Día 24. Capítulo 30.

84 28 74
                                    

Maggie

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Maggie.

Lector... no sé por donde comenzar.

Dicen que hay cosas que no se pueden evitar, solo aplazar. Así me sentí hace pocas horas, cuando Ernest nos dijo que mañana mismo nos iríamos de Cunningham. Desde el primer momento, y lector lo sabes muy bien, no quise emprender semejante travesía. No quería arriesgarlo todo solo por una posibilidad, pero sé que lo que pase si no lo hago probablemente terminará en mi muerte de todas formas.

Empaqué las cosas que quería conservar, y busqué la ropa que llevaría aquel día. Aunque no he dejado de pensar en que si muero todo habrá sido para nada. Al final, jamás encontré algo que a mi vida trajera propósito...

Me quedé pensando en eso todo el día, pero al final lector tuve que preguntar la pregunta que desde que había vuelto rondaba por mi mente.

Antes había dicho, lector, que Amelia y Ernest por un tiempo parecieron complacidos con sus vidas, pero todo aquello parecía haberse desvanecido. Ahora que he regresado, e visto que esa vida a vuelto a ellos. De nuevo eran los de hace tanto tiempo tras. Felices, en paz, y no porque todo estuviera bien, si no más bien a pesar de ello. ¿Qué era aquello?, ¿por qué ellos eran así y yo no? Desde que todo empezó mi temor solo ha crecido, ¿cuál es aquella diferencia?

Amelia estaba despierta, y al parecer algo nerviosa. No puedo evitar siempre sonreír al verla después de todo. Ella es una de las pocas personas que me quiere a pesar de saber perfectamente cómo soy.

—Buenas noches Amelia —la saludé entrando en la habitación.

—Hola Maggs —me respondió—. Siéntate.

—¿Cómo ha seguido tu estado de salud? —le pregunté.

—Mejor —sonrió—. Oye, tienes algo, ¿qué pasa?

—¿Acaso es mucha la obviedad?

—Se nota la tensión en tu cara, ¿es por la salida?

—Más bien tengo una pregunta que no me deja tranquila.

Entonces le conté todo. Mi frustración, mi miedo, mi pregunta.

—Vaya... —empezó a decir—, Mira Maggie, sé que tu no crees en Dios, pero no hay otra respuesta. Sabes que Ernest y yo venimos de familias cristianas, y eso decíamos ser, pero nos alejamos cuando vinimos aquí junto contigo. Por eso es que nuestra forma de vivir cambió. Dios es el que le dio sentido a la vida cuando estuvimos en Nuevo Hamilton, y ahora Dios es quien le da sentido nuevamente. Dios, esa es tu respuesta.

—¿Cómo dices tal cosa? —pregunté estupefacta. No era la respuesta que esperaba.

—Mira, piensa en esto: Un hombre compra una lavadora, la instala y después pone un montón de platos en ella. La lavadora empieza a trabajar, pero cuando esta termina el hombre descubre que todos sus platos están rotos. La lavadora no fue creada para lavar trastes, fue hecha para lavar ropa. Nosotros fuimos creados para Dios, y sin él ¿cómo se supone que vamos a funcionar, que vamos a ser felices, que nuestra vida tendrá algún sentido?

Me quedé pensando en esto. En defintiva no era la respuesta que estaba esperando. Sinceramente lector, no sé que clase de respuesta esperaba, pero no era esa.

—Interesante respuesta —dije después de un tiempo—, pero no te creo.

Los ojos de Amelia se abrieron en gran manera, tampoco era la respuesta que esperaba. Eso le dije, no quiero creerlo, creer que Dios siempre fue la respuesta. Toda mi vida he pensado que Dios no existía, así es como piensan mis padres, así es como piensa todo el mundo. ¿Realmente Dios me ha hecho falta? No lo creo estimado lector. Quizá debería dejar de enfocarme en las cosas que no tienen respuesta, la vida no tiene sentido porque Dios no existe, esa debe ser la respuesta. Pero lector, y espero que no me juzgues por lo que voy a decir, la duda acerca de todo este asunto que antes había estado tan claro para mí ya a quedado implantada en mi mente y corazón.


.∞∞∞∞∞∞.

¡Hola!, reportándose la autora.

Como estamos cerca de llegar a 1k (jamás pensé llegar a tan lejos en tan poco tiempo, ¡GRACIAS A TODOS LOS QUE HAN LEIDO HASTA AQUÍ!), les traigo un par de datos curiosos de "Cuando una Ciudad Despierta". La primera parte es de cosas que se me ocurrieron y nunca pasaron, y la siguiente (que subiré en el capítulo del sábado), es que cosas que si forman parte de la historia, pero que no he contado.

Sin más, los datos:

1. El primer titulo que se me ocurrió fue "La Gran Masacre".

2. Los primeros nombres que se me ocurrieron para los personajes fueron: Jane para Amelia, William para Ernest, Barb para Maggie y Rick para Daniel.

3. En un inicio Daniel y Amelia iban a ser primos, y Ernest y ella solo mejores amigos.

4. En los primeros borradores Maggie no traiciona a sus amigos.

5. En los primeros y muy oscuros comienzos de esta historia sería un apocalipsis zombie. Digamos que la historia a cambiado mucho con el paso del tiempo.

En fin, eso es todo.

Cuando una Ciudad Despierta (#TA2021)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora