62

2K 125 11
                                    

Estas semanas no me he sentido del todo bien, no es sólo porque me confesaste que eres un ladrón culiao, no porque le robaste el auto a mi papá y me sentí traicionada. Si no que creo que mi enfermedad está empeorando y tengo miedo, Diego. No me quiero morir ahora, no cuando te conocí recién a ti, siento que aún no vivimos todo lo que tenemos que vivir juntos, ¿Por qué me pasa esto a mi? Desde pequeña que he tratado de seguir todo al pie de la letra pero nada funciona, y si antes tal vez me quería puro morir, ahora no deseo eso, solo quiero que me abraces y me digas que siempre vas a estar conmigo.

Pero se que voy a morirme luego o tal vez no, pero prefiero decirte todo esto ahora porque si me llego a morir, no quiero que te quedes sin saber todo lo que lograste causar en mi..

No se como cresta empezar a escribirte esto sin llorar, pero aquí vamos.

Gracias, por cada beso, cada palabra dulce que me hacía estremecerme, por siempre respetarme y entenderme tan bien, por tus abrazos que me llenaban de seguridad, por dejarme quedarme dormida en tu pecho a pesar de que tú estuvieras incómodo, también por cada salida que me hacía distraerme y la pasábamos la raja.

Pucón.. tal vez ese es nuestro último viaje juntos, si ese llega a ser el último quiero decirte que lo pase tan bacan, que creo que fue unos de los mejores días de mi vida, pero no sólo porque el lugar es hermoso, si no porque estaba contigo y contigo todo es mejor, te amo Diego.

Me hiciste la mina más feliz del mundo, conocerte fue lo mejor que pudo haberme pasado.

Pero se que si estas leyendo esto es porque ahora estoy muerta. Eso suena escalofriante y es raro al decirlo, pero tengo que decir que tienes que ser algo más que un ladrón, por favor Diego, no quiero que termines preso de libertad o que algún día hagas algo de lo que te puedas arrepentir, porfa sal de eso:(

Y nunca dejes que nadie opaque la maravillosa persona que eres. Gracias Diego, por demostrarme que aún con esta enfermedad que me cago la vida, aún pude ser feliz.

—Con amor, Andrea.

Pd: Cuida muxo al rey julien, cuídate mucho tu también por favor. Y se que nunca fuimos algo formal o con etiqueta, pero ¿Sabes? No fue necesario, porque se sentía como si fuéramos todo, como si estuviéramos hechos el uno para el otro, así como el Rey Julien con su corona, como Melman y Gloria, como Alex y Marty. Si, así de unidos, pero ahora nos vamos agregar a nosotros, así como Diego y Andrea.. Te amo <3

—¡No, mierda, mierda, mierda, Andrea, ¿Por qué tú?! ¡Te necesito! —grité y no me importo quien esté adentro, tampoco el dolor que tengo en mis costillas.

A la mierda el reposo.

Me paré de la cama y comencé a botar todo lo que pille, la lámpara que estaba encima de mi velador, el control remoto, mi celular, unas monedas, el velador el cual también empecé a patearlo mientras grito de pura rabia.

—Diego weon, para —llegó mi papá y me agarró de los brazos, traté de soltarme pero no pude—Para, por favor.

—La Andrea, papá, ella no tenía que morir, ¿Por qué ella? —mi labio comenzó a temblar.

—Acuéstate en la cama, vienes recién saliendo del hospital —ignoro lo que le dije.

—Yo quiero estar con ella —sollocé—Haría lo que fuera por tenerla entre mis brazos de nuevo.

—Lo se, se que es difícil perder a alguien que amas —suspiró—Pero ahora tienes que hacer reposo y recuperarte.

Negué.

—Tengo rabia, ¡Maldita vida, ¿Por qué fue tan cruel con ella?!

—Ya, tranquilo, cálmate.

Mi mamá entró a la pieza con una taza en la mano, dejo la taza sobre el velador y me quedo mirando.

—Mañana iremos a un psicólogo.

—No quiero ir.

—Por favor, Diego, me duele verte así de mal —dijo mi mamá casi llorando.

Mire a mi papá y este se encogió de hombros para luego abrazar a mi mamá.

—Solo quiero que estés bien otra vez, quiero a mi hijo de vuelta.

Sus lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas y eso me rompió aún más el corazón.

—Esta bien, iré —dije no muy entusiasmado y me tome el líquido que trae la taza.

Mi mamá sonrió.

En otra vida                                        Donde viven las historias. Descúbrelo ahora