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Diego.

—Puta la wea —me quejé mientras me refriego los ojos—Mamá es terrible temprano, ¿No podi poner música más tarde?

Se rió.

—Diego son las doce de la tarde, no webees po, si queri no pongo música pero tú haces el aseo más tarde.

—No puedo po, tengo ocupa la agenda —me apoye en el mesón y saque una manzana, la iba a morder pero mi mamá me pego—Lávala asqueroso.

Volví a dejarla en donde estaba, me da paja darme la vuelta pa' lavarla, aparte no tengo mucha hambre tampoco.

—Eri un flojo —negó y me reí.

—Igual me amai viejita linda.

—Vieja tu abuela weón, yo estoy como el vino —dijo ofendida.

—Te voy a acusar a la weli —me estire y bufé al escuchar los ladridos del conchetumare.

¿Quien es el conchetumare? Mi perro, se que es un nombre peculiar, incluso mi mamá me retó por eso pero al conchetumare le gusto, lo sé porque movió su colita cuando le pregunté.

—¡Ay perro culiao! —gritó una voz chillona, me cague de la risa.

—Anda a ver a él perro —me hablo mi mamá.

Salí con toda la paja del mundo, abri la puerta y vi que la puerta del portón está abierta, ¡Puta la Cristina! Le dije que cerrara bien la puerta.

Fui a buscar al conchetumare y vi que está oliendo a una mina, esta está quieta mientras respira con dificultad.

Le silbe al conchetumare y este me miró, corrió hacia mi.

—Entrate —le dije, menos mal me hizo caso altiro.

La mina me miró y su cara se me hizo conocida altiro po, ¿Como olvidar esos ojos celestes que parecen unos zafiros?

—Hola dama —le sonreí.

Está asustada, tiene los ojos un poco rojos y su cara no es lo mejor que digamos, en vola se andaba fumando un pito.

—Hola —sonrió igualmente.

—¿Que andas haciendo por estos lados?

Se rascó el brazo un poco nerviosa—Vine a ver a mi abuela.. ¿Tú vives aquí?

—Si, aquí —me apoye en el portón de mi casa—Asi que cuando quieras me vienes a buscar para fumarnos unos pitos —me reí.

Frunció el ceño.

—¿Por qué dices eso?

—Tienes tus ojos rojos —dije obvio—A no ser que estuvieras llorando.

Negó— Tu perro me mordió.

—¿El conchetumare? —me acerqué a ella y me agaché para ver su pierna, tiene claras marcas de los colmillos de un perro, incluso le está saliendo sangre.

—¿Como? —se rió.

—Oye, ¿Quieres entrar? Mi mamá es enfermera y te podría ver eso —me paré y la mire a los ojos—Lo siento por eso dama.

—Está bien, solo si no esta ocupada.

—Entra nomas —coloque mi mano en su espalda para luego comenzar a caminar los dos hacia adentro.

El conchetumare está justo en la entrada mostrando los dientes, la.. ¿Como chucha se llamaba? Bueno no se, pero la ojitos de zafiro se tensó.

—Anda a echarte —dije con la voz firme y me dio una mirada de desprecio para luego irse a una esquina del patio a buscar su pelota.

Entramos a la casa y le dije que se sentara en el sillón mientras yo iba a buscar a mi mamá, entre a la cocina y le expliqué lo que había pasado, me retó a mi y seguramente después retará a la Cristina por haber dejado la puerta abierta pero ahora estamos los tres en el sillón.

Mi mamá por alguna razón le mira a la cara cada cinco segundos.

—¿Como me dijiste que te llamabas? —preguntó mi mama mientras desinfecta donde mordió el conchetumare.

—Andrea.

—Si pero digo.. apellido, es que te me haces conocida —la volvió a mirar a la cara.

—Y dile tú signo del zodiaco también —me reí—En vola igual te quiere sacar la carta astral, a mi ya me la sacó.

—No soy géminis por si acaso —soltó una risa nasal.

Mi mama me miró mal, ¿Que wea?

—Oye, el perro está vacunado por si acaso así que no te va a dar rabia ni nada —me frote las manos.

—Menos mal —dijo tímida.

—Listo —hablo mi mamá y guardo sus cosas en la caja plástica.

—Gracias —le sonrió la Andrea.

Las dos se despidieron y luego yo fui a dejar a la puerta a la antes mencionada, me apoye en el marco de la puerta y la mire.

—Oye, disculpa de nuevo por eso, aveces se pone medio weon —hice una mueca.

—No te preocupes —le restó importancia.

—¿Hoy irás? —me cruce de brazos.

—No lo se, tal vez esté todo el día donde mi abuela pero ojala que te vaya bien —apretó mi hombro con suavidad—Chao.

—Chao —le sonreí y tome su mano para besarla cuidadosamente sin dejar de mirar sus hermosos ojos—Que pase una linda tarde dama.

Se puso roja.

Quito su mano y la metió a su polerón.

—Tú también.

Comenzó a caminar más adentro del pasaje y sonreí.

—Uy la dama, que pase una linda tarde —llegó la vieja sapa del Javier, este weon se sabe todas las copuchas.

—Callate culiao —le mande un empujón y nos reímos—¿Vas a pasar o queri tarjeta de invitación?

—¿Como la que me dabas por tu cumpleaños? ¿Esa de Cars?

—Si weon, una del Ben 10 igual te voy a dar y también una de Violetta —le mande un wate.

—Oe hablando en serio, tengo la mano —se tocó la barbilla y sonrió—Vo sabi de lo que hablo.

—¡Mamá voy a salir! —grite y cerré la puerta—Vamos.

En otra vida                                        Donde viven las historias. Descúbrelo ahora