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Su cara golpeada me hace entrar en pánico weon, ¿Que chucha le pasó? Tiene el puente de la nariz roto al igual que su labio, la ceja y el pómulo izquierdo, ¡Hasta la mandíbula weon!

—Creo que es evidente.. —se apoyó en el respaldo de la cama.

—De que te sacaron la chucha.

Se mordió el labio y trató de ocultar esa sonrisa.

—Puede ser, no me gusta admitirlo pero esta vez si quede pal pico, eran cuatro po dama, no pude hacer nada.

Le acaricie el rostro, trato de no quejarse ni hacer una mueca de dolor pero soltó un suspiro que me indica que le duele.

—Si fui —dijo después de un rato—Pero tú no estabas, estuve hasta hablando con tus papás y el Milo, ¿No te dijeron?

Fruncí el ceño—No..

—Ayer no me podía ni mover si, por eso no fui, perdón —me agarro la mano.

—¿Seguro que fue solo por eso?

Tiro de mi brazo e hizo que quedara cerca de él, se levantó un poco y solo me alcanzó a dar un beso porque al parecer le dolió algo y volvió a recostarse bruscamente en la cama.

—Puta la wea no puedo ni darte un beso bien —se tocó el abdomen.

—Te lo doy yo entonces —me acerqué a su carita para darle un beso pero alguien tocó la puerta.

—Diego, weon, estaba preocupada por ti —hablo una voz femenina.

Mire hacia la puerta y vi a la misma mina del carrete, me comencé a sentir.. rara.

—Natalia estoy ocupado, no sé si te das cuenta —hablo pesado el Diego.

—Ni tanto, ¿Te molesta que este aquí? —me preguntó la tal Natalia.

¿Como chucha respondo eso?

—Ay Diego, mira como te dejaron —llegó una señora con el pelo de un color como ¿naranjo?—¿Como te sientes?

—Yo mejor me voy —dije parándome de la cama.

—¿Y ella es tu polola? —dijo la señora.

—No, somos amigos nomas —corrigió el Diego—Me pueden dejar un poco solo con la Andrea porfa, si no es mucha la molestia.

La señora con la Natalia salieron de la pieza y este suspiro.

—Creo que será mejor que salgamos de aquí o no nos dejaran nunca tranquilos y se que te harán sentir incómoda —se sentó con cuidado en la cama.

—¿Te ayudo? —pregunte al ver que con cuea se sienta.

—No, estoy bien pero cierra la puerta que me quiero cambiar ropa.

Asentí y salí de su pieza para luego cerrar la puerta. Sentí unas voces abajo.

—¿Me estai webiando? ¿Y que mierda hace aquí esa pendeja culia? —preguntó una voz femenina.

—Millaray no la trates así, no puedes juzgarla por weas del pasado —hablo el tío.

—Pa mi que es igual que su mamita.

—Es amiga del Diego y la hermana chica es amiga de la Claudia así que si te molesta que estén aquí te podi ir —hablo otra voz femenina.

Uy.

Esperen, ¿Están hablando de nosotras?

Iba a parar la oreja y escuchar mejor de lo que hablan pero escuche un quejido y entre a ver al Diego.

En otra vida                                        Where stories live. Discover now