Capitulo 10

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Mis ojos pesan y siento un leve dolor de cabeza, me he quedado dormida en el auto a un lado de la carretera, me observo por el retrovisor y quito las lagañas de mis ojos, los recuerdos de mi secuestro vienen a mi mente y siento pánico, fue en la carretera donde nos abordaron. Enciendo el auto y piso el acelerador, después de lograr recuperar la normalidad de mi respiración me doy cuenta que aún voy conduciendo muy rápido y bajo la velocidad. Mi teléfono vuelve a sonar, mi padre ha estado llamando durante toda la noche.

Finalmente llegó a mi destino, un pequeño apartamento amoblado, está a quince minutos de mi nueva facultad, en realidad es una sede de la facultad en la que estaba antes, me he transferido sin contarle nada a mamá y espero mantenerlo así. Ahora estoy en otra ciudad intentando huir de lo que pasó y queriendo olvidar aquello que fue y ya no es. Aparco en el pequeño estacionamiento privado y me dirijo a mi nuevo hogar, todo está como la última vez que lo vi, aquí estuve con Ryan cuando cumplimos un año de novios, pasamos un fin de semana y prometimos volver pero nunca lo hicimos y ya no podremos hacerlo. Lo único que ha cambiado es el color de las paredes y algunos detalles. Entro a mi habitación y caigo rendida en un sueño profundo.

Gritos, sangre, veo a Ryan de pie y luego una bala impacta en su cuerpo, un cuerpo borroso que intenta agarrarme con sus manos sucias, silencio y luego el sonido de un helicóptero, veo unos ojos azules, alguien dice mi nombre y se escucha como un susurro que hace eco y se aleja cada vez más, mucha sangre y el cuerpo sin vida de Ryan.

Me despierto de un brinco sin saber dónde estoy, mi respiración es agitada y todo está oscuro, empiezo a llorar, y escucho el sonido de un teléfono, poco a poco voy ajustando mi vista a la oscuridad y recuerdo que estoy en mi nueva habitación. Contesto el teléfono sin mirar y solo cuando escucho la voz de Amy me arrepiento de haberlo hecho.

–¡Alex!...por Dios, como que te has ido?– limpio mis lágrimas aunque se que ella no puede verme y prendo las luces del apartamento.

–Voy a colgar– digo a secas, me duele hablar con ella.

–¿Estas bien, porque estás llorando?– su voz suena preocupada a pesar del tiempo ella sigue conociéndome muy bien. –Alex, esto es demasiado, sé que es muy duro para ti pero déjame ayudarte, no estás sola– cuelgo sin decir más y maldigo el sentimiento de culpa que me invade, nadie podría entender porque me fui lejos.

Primer día en la nueva facultad, se que no me esforcé mucho en arreglar mi aspecto, tengo ojeras, el cabello sucio y llevo pantalones holgados y un suéter.
Tantas miradas me hacen sentir incómoda y cuelgo mi bolso de manera ansiosa sobre mi hombro.

Entro a mi clase de taller de dibujo avanzado y aún no hay muchas personas en el salón, saco mi cuaderno de dibujos y acomodo mis cosas sobre el escritorio, una chica medio hippie con cabello rosa me observa y sonríe.

–¿Eres nueva o te atrasáste?– quiero decirle que no le importa pero eso no sería un buen comienzo, además ella está siendo amable.

–Me cambie de sede– digo la verdad a medias, no tiene porqué enterarse de que me atrasé por qué me secuestraron. Pensé que la charla quedaría allí pero la chica decide hacerse a mi lado.

–Oh, un gusto soy Mara– extiende su mano y niego con mi cabeza.

–Soy Alex– ella me mira confundida. –Bueno en realidad soy Alexandra pero me gusta más Alex– continúa platicándome de sus gustos y que vive en una de las residencias de la facultad, yo solo le cuento lo necesario nada más allá de lo básico. Las siguientes dos clases las tuvimos juntas y descubrí que era bastante buena con la pintura, nos separamos cuando en el primer receso se fue a comer algo.

Me dirigí a la cafetería pero al verla tan llena reconsidere la opción de irme a casa, pero tampoco quería ir allí, no tenía mucha hambre así que decidí buscar la biblioteca, está sede no era tan grande como la otra así que no tuve problema para hallar la biblioteca, tomé un libro cualquiera y me sumergí en el, no me ayudó mucho.

Siento como mueven mi cuerpo de manera suave y me quejo.

–Señorita– abro mis ojos lentamente y me encuentro con una señora de gafas. –Este no es lugar para dormir– se escuchan unas risitas al fondo y paso las manos por mi cara para eliminar cualquier rastro de sueño, me disculpo con la señora y salgo de allí no si antes echarle un ojo al grupo de chicos que se burlaron de mi.

Holaaa qué tal?
Nuevo capitulo, cosas diferentes, nuevos personajes, nuevo drama.
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ResilienciaWhere stories live. Discover now