41

1.9K 131 31
                                    

—Uy mono culiao, tanto que te mira —dije de webeo para sacarle una sonrisa a la Andrea, cosa que logré.

—Diego, es un mono —mordió su manzana y soltó una risita.

Dejamos de caminar para ver bien a los monos, pero rápidamente el mono que nos sigue desde que nos vio, llegó frente a nosotros.

—Oe ya po, la minita es mía po weon —pase mi brazo por encima de sus hombros.

El mono culiao empezó a mover la reja desesperado weon, luego llegaron más monos y comenzaron a moverla igual.

—Mejor vámonos —dijo la Andrea nerviosa.

Los locos del zoológico llegaron y nos miraron.

—Es por la manzana —dijo.

La Andrea la escondió rápido—Lo siento, no sabía.

—No pasa nada, al menos no se escaparon —se rió—No es por echarlos pero necesito que salgan un momento de la vista de los monos o no se calmarán, más rato pueden volver, pero sin la manzana.

Salimos de allí pero ahora fuimos a sentarnos a unas bancas qué hay, la Andrea termino de comerse la manzana y botó lo que quedaba.

—¿Te imaginas se hubieran escapado? —sonrió—Me matan por la manzana.

—Monos culiaos —me reí—¿Vamos a ver a las ovejas? Creo que se le puede dar de comer a las más pequeñas.

Sus ojitos brillaron.

Comenzamos a caminar hacia donde mencioné anteriormente, mientras la Andrea balancea nuestras manos que están entrelazadas.

Llegamos y la Andrea corrió hacia una pero se arrancó, yo me quede afuera del cerco para mirarla, sonreí cuando por fin la vi dándole de comer a una ovejita, en su cara no hay otra cosa que no sea felicidad y le saqué una foto sin que se diera cuenta.

—Hola —me habló una mina media rubia y alta pero no más que yo.

—Hola —la mire de reojo nomas.

—¿Me darías tu insta? —sonrío—O tú número si prefieres.

Dejé de mirar a la Andrea para ahora mirar a la mina.

—No.

Frunció el ceño.

—¿No? ¿Qué onda lo pesado weon? Solo es tú insta —rodó los ojos.

—Porque no quiero dártelo po —solté una risa nasal.

No tengo problema en dárselo, pero sé que no es solo para seguirme, me va a empezar a hablar y lo otro ya se deduce.

Sentí la mano de la andrea agarrar mi hombro con inseguridad—¿Nos podemos ir?

—Lo que la reina quiera —sonreí y salimos de allí.

Caminamos hasta una wea oscura, la andrea me apretó más la mano y con su mano desocupada agarro mi brazo.

No me dijo nada en todo el camino, trate de webiarla pero me contestaba con un simple si o un ya.

Nos juntamos con los tíos en la tienda de regalos y el tío frunció el ceño, yo me encogí de hombros.

—¿Me ignoraras todo el día? —le pregunté.

—No te estoy ignorando —dijo y se acercó a la caja.

No le presté atención a lo que compró porque empecé a recordar desde cuando se puso así.. desde que fuimos a las ovejas, ¿Le habrán dicho algo? o tal vez.. ¿Se habrá puesto celosa?

—Toma, te lo regalo —me dijo la Andrea pasándome un peluche de un lémur, tiene los ojos amarillos—¿Te.. te gusta?

—Obvio que si me gusta —la abrace y le di un beso en el pelo—Yo no se que regalarte de aquí, no hay mariposas.

—No quiero nada, vamos —se separó de mí y me agarro de la mano para salir del zoológico y subirnos al auto.

La Laura empezó a hablar de todos los animales y la Andrea le contó lo que sucedió con el mono.

¿Por qué se puso celosa? ¿Le gustaré? ¿Y si me declaro? No weon, ¿Que mierda estoy pensando?

La Andrea me tapo con una manta y se acurruco a mi lado, apoye mi cabeza en el vidrio del auto para dormir un rato, pero sentí la mano de la Andrea tocar mi abdomen por debajo de la ropa.

—¿Quien era esa mina? —preguntó en susurro.

—Ni idea, pero me pidió el insta —frunció el ceño—No se lo di, tranqui.

—No, ¿Por qué dices eso? Digo.. tú puedes hacer lo que quieras porque nosotros.. no somos nada —saco su mano de mi abdomen y miró hacia otro lado.

—¿Entonces te puedo dar un beso aquí mismo? —susurre en oído.

Se puso roja.

—No me refería a eso.

—Ya pero no seas celosa, a ti el mono no te dejaba de mirar y no me enoje, tampoco te ignore como tú lo estabas haciendo.

—No te estaba ignorando, estaba pensando —se rió.

—¿Y en qué pensabas? —apreté su entre pierna y se mordió el labio.

—En algo que quiero hacer.

Me acorde de los planes que quería hacer el Jaime, ir a Pucón, no tenía muchas ganas de ir pero..

—¿Queri ir a Pucón conmigo?

En otra vida                                        Donde viven las historias. Descúbrelo ahora