos, Amelia, Ernest y Daniel, y con el pasar de los días me doy cuenta de que fue un error, un grave error.

Al principio todo había pasando con normalidad. Nos habíamos instalado en mi casa por la seguridad. Mis amigos habían estado viviendo en el Centro, no quería mandar a Amelia y a Ernest allí, pero eran ellos o yo. Los días eran aburridos, más que antes de que destruyeran el hospital, hasta que todo acabó finalmente.

Eran como las cinco de la tarde, si mi memoria no me falla. Estaba leyendo con mi canción favorita en los audífonos, "The Heart Asks Pleasure First" de Michael Nyman, traía un vestido largo y blanco con estampado floral. Al estar en el segundo piso y no escuché de inmediato los gritos.

Cuando me asomé David estaba muerto en la alfombra de la sala y había una criatura comiéndolo. Me quedé paralizada, jamás en mi vida había tenido a una de esas criaturas tan cerca desde el día del desfile. No supe que hacer. Corrí y cerré el cuarto con llave. Me oculté en el armario con la cabeza entre las rodillas. Lloré en silencio teniendo la esperanza de que la criatura se fuera.

Pasaron los minutos y escuché las voces de Carla y Charlotte en el pasillo.

—Vámonos —dijo Carla.

—¿Y Margaret? —preguntó la otra.

—No importa, seguro esta muerta.

—Esta bien...

Quise moverme y decirles que estaba bien, que me llevaran con ellas, pero seguía paralizada lector. Casi ni me atrevía a respirar.

Las horas siguieron pasando en un silencio abrumador. Me quedé dormida de tanto llorar. Después de un rato después de despertar, tuve el valor suficiente para salir. Todo estaba destruido, en la planta baja encontré a mis tres amigos tirados en el suelo. Me acerqué para revisar si seguían vivos, pero no hice más que manchar mi vestido. Me fui, no sabía qué más hacer. Me escondí en uno de los primeros edificios que encontré. Pasaron un par de días, solitarios y fríos. Con miedo en cada célula de mi cuerpo. No los recuerdo con claridad, lector para que miento. Solo sé que me quedé en un viejo departamento sucio y lastimero.

¿Así que eso era vida? ¿supervivencia? ¿felicidad? Sé que sonará ridículo, pero en aquellos aborrecibles días odié a David, Carla y Charlotte por morir. "¿Por qué para ellos fue tan sencillo?" me pregunté, "mientras tanto yo tengo que seguir aquí sufriendo ¡sola!". También me odié a mí, por abandonar a Amelia y a Ernest, ellos todo este tiempo tuvieron razón. Nunca hubo esperanza en la ciudad.

Como la situación era no me creía capaz de poder sobrevivir en un mundo así, sin nadie ni nada. Lo había arruinado todo, lector.

Pasaron como tres días. Días que tras lo que acabo de decir ya no deseo recordar alguna vez en mi existencia. Finalmente, alguien vino a mi rescate, decía ser el último soldado en Cunningham. Supuestamente todos los demás habían muerto tras un ataque en el Luna Creciente. Dijo que no era seguro estar donde me encontraba, que él con el carro del ejército podría llevarme a otro lugar, pero ¿a dónde? Al final, le dije que me llevara al edificio de Amelia y Ernest, si es que vivían o aún seguían en la ciudad eran mi única posibilidad, pero después de lo que les hice, no estaba tan segura de si me recibirían.