Capitulo 15

41 9 11
                                    

Mis manos sudan y muchos recuerdos vienen a mi mente, siempre me negué a hablar con los padres de Ryan y verlo aquí de frente me produce muchas emociones fuertes.

–¿Que hace aquí?– pregunto asustada, no se porque de pronto tengo tanto miedo, mi boca se seca, mientras veo como el hombre se sienta.

–Eso debería preguntar yo ¿Que haces aquí Alex?– su traje negro con su gran abrigo lo hacen lucir intimidante.

–Yo...yo..–no encuentro las palabras para explicarle porque vine aquí, siento vergüenza y miedo de lo que el hombre pueda decirme.

–¿Tu que? Viniste aquí como una cobarde– empiezo a sentir que me falta el aire y me dan ganas de llorar, sabia que era cobarde por huir pero no podía seguir allá. –Nunca quisiste hablar con nosotros, nunca dijiste nada– levanta la voz un poco alterado y me sobresalto.

–No tengo nada para decir, lo que sabía lo dije todas las veces que me interrogaron– sollozo descontroladamente mientras el hombre me mira con odio.

–¡Mientes! Te pedí, te rogué que me dejaras interrogarte, se que hay algo más, algo que no quieres ver y por eso lo bloqueas– estaba exhausta, no podía soportar una pregunta más, me negué hablar con él porque no soportaba no poder darle la información que quería, lo que necesitaba para hallar a los asesinos de su hijo, no podía con la pena de no poder hacer las cosas bien por Ryan.

–¡Basta!– grité. –Le juro que no sé nada más, cada día intento recordar y no hay nada, por favor, ya no puedo con esto– mi rostro está lleno de lágrimas, el hombre se levanta y me toma del brazo, quiero gritar pero no puedo.

–¡Era mi hijo! ¿Acaso no lo amabas?– su pregunta hiere mi corazón, Ryan murió pensando que su padre no lo quería y yo aún lo amaba, siempre amaría a Ryan.

–¡Murio creyendo que usted no lo amaba!– espeto de manera furiosa. –Si pudiera hacer algo cualquier cosa para ayudar lo haría, daría mi vida para que el volviera– veo deslizar una lágrima por la mejilla del hombre y siento pena por el.

–Rebecca está destrozada– dice en tono bajo. –Tu sabes que si puedes ayudarme Alex– me suelta y se dirige a la puerta, saca una tarjeta y la tira al suelo. –Cuando estés lista búscame, hazlo por Ryan– se va dejándome alterada, cierro la puerta rápidamente y pongo seguro.

Me desplomo al suelo, me siento débil, insegura y sola. Lloro sin parar y me recrimino por no poder ayudar, talvez el padre de Ryan tenga razón, era una cobarde porque yo también tenía la sensación de saber que algo estaba en mi mente pero me negaba a verlo.

Me quedo dormida en el suelo y cuando despierto todo está oscuro, mis piernas tiemblan al momento de levantarme y mi estómago ruge, no me he estado alimentando bien. Voy a la cocina y preparo algo rápido, a pesar de tener hambre no me provoca la comida, me obligo a comer en grandes bocados para terminar rápido. Vuelvo a acostarme pero el dolor intenso en la cabeza no me deja dormir, me levanto, calzo mis zapatos y me pongo un abrigo para ir a la farmacia.

Compro analgésico y salgo a la calle el auto está estacionado al frente, miro antes de cruzar y todo está muy solo, cuando voy a subir al auto siento que jalan de la parte de atrás de mi abrigo. Caigo al suelo y la bolsa con las pastillas se riega, me levanto rápidamente y veo al hombre que ha tirado de mi abrigo.

–Dame la billetera– dice de manera desesperada, es un hombre alto, su cara está sucia y sus ojos muy rojos, tanteo en busca de mi billetera pero los nervios me impiden actuar rápidamente.

–No...no me haga nada....– saca una pequeña navaja de su pantalón y empiezo a llorar.

–Callate y dame la billetera rápido– luce ansioso y desquiciado, no puedo encontrar la maldita billetera dentro de mi abrigo y el hombre me arrincona contra el auto, su asqueroso aliento llena mis fosas y su cuerpo contra el mío hace que no pueda respirar bien. Suelto un pequeño grito no demasiado alto cuando desliza un poco la navaja por mi rostro, cierro los ojos y siento ardor en mi rostro.

Vuelvo a sentir la brisa fría cuando el hombre es separado de mi de una manera violenta, no lo puedo creer cuando veo a Brays golpeando al asqueroso hombre, el tipo le devuelve el golpe y mi corazón da un brinco, como si se tratase de una película Brays inmoviliza al ladrón de manera ágil y profesional, no se qué me sorprende más si el hecho de haber estado a punto de morir nuevamente o que Brays haya peleado con el tipo de manera increíble.

–¡Kisha llama a la policía!– dice Brays con su respiración agitada, no me había percatado de que una chica pelirroja estaba aquí, estaba con Brays. La chica hace lo que le dice y después de quince minutos llega la patrulla. Por fin Brays se acerca a mí y lo primero que hace es abrazarme.

–Eh Brays, es que acaso le conoces– pregunta la pelirroja, tiene un acento un poco extraño. Brays pasa su dedo por mi rostro y retira el rastro de sangre que ha dejado la navaja.

–¿Pero que haces por aquí a esta hora?– pregunta con reproche, esas no eran las palabras que esperaba, me separo un poco de el y cruzo mis brazos.

–He venido por analgésicos– la chica nos observa con mala cara.

–Porque? ¿Te has sentido mal?– quiero decirle que no es su problema pero me ha salvado, no puedo comportarme de esa manera.

–Solo ha sido un dolor de cabeza– observo a la chica que no quita sus ojos de mi. –Gracias por todo ya debo irme– recojo mis cosas del suelo y procedo a subir al auto.

–Espera, te acompaño a casa– la chica pelirroja protesta.

–Es enserio Brays? Y yo que? Vuelvo a casa sola– el chico se acerca a ella de manera muy íntima y me siento incómoda por presenciar la situación.

–Tu sabes cuidarte sola, además ya estás en casa– señala el edificio de al lado y la pelirroja resopla. –Nos vemos mañana– se despide con la mano pero la chica se guinda de su cuello y lo abraza fuertemente.

Capitulo extra porque han sido muy buenos conmigo, amo sus comentarios, me llenan de felicidad. Cuéntenme que opinan de este capítulo y dejen sus votos y comentarios, los quiero ♥️

ResilienciaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora