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Andrea.

¿Será posible que alcance a cruzar cuando viene un auto rajado pero lejos?

Sentí la mano de mi pololo apretar la mía y lo mire.

—Ya se que estás pensando —negó con una sonrisa.

—Hubiéramos alcanzado, mira si recién pasó —bufé y seguí con mi mirada al auto que acaba de pasar.

—Es mejor prevenir que lamentar po enana —beso mi pelo y sonreí.

La luz del semáforo cambió a verde y con el Vicho cruzamos la calle para llegar a la plaza en donde andan en skate y también donde están haciendo batallas de freestyle, al Vicho le encantan y a mi también, después de todo así nos conocimos.

Primero fuimos a saludar a sus amigos que se están sacando la chucha tratando de hacer trucos con el skate y luego caminamos hasta la aglomeración de gente.

—Si te sientes mal.. —lo interrumpí.

—Tengo que avisarte, lo sé —suspire y mire mis zapatillas.

Mis papas la cagaron al decirle que tengo esta enfermedad culia, ahora si no son mis papas los que me vigilan que me tome las cagas de pastillas a la hora, que me pinche y que no coma weas que me hagan mal, está el Vicho que parece mi enfermero personal.

—Oye pero lo digo en serio, no esperes hasta el último momento cuando ya no des más del dolor —acaricio mi mejilla con delicadeza.

—Si ya se —sonreí y nos sentamos en los escalones que hay, de aquí se ve súper bien los que están batallando.

Me apoye en su brazo y este pasó su brazo por mi espalda baja, busco mi mano para entrelazarla con la suya y ninguno dijo nada, solo escuchamos y observamos la batalla.

Por unos minutos no se en que vola me fui que sentí como si solo yo estuviera en ese momento, los gritos de gente alentando se escuchan muy lejos, cerré los ojos con fuerza pero menos mal el Vicho me hizo volver a la realidad.

—¿Me estás escuchando?

—No, ¿Que me dijiste? —lo mire a los ojos y solto una risita.

—Que ese weon es el nuevo, ¿Te acuerdas que dije que iba a sumarse otro loco?

Mire hacia donde están los que rapean y caché altiro al mino, carita nueva po.

Desde aquí se ve alto, anda con una polera de color negra, unos pantalones como militares de color negro con plomo y manchas blancas que le quedan holgados, también anda con unas zapatillas blancas que si no me equivoco son unas nike.

Estuvimos un buen rato escuchando las weas que rapean hasta que terminaron, el Vicho se quedó conversando con unos de sus amigos y yo fui hasta el skate parks a ver cómo andan en skate, siempre me ha llamado la atención pero no estaría dispuesta a sacarme la chucha reiteradas veces.

Creo que saldría muerta y lo digo literalmente, de paso me llevaría a mi mamá al cajón y a mi papá también.

Sentí alguien sentarse a mi lado así que mire porque creí que era el Vicho pero no, es el loquito nuevo que estaba rapeando.

Su perfume es rico.

—Hola —lo saludé y me miró.

—Hola —sus ojos se achinaron por la sonrisa.

Pude observar mejor su rostro y cabello, sus ojos son medios verdes, tiene unas pestañas muy largas y gruesas que llegan a parecer postizas, sus cejas están bien perfiladas y mas bonitas que las mías, su cabello es entre castaño y rubio, rubio se le ve al sol mejor dicho, también tiene un arito en la oreja.

—Así que eres nuevo.. ¿Como te llamas?

—Diego, ¿Y uste' reina? —sacó una cajetilla de cigarro y puso uno entre sus labios.

—Andrea —sonreí—¿Vives por aquí cerca? Es que nunca te había visto, en vola te vi y no me di cuenta.

Negó y tiro el humo—Yo vivo lejos de aquí dama, pero me la paso metido aquí por mi vieja que viene a ver siempre a su amiga.

Asentí y jugué con el borde de mi polerón, ya no se que más decir, se me acabó el modo sociable.

—Amor, ¿Vamos? —habló el Vicho que ni lo senti llegar y lo mire hacia arriba.

—Si, vamos —me pare y me sacudí con la mano el poto por si acaso—Chao, Diego.

—Chao dama —dijo botando el humo.

Entrelace mi mano con la del Vicho y comenzamos a caminar hacia mi casa porque se está haciendo tarde.

—¿Que te dijo ese mino? —me pregunto.

—Que estoy terrible rica —lo webie.

Me miró con una ceja alzada.

—Es broma tonto —lo abrace y me pare de puntitas para darle un piquito—No hablamos nada importante.

—¿No te joteo? —preguntó con el ceño fruncido.

Negué y junte mis labios con los de él por algunos segundos, luego tire de su labio y nos sonreímos para luego seguir caminando.

—Pasemos a comprar unos completos para tomar once —propuso cuando pasamos por fuera del carrito de don Vitoco, yo asentí.

Pedimos los completos y el Vicho conversó con don Vitoco por mientras que hacía los completos.

El Vicho es terrible sociable, todo el mundo lo conoce y tiene amigos en casi todo Chile weon, en cambio yo soy lo contrario pero estoy tratando de dejar mi vergüenza y comenzar a hablar con más personas.

Una vez que nos paso los completos pagamos a media y nos fuimos.

Entramos a mi casa y lo primero que vi fue a mis papas sentados en el sillón abrazados viendo una película.

—Llegamos —dije dejando los completos en la mesa, el Vicho imitó mi acción.

—Trajimos completos para la once si es que no han tomado aún.

—Oh eri mi yerno favorito —dijo mi papá con una sonrisa.

¿Que wea? ¿De cuando el Vicho le cae bien a mi papá?

—Es el único que tiene po tío —dijo el Vicho y se rió.

—Vengan a ver la película mejor, después tomamos once —hablo mi mamá con una sonrisa.

—¿Y la Laura? —fruncí el ceño al no verla metida entre mis papás.

La Laura es mi hermana menor, bueno no es hermana biológicamente pero eso que importa. Mis papás la adoptaron cuando tenía dos años y ahora ya tiene cinco.

—Está adentro jugando con la tablet —respondió mi papá.

Asentí y sin pensarlo dos veces me senté en el sillón individual, el Vicho se sentó en el de al lado y me tomó la mano.

—Oye Vicho, tráete unas cervecitas porfa, que yo no quiero molestar a la reina aquí —dijo mi papá y le dio un beso en el pelo a mi mamá.

Esa palabra me recordó al rapero ese, el Diego, igual me trató de reina hoy. Solté una risa nasal y me dispuse a ver la película.

Reina..

En otra vida                                        Where stories live. Discover now