finaaaal🕊

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Cinco años después.

—¿Seguro que te llevas todo? —preguntó mi mamá como por cuarta vez.

—Si —me reí—Aparte solo son dos horas, mamá, si se me olvida algo voy a volver y paso a tomar once con ustedes —sonreí.

—No te vayas —me dijo la Cristina.

—Pero tengo que irme po, te prometo que voy a volver y vamos a jugar a lo que quieras, te llevo al cine, lo que quieras.

—¿Me puedes comprar una pelota para ir a jugar a la cancha?

—La que tú quieras —le desordene el pelo.

—Pero vas a estar solo allá.. —dijo mi papá algo preocupado.

—No voy solo, el conchetumare va conmigo —mire el asiento del copiloto en donde está el conchetumare,

Nos abrazamos y luego de mil besos de mi mamá, pude subirme al auto y ponerlo en marcha a mi nueva casa..

¿Que han pasado estos años?

Bueno, logré terminar cuarto medio y aunque no lo crean, no tuve ninguna anotación negativa, si me costó un poco pero la Jennifer —la mina cotorra que ahora es como mi mejor amiga— me ayudo caleta en un montón de weas. También entre a la universidad y estudie algo respecto a la literatura, si, gracias al psicólogo que me hizo leer algunos libros para distraerme más, ahora ya no puedo dejar de leer e incluso escribí un libro, si.. un libro sobre ella.

Tal vez digan que aún no la superó, que no sirvieron estos años de psicólogo, pero la verdad me ayudaron bastante y necesitaba escribir todos mi pensamientos, mi ira, mi angustia.. lo solté todo en un libro, un libro que está en proceso de revisión por parte de un editorial.

Jennifer culia que me obligó a hacerlo, según ella se metió demasiado en la historia.

Baje un poco el vidrio del auto para que el conchetumare pudiera sacar la cabeza mientras saca la lengua.

🛸

Estoy ordenando la estantería que me compre para poner los libros, estoy tratando de hacer una especie de biblioteca y la verdad me esta quedando de pana, eso hacía hasta que tocaron el timbre de mi casa.

—¡Voy!

El conchetumare está tirado en el sillón viendo tele, ni siquiera ladro el weon flojo. Abri la puerta y vi a la Jennifer.

—¿Y tú qué haces aquí? —me reí.

—¿Crees que no íbamos a inaugurar tu casa? Weon, por fin dejaste la casa de tus papás —me webio y dejo las bolsas encima de la mesa—Wena conchetumare, ¿Como estai? —le dio un beso.

—No te tenías porque haberte molestado, Jenny, pero mil gracias —le sonreí.

Se sentó en un sillón ye quedo mirando mientras yo saco las cosas de la bolsa, cervezas, papitas, maní, dulces y un espumante.

—Termino de ordenar y vengo, ¿Dale?

Se paró del sillón y se acercó a mi, me agarró la mano para llevarme al sillón y me hizo sentarme.

—Mañana hay tiempo para eso, ahora quédate ahí y espérame.

Se fue a la cocina con las cosas que compró y yo aproveché de estirarme en el sillón para descansar un rato, cerré mis ojos y no se cuanto tiempo pasó pero para mi fueron como segundos en los que volvió la Jenny y se sentó a mi lado, abrí el espumante y nos servimos.

Conversamos un buen rato y comimos de lo que trajo hasta que se empezó a ser tarde y el reloj marcó las doce.

—¿Te vas a quedar a dormir? —le pregunté.

En otra vida                                        Donde viven las historias. Descúbrelo ahora