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Se me había olvidado lo desastroso que uno se sentía cuando llegaba del liceo.

Me duele la cabeza weon.

—Hola —dijeron desde el marco de la puerta.

—Si veni a webiar, andate —bufé—No estoy ni ahí con tu obsesión conmigo, Natalia.

Rodó los ojos y se acercó a mi.

—No es bueno que estes solo en estos momentos. Te acostumbraste a ella y a abrazarla, no se, todas las weas que hacían po. Pero ahora que está muerta yo podría rem...

—¡Sale de aqui! ¡Andate y no vuelvas a poner un pie en mi casa, Natalia! —la apunte con mi dedo índice.

—Solo te quiero ayudar.

—¡Diciéndome que esta muerta no me ayuda en nada! ¡Quiero que te metai esto en la cabeza..

—¿Por qué están gritando? —llegó mi mamá, mi papá y la mamá de la Natalia.

—Nunca en mi maldita vida voy a estar contigo, y nunca podrías reemplazar a mi niña —hablé enojado—No te atrevai a volver a decir que esta muerta.

—Diego, ¿Que te pasa? No le hables así a mi hija —reclamó la vieja esa.

—Tú hija es una caga de la cabeza weon, intérnala en un psiquiátrico, está loca.

—Está muerta, ya weon, supérala, patético de mierda —bufó.

—Ya, salgan de aquí —dijo firme mi papá—Las dos.

Una vez que salieron, cerré la puerta con fuerza y me tiré en la cama.

Natalia culia.

🛸

—Diego —habló mi papá—¿Estai bien?

—Si, me duele un poco la cabeza.

—¿Puedes venir? Te vinieron a ver, pero igual si no te sientes bien..

—¿Quien? —fruncí el ceño.

Se desordenó el pelo algo nervioso, luego se volvió a cruzar de brazos para apoyarse en el marco de la puerta.

—Quien po, si es la Natalia n..

—Los papás de la Andrea —me interrumpió.

Trague grueso, la última vez que los vi fue en el funeral weon, creo que está más decir que estaban hechos mierda.

—Si no quieres salir está bien, yo les digo que aún no estás listo.

Me senté en la cama y me refregué los ojos, suspiré. Camine hacia el living en donde vi a los tíos y a la Laura que está jugando con la Cristina y el café con leche.

—Hola —salude y me senté al lado del tío.

—Buena po, ¿Volviste al liceo? —me preguntó el tío poniendo su mejor sonrisa.

—Si.

—¿Como has estado? —me preguntó la tía.

Me rasque el cuello y luego mire mis manos la cuales entrelacé—Hoy le fui a dejar una rosa —me aclare la voz.

—Nosotros acabamos de llegar, queríamos venir a dejarte algo que encontramos debajo de su cama.

Y lo recordé.

—Diego.. —sollozó—En mi pieza, abajo de mi cam ¡ay! —se quejó—de la cama hay una caja..

No me acorde de lo que me dijo, no me acorde de que quería que sacara algo de debajo de su cama, ¡Mierda, Diego! ¿Por qué eres tan aweonao?

—¿Una caja? —pregunté.

—Si, habían varias cartas en esa caja y a ti te dejo estas tres —dijo la tía pasándome tres sobres de color celeste—No tenía ni idea de que escribía cartas para el día que se muriera —dijo la tía apunto de llorar.

Mi mamá se acercó a ella y la abrazo.

—¿Como han estado ustedes? —trague grueso y le hice cariño al café con leche.

—Extraño mucho a la Andrea —dijo la Laura—Y mis papás ya no juegan conmigo, se la pasan en la pieza de la Andrea —hizo una mueca.

—¿Por que no hacemos algo? —dijo mi papá apareciendo en el living y que al parecer escucho lo que dijo la Laura—¿Por qué no dejan a la Laura quedarse aquí unos días? Nosotros la cuidamos y aparte va a estar con la Cristina, ¿Les gusta la idea?

—¡Si! —dijeron las dos al unísono.

—Dale, necesitan un tiempo solos y asi la Laura no se siente tan sola —le dijo mi mamá acariciando su pelo como si fueran amigas de toda la vida—A mi no me acompleja cuidarla.

—Ya po mami, me aburro en la casa, ni siquiera tengo amigos allá —hizo un puchero.

Los tíos se miraron y accedieron a que se quedara aquí, las dos se fueron corriendo a la pieza de la Cristina y el café con leche las siguió, es más lindo ese perrito.

Pero no más que mi conchetumare.

—Voy a.. a sacar al conchetumare un rato, hace tiempo no lo saco —dije parándome del sillón y mis papas asintieron.

Camine hacia mi pieza y guarde las cartas en el velador.

—Aún no las leeré, pero te prometo que cuando esté mejor lo haré dama —dije mirando hacia mi ventana.

🛸

No creo que haya sido muy buena idea sacar a pasear al conchetumare, no cuando los weones que me quieren sacar la cresta por haberme salido de la banda llegaron al parque. A mi no me importa si me sacan una y otra vez la chucha, pero si me da miedo que le hagan algo al conchetumare.

—Ya po weon, ¿Te quedaste mudo ahora? —me dijo uno y me empujó.

—Si ya me salí weones oh y no los he sapeado a nadie giles culiaos, pero síganme webiando y lo voy a hacer —los amenace.

Se empezaron a reír y por distraerme no vi venir el combo en el hocico que me mandaron, mi espalda choco contra el cemento, me quejé.

Escuche al conchetumare ladrar y vi como se le tiro al weon que me sigue pegando pero el otro weon le pego una patada y lloró.

—¡Andate! —le grite y me pegaron otro combo, el conchetumare ladró y empezó a ladrar desesperado—¡Andate por la chucha, and.. ¡Ah maricon culiao! —me queje cuando me pegaron en el estómago.

Escupí un poco de sangre y traté de alejarme pero me rendí, dejé que me usaran como su saco de boxear..

En otra vida                                        Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon