Capitulo 20

39 8 20
                                    

Hoy las clases han sido aburridas, me he distraído y ganado uno que otro regaño, también me he ganado unas cuantas miradas de más, ya se que no me arreglo mucho pero no es para tanto, hoy me esforcé un poco más y agregué un poco de color a mi rostro, no se porque lo hice, simplemente a mi subconsciente se le ocurrió.

Voy de camino a la cafetería cuando me encuentro con Mike y Brays ambos me saludan pero Brays esta distante y con justa razón, le debo una disculpa.

—Buena fiesta Alex —menciona Mike mientras caminamos a la cafetería, al parecer no se da cuenta del ambiente tenso que hay entre su amigo y yo.

—Si, la verdad hace mucho no iba a una —Mike pasa su brazo por mis hombros.

Me gusta ser amiga de Mike, no solo porque me recuerda a Ryan también porque es una buena persona y de todos los que conocen mi historia él es él único que no me ha tratado como si estuviera enferma o loca.

Me detengo de golpe y observo a mi amigo.

—¿Te importaría dejarme a solas un momento con Brays? —pregunto e intento sonreír pero más bien me sale una mueca, Mike acepta no sin antes darle una mirada confundida a su amigo.

Espero a que no haya nadie en el pasillo, Brays esta arrecostado a la pared con una expresión seria y de desinterés.

—Lamento mucho lo que paso aquella noche —mi tono es suave y bajo, el levanta una ceja, hoy lleva un suéter blanco y una chaqueta negra, sus ojos lucen claros como agua cristalina.

—Que lamentas ¿Toda la fiesta o solo el beso? —no esperaba su tono de voz acusatorio y gélido.

—¿Disculpa? —digo algo indignada, es increíble que de un momento a otro me haga sentir molesta. —No se de qué hablas, lamento lo que paso en mi apartamento —contra ataco de manera molesta.

—Me llamaste por otro nombre —deja caer su mochila al suelo. —¿Que esperas que piense? —no entiendo que está sucediendo, no sé porque está tan molesto.

—Lo se, lo se, por eso me estoy disculpando —empiezo a sentirme exasperada y muevo mis manos de manera nerviosa. —No se que paso, pero tienes que entenderme —lo miro suplicante, me siento con la obligación de hacerlo entender que no quise ofenderlo.

—¿Entender que? —su voz suena afectada. —Que para ti solo era un tonto jueguito, habérmelo dicho antes —toma su mochila y está dispuesto a marcharse, pero yo aún tengo cosas por decir.

—Pues tu empezaste ese tonto juego, tú me besaste —grito de manera furiosa, siento ganas de llorar y de golpearlo.

Su rostro luce abatido y quiero decirle más cosas pero nada sale de mi boca, internamente espero que decida arreglar esto y que podamos quedar bien.

Se acerca demasiado a mi, nuestros rostro quedan a centímetros, por un momento pienso que va a besarme, sus intensos ojos azules se encuentran con los míos.

—Tu seguiste el beso —susurra a centímetros de mi boca. —Y solo para que sepas, no estaba jugando a nada —se separa tan rápido como se acercó y se marcha dejándome con muchas dudas y miles de sensaciones, suelto un suspiro de impotencia y decido seguir mi camino hacia la cafetería, está pequeña discusión me ha dejado mareada.

El resto del día ha sido cansado, he hablado un poco con Mara pero no me atreví a contarle nada, no quiero que ande haciendo preguntas innecesarias que acaben con mi poca paciencia. Al final de la jornada me acerco a la oficina de la psicóloga hoy inician mis secciones.

Cuando entro ella está sonriente como siempre, se pone de pie y me indica que me recueste en el gran sofá que hay en su oficina.

—¿Te sientes lista Alex? —pregunta con una emoción que me sorprende, la verdad es que estoy muy ansiosa, ella también parece estar algo nerviosa. —Toma un poco de agua para relajarte —me extiende un vaso con agua y bebo la mitad, vuelvo a recostarme.

ResilienciaWhere stories live. Discover now