Capitulo 16

47 7 14
                                    

Brays

Conduzco el auto de Alex y la observo de reojo, tiene su entrecejo levemente fruncido y los brazos cruzados, se que está algo molesta lo que no tengo claro es el porque.

Llegamos a su departamento y subo detrás de ella, no dice nada durante todo el camino, ya en su puerta me extiende su mano.

–¿Que sucede?– pregunto confundido, su nariz está un poco roja por llorar y porque hace mucho frío.

–Mis llaves– dice en tono serio, se las doy y abre, logro colarme antes de que cierre la puerta. –No puedes entrar, es tarde, deberías irte– realmente puede ser una chica valiente si se lo propone, su rostro serio demuestra dureza, es fuerte física y espiritualmente.

–Te ves muy mal, estas nerviosa, casi te asaltan, voy a quedarme aquí– no sé si pueda convencerla pero no quisiera que pase la noche sola, se queda en silencio y cuando intenta decir algo solo balbucea tontamente; punto para Brays.

Camina hasta la cocina y voy detrás de ella sirve un vaso de agua y saca una pastilla de la bolsa que trae en la mano, tiembla un poco y no es por el frío su departamento es bastante cálido.

–¿Tienes botiquín?– pregunto, ella me mira sus ojos claros lucen un poco cansados y tiene las mismas ojeras de siempre, aún así extrañamente me parece hermosa.

–Si, en el baño– vuelve a mirarme. –Yo iré por el– traga rápidamente la pastilla y va por el botiquín.

Saco algodón y alcohol para limpiar la pequeña herida en su rostro, ella me mira confundida.

–¿Vas a curar mi herida?– pregunta irónicamente, se ríe de su propio comentario y de cierto modo me duele como intenta hacerse fuerte a base de dolor. –Adelante inténtalo– tengo que bajar un poco mi cabeza, es alta pero no llega a mi estatura, paso suavemente el algodón por su mejilla y suelta un pequeño chillido. Con dos pasadas más su herida queda limpia y desinfectada.

Tiene una pequeña cicatriz en su ceja casi no se ve pero por la cercanía puedo notarla, sus pestañas son largas y tiene algo de pecas en su nariz.

–Ya, gracias por curarme– dice sacándome de mis pensamientos, carraspeo un poco avergonzado y tomo una distancia prudente.

–No fue nada– respondo con dificultad, se hace un silencio incómodo, es raro porque yo nunca me siento incómodo pero para empezar no se porque aún estoy aquí.

–¿Quieres un café?– pregunta mientras pone la cafetera.

–Si, está genial– voy al sofá mientras pienso en que algún día debo decirle que no me gusta el café.

Es demasiado abrumador estar con ella y no hablar, no suelen sucederme este tipo de cosas, pero con ella es diferente, tengo que ir con cuidado, no puedo fallar.

–Se te ha aliviado el dolor de cabeza?– consulto mientras bebo de a poco el café.

–Si, ya estoy mejor, solo un poco cansada– su respuesta me deja pensando si en realidad logra descansar, casi siempre la veo decaída. Observo mi reloj ya es más de media noche. –Es tarde ¿Cierto?– pregunta mientras se pone de pié, asiento con mi cabeza y la imito.

–Supongo que debes quedarte– no esperé ese comentario de su parte, Alex no confía, su cuerpo y mente viven alterados y la entiendo; probablemente pase el resto de su vida mirando por encima de su hombro; que de cierta forma me haya invitado me abre las puertas para el siguiente paso.

–Solo si te parece bien, si te sientes cómoda– me arriesgo a que cambie de opinión al decir aquello, pero sé lo que hago, refuerzo la confianza que me tiene haciéndole creer que le doy su espacio. Es algo bajo manipularla un poco, pero es necesario.

Me trae unas cobijas y me deja instalado en su sofá, luego se marcha a su habitación y escucho como le hecha seguro a su puerta; está bien debe protegerse, su institución la guía y debe obedecer, si no fuera por su resiliencia quizás hoy no estaría aquí.

Después de un rato, me levanto con cuidado las medias hacen que mis pies no hagan ruido, recorro lentamente el apartamento, reviso las ventanas y todo el apartamento en general, las posibles salidas o entradas. Vuelvo al sofá y decido dormir un poco.

Un grito lo suficientemente alto hace que despierte, abro mis ojos y me quedo quieto intentando escuchar aquel ruido de nuevo. Una vez más escucho el sonido, es Alex. Desenfundo el arma que llevo en mi tobillera y me acerco sigilosamente a la habitación de Alex, sus quejidos son fuertes al igual que sus sollozos, la puerta tiene seguro así que doy una fuerte patada y cede. Su cuarto está oscuro pero por la ventana entra un poco de luz. Recorro con mi mirada la habitación, no hay nadie, Alex está dormida, parece ser que tiene una pesadilla, su respiración es agitada y se mueve desesperadamente entre las sábanas.

Vuelvo a guardar mi arma y me acerco despacio a la cama, empiezo por sobar poco a poco sus brazos y empiezo a susurrar su nombre, deja de moverse y parpadea un poco aún con los ojos cerrados, su rostro está lleno de lágrimas. Cuando abre los ojos veo el dolor que transmite, estoy casi seguro que soñaba con lo que le pasó, empieza a llorar descontroladamente y me quedo abrazándola mientras intento calmarla.

Nunca pensé que estuviera tan mal, que estuviera sufriendo tanto y en silencio.

–Todo va estar bien, Alex– susurro y depósito un beso en su cabeza.

Hola!! Que tal? Capitulo narrado por Brays. ¿Que piensan? ¿Que pasa?
Alex sufre mucho 💔
No olviden votar y comentar, besos 😘

ResilienciaWhere stories live. Discover now