Capitulo 6

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Hace mucho frío y por más que intento entrar en calor no lo logro. Ryan duerme tendido boca arriba su respiración es lenta y luce muy demacrado, de los dos el se ha llevado la peor parte.

Un grito fuerte seguido de un gran valdado de agua me hace dar un brinco, me ha entrado agua por la nariz y toso.

–¡Despierten! –distingo la voz de el que ha sido nuestra peor pesadilla durante todo este tiempo sostiene un valde en la mano, observo el cuerpo de Ryan empapado aún en la cama, me acerco a el para intentar despertarlo, no quiero que lo lastimen más. Muevo su cuerpo con cuidado, está ardiendo en fiebre.

–Ryan...despierta...– poco a poco va abriendo sus ojos pero parece que le cuesta trabajo. –Debes... despertar cariño..– mi voz tiembla del miedo al pensar lo que le pueden hacer. Realmente el se ha llevado lo peor de todo esto, golpes, insultos y muchas cosas que me cuesta mencionar.

–Has que se levante de una maldita vez o yo lo haré y no seré amable– trago saliva y como puedo levanto el cuerpo de Ryan de manera que queda sentado en la cama. –Debemos irnos de aquí, con suerte ya no tendré que verles mas– dice aquel hombre tan repugnante, me quedo confundida por sus palabras, no sé si alegrarme o si por el contrario temer. El hombre sale del pequeño cuarto no sin antes decir que debemos estar listos.

–Ryan.. ¿escuchaste lo que dijo?– un ataque de tos invade a Ryan y lo sostengo del brazo cuando vomita todo el piso, mi corazón late muy rápido y no sé qué hacer, está mal y sus heridas están infectadas.

–Aaa.. Alex...– le cuesta hablar y respirar, el suelo está lleno de la sangre que vomitó. –Per...doname... Nooo... No puedo seguir– el aire se queda atrapado en mis pulmones y siento que no puedo respirar, empiezo a perder fuerzas y entonces también vómito por todo el lugar, al igual que Ryan solo es sangre lo que sale de mi sistema. Me limpio la boca con la manga sucia de mi suéter, quiero calmarme pero no puedo, no quiero pensar que se está dando por vencido.

–Escuchame– tomo su rostro entre mis manos. –Falta poco, cariño esto va a terminar– no puedo contener mis lágrimas y empiezo a sollozar mientras le pido que por favor no me abandone. –No puedo seguir sin tí amor, no quiero seguir sin ti– como puede acaricia mi rostro y no veo en sus ojos aquel brillo que transmitía vida.

Luego de un rato más Ryan vuelve a quedarse dormido es como si no estuviera aquí, puedo ver su cuerpo y sentirlo pero su espíritu no, aquel chico fuerte y valiente no se parece en nada al chico vulnerable que observo justo ahora. La puerta es abierta nuevamente y dos hombres entran traen un vaso con agua, siempre así no traigan comida ellos traen el recipiente con agua.

–Levantalo y beban– me tiende el vaso y lo tomo con manos temblorosas, por mas que pase en este lugar toda mi vida nunca voy a dejar de temerle a estos sujetos que ni siquiera nos han dicho porque estamos aquí. Bebo del agua y como puedo levanto a Ryan, luce un poco mejor y es capaz de sostenerse por si mismo. Me armo de valor para decir lo siguiente.

–¿Ya....ya han pagado..– el hombre me mira con desprecio. –¿Han pagado el rescate?– en el fondo tengo la esperanza de que diga que si.

–¿Rescate? ¿Quien habló de un rescate?– su sonrisa maquiavélica me causa escalofríos. –Nos pagan por hacer esto– nos señala con sus dedos, volteo a ver a Ryan intentando buscar ayuda de su parte, no comprendo que sucede.

–¿Que dices? ¿No quieren dinero?– el hombre niega con su cabeza.

–No, al menos no el de ustedes– se mira con su compañero y ambos ríen. –Estas mal niña, este trabajo ya está pago, sus vidas ya tienen precio– me invade una oleada de furia y desconcierto, quiero gritar hasta morir.

–¡Porque no nos dejan en paz!– arremeto contra el hombre pero ni siquiera logro moverlo. –No ves que está muy mal, por favor no hagan esto, no quiero que el muera– las lágrimas salen sin permiso y por un momento pienso que aquel hombre nos va a ayudar. Me toma de las muñecas y me tira fuerte al piso.

–¡Saquenlos!– ordena, el otro hombre me levanta y me saca a fuerzas del cuarto, grito y pataleo con las fuerzas que me quedan pero es inútil, a mis espaldas escucho la débil voz de Ryan maldiciendo a aquellos hombres. Íbamos a morir, iba a morir y no cumpliría mis sueños, ya no vería a mis padres, sentí un vacío tan grande al pensar en lo devastados que estarían, pensé en Amy y en su risa cuando íbamos de compras juntas, pensé en Ryan y en los momentos que vivimos juntos, en lo que me faltó decirle, en todo el amor que le tenía y en los planes que el nunca cumpliría.
Subimos a un auto viejo, Ryan quedó a mi lado, aún no podía tomar sus manos, el lloraba sin parar y yo no podía creer que aquellos hombres no tuvieras compasión alguna.

–Perdón Alex... Perdoname por no salvarte –sus sollozos me destrozaban, por el contrario yo no tenía más lágrimas.
–Te amo Ryan, no tengo que perdonarte nada– observo su rostro triste. –Mi vida ha sido la mejor porque estuviste en ella– y esa era la verdad, el le había dado rumbo a mi vida, los momentos más felices los recuerdo al lado de él, finalmente sonreí porque a pesar de todo aquí estaba con el. Me quede dormida en su hombro.

Un fuerte estruendo me hace despertar, aún estamos en el auto pero no está en movimiento. Algo está sucediendo, el hombre que conducía no esta, el que nos cuidaba tampoco, intento mirar por la ventana entonces los veo agachados a una distancia corta. Uno de los hombres tira una granada, institivamente me agacho y luego se escucha la explosión, estoy asustada pero debo aprovechar el momento. Sacudo a Ryan que aún está inconsciente en el asiento del auto.
–¡Ryan, despierta!– lo muevo bruscamente y apenas puede abrir los ojos. –Debemos irnos– la desesperación me consume, Ryan vuelve a cerrar los ojos y se escuchan disparos muy cerca.

Holaaaa, aquí nuevo capítulo por favor si pueden votar y dejar su comentario sería de mucha ayuda.
Este capítulo de hizo llorar mucho, sentí la  angustia y el temor de Alex.

ResilienciaWhere stories live. Discover now