Contrato de amor •|Kookmin AU|•

Entrando en papel

Narra Jimin

Creo que hay algunas cosas en este mundo que están marcadas en nuestro camino.

El destino está absolutamente fuera de nuestro control.

Y aquí estoy afrontando mi propio destino...
Ese que ya estaba escrito para mí y del cual espero me lleve a cosas buenas en el futuro.

Esa mañana de sábado mi madre me sacó temprano de la cama de mi Nana... Sí, había dormido con ella la noche anterior, ya que en el medio de la noche se desató una terrible tormenta sobre la ciudad de Busan.
Hasta el cielo estaba de acuerdo conmigo ese día y desató su furia. Como le tengo pánico a las benditos relámpago y sobre todo a los rayos, corro escaleras abajo para meterme en la cama de mi Nana... Ella me da seguridad.
Desde que llegué a esa casa siempre hice lo mismo, ya que mi madre jamás me abrió la puerta cuando pedía su consuelo.

El plan del día era ir de compras, pasar por algún salón donde me arreglaran el cabello y por la tarde teníamos cita con el Sastre para elegir el traje que usaría en la ceremonia de la boda. Al menos eso parecería que podría elegir.

Según ella debía comprar ropa más formal y algunas prendas de moda para acompañar a mi futuro "esposo".
Así que aquí estaba probándome todo lo que ella me tiraba literalmente en el probador para convertirme en un nuevo Jimin, alguien digno de portar el apellido Jeon.

—Madre... ¿El pantalón tiene que ser tan apretado? —nada de lo que ha elegido para mí es de mi estilo, obvio.

—Jimin deja de quejarte un poco. Desde que llegamos ni haces más que buscarle problema a cada prenda. —bufa ella—. Todo lo que he elegido para tí es divino y no quiero que uses más esos trapos horribles y extra grandes que te pones siempre. ¿Te imaginas lo que dirá la prensa si te ven así? Dios mío no quiero ni pensarlo. —dice con su típico tono melodramático.

—Pues no veo lo malo en mí estilo. Es simplemente ropa. No me define como ser humano. —eso es algo que nunca entenderé.

—Pues tú no entiendes nada niño... Allí afuera eso no interesa. Mientras más cara sea lo que lleves puesto más digno eres  Esto lo hago por tu bien, para evitar que la prensa vea el desastre que en realidad eres.

—¿Se supone que debería agradecerle el cumplido? —pregunto.

—Me lo agradecerás cuando veas la magnitud de exposición que tendrá tu vida ahora que te casarás con un Jeon... —me dice pellizcando mi mejill—. ¡Aaah y te aconsejaría perder unos kilos, eso ayudaría a que te vieras un poco más estilizado Jimin!

Otra persona más que deja a entrever que estoy gordo. Primero el profesor Lee y ahora mi madre. Un pisotón más a mi poca seguridad. Es ahi cuando se me enciende la lamparita...

—Madre... ¿Qué pasará con mis clases de danza? Yo no quiero dejarlas. —le digo en tipo suplicante.

—Por ahora seguirás yendo, luego más adelante no lo sé. Es algo de lo que los señores Jeon aún no han opinado. Queremos que ambos sean muy cautelosos con sus vidas, para no generar rumores, después lo que hagan de la puerta de su casa para adentro es netamente asunto suyo. —ella vuelve a perderse entre las perchas—. Pero ante la sociedad ustedes son una pareja de recién casados súper enamorados... Métetelo en la cabeza.

—No quiero dejar las clases, por favor. Estoy ensayando para un evento de la academia, es importante para mí.

—Hablaremos de eso con los Jeon luego de la cita en la sastrería... —me dice mientras me acomoda una camisa sobre mí torso.

—¿Ellos también irán hoy? —por favor de diga que no.

Si algo le faltaba para finalizar mí horrible tour en este sábado era su presencia.