Capitulo 9

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Entro a mi hogar y al parecer nada ha cambiado, el sillón, las paredes incluso las flores de mamá parecen las mismas. Camino con mi madre a mi lado, no se separa de mí ni un solo momento y aunque sé que lo hace porque me quiere no puedo evitar sentirme algo molesta.

Finalmente subimos a mi habitación y tomo aíre antes de entrar, el olor tan familiar de mi cuarto me invade la mente de recuerdos, avanzo hacia mi nochero y me encuentro con una foto mía junto a Ryan, un nudo se forma en mi estómago. Me siento en el borde de la cama y observo a mis padres al pie de la puerta.

–Quiero saberlo todo– digo en tono firme y hablaba muy enserio, quería saber que había pasado, donde estaba Ryan porque nos habían hecho daño y sobre todo cuanto tiempo había estado en coma. Mis padres entraron por completo a la habitación, mamá se hizo a mi lado y mi padre se sentó en la silla de mi escritorio.

–Alex...tienes que saber que nada de lo que pasó es tu culpa, ni de Ryan– mantengo mi mirada en el, y aunque parezca demasiado fuerte mi corazón amenaza con salirse desbocado de mi pecho. –Cariño..lo siento..yo...yo no sé.. como decirlo– aún sigo mirándolo fijamente, mis manos sudán y siento que mi cuerpo tiembla. –Alex, Ryan no sobrevivió– puedo jurar que sentí mi corazón detenerse y luego volver a latir, creí haber escuchado mal y tenía la esperanza de que así fuera.

–¿Que estás diciendo?– mi mirada suplicante pedía que todo fuera una mentira pero papá negó dándome a entender que aquello que había dicho era la verdad. –No, no es cierto, como puedes decirme eso– me levanté de manera brusca y tomé el teléfono que estaba sobre el nochero, mi memoria no me falla y marque casi que sin mirar el número de la casa de Ryan.

–Alex no hagas eso– pedía papá aún sentado en la silla. –Por favor no te lastimes así– se levantó rápidamente y justo cuando escuché sonar la línea papá desconecto el teléfono. Mire a mamá buscando consuelo, entonces sucedió, me quebré en mil pedazos, sentí mi pecho vacío y la inmensa sensación de abandono, quería llorar pero no salían mis lágrimas, solo me quedé allí mirando a mi madre sin decir nada pero por dentro, mi corazón quedo sin vida, mi corazón se fue con Ryan.

Tocaron el timbre y mi corazón aún esperanzado quería creer que sería Ryan quien estuviera al otro lado de la puerta, baje a toda velocidad pero cuando abrí el rostro de Amy fue lo que me recibió, no pude más y me eche a llorar desconsoladamente mientras ella me tomaba en sus brazos, pero ni estar con ella que era mi mejor amiga me hacía sentir mejor, nada de lo que dijera lograría hacerme sentir mejor.

Después de eso nada volvió a ser lo mismo. Pase días, meses en negación, tuve problemas para dormir, comer, vivir. Nada era igual, no volví a hablarle a Amy, alejé a todos de mi y me encerré en mi propio mundo intentando encontrar a Ryan en el.

***

Actualmente.

Camino de un lado a otro intentando recoger mis cosas, las más importantes, empaco mientras mamá sigue detrás de mí pidiendo una explicación.

–Alex no puedes hacer esto, espera un momento– su voz se quiebra y siento algo de culpa pero ni siquiera me tomo la molestia de mirarla. –Al menos espera que tu padre llegué de su viaje– siento mucha rabia cuando hace mención de mi padre.

–¿Para que? Acaso ha estado aquí todos estos meses?– se queda en silencio. –Ya tienes tú respuesta, no le importó lo que me sucedió, no creo que le importe que me vaya de casa– a pesar de que he pasado meses intentando luchar y seguir con mi vida no puedo, no puedo seguir aquí, no puedo caminar por los pasillos de la facultad sin pensar en Ryan, extraño a Amy pero no la quiero cerca, no puedo estar en casa porque ya no se siente como casa, la relación con mis padres se fue abajo y si sentía que no podía me terminé de caer cuándo papá se fue a una misión apenas a los días que desperté en el hospital.

No he tenido el valor de ir a la tumba de Ryan y me negué mil veces a las visitas de sus padres, finalmente el padre de Ryan estuvo todo el tiempo pendiente a nuestro rescate y aunque se separaron tuvieron su duelo juntos apoyándose el uno al otro.

–Alex– la voz de mamá me saca de mis pensamientos. –No me hagas esto, no quiero perderte– sus lágrimas hacen correr su maquillaje.

–Lo siento mamá, pero no puedo– beso su frente y siento como me abraza fuertemente.

–Al menos dime dónde te quedarás– termino de recoger unas cosas y cuelgo el bolso sobre mi hombro.

–Cuando tenga la ubicación te llamaré– salgo antes de que la culpa me gane.

Conduzco directamente a mi destino, mis manos sudan y un nudo se forma en mi estómago; estoy muy nerviosa. Después de un corto trayecto aparco y bajo del auto, siento un leve mareo y mi visión se nubla, es la primera vez que voy hacer esto, camino en busca de la lápida que estoy buscando y me sorprendo cuando la encuentro.

Ryan Smith
1996–2019
Amado, hijo, amigo y compañero.

Nada es como lo pensé, no siento nada, solo un vacío en mi pecho, no lloro, ni grito como pensé que lo haría; por el contrario un ardor quema mi pecho y un nudo amenaza con hacerme vomitar.

–Hola...– hablo a la lápida de concreto, suena estúpido pero no lo es. –Perdón por tardar tanto...es que... todavía no...creo en esto– señalo la lápida. –Sabes, fue muy injusto Ryan, me dejaste aquí y te odio por eso– río de mis palabras y recuerdo las veces que le decía que lo odiaba por obligarme a hacer cosas tontas. –Pero te amo, te recuerdo siempre y te veo en todas partes... ahora me tengo que ir– sorbo mi nariz que ha empezado a moquear. –Pero nos veremos pronto, adios Ryan– dejo la tonta flor blanca que traje y que sé que se marchitará, y camino hacia el auto, antes de subir siento mi piel erizarse y la sensación de que alguien me observa, subo al auto ya se hace tarde.

Holaaaa qué tal? Capitulo triste pero necesario. ¿Que les pareció el capítulo? Lloraron mucho? Yo si, extraño a Ryan.
Dejen su voto y su comentario, les mando un abrazo virtual ♥️

ResilienciaWhere stories live. Discover now