Tú eres mi Paz

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Narra Jungkook


Mi mal humor va en aumento...
Soy consciente de eso.

Dejarlo ir me fue difícil, aunque debía hacerlo, es su sueño y no debo ser egoísta con ello, pero su ausencia me atormenta.

Trataba de ahuyentar los malos pensamientos que se cruzaban por mí mente.
En todos ellos estaban los mismos protagonista: Jimin y el maldito profesor Lee.

Odio a ese tipo...
Desde que Hoseok me dijo una tarde entre bromas que, por boca de Taehyung, se había enterado de que Jimin alguna vez tuvo una especie de crush con él, mi poca seguridad se había ido por el caño.
Yo era un tipo seguro, pero desde que estoy con él y experimenté de nuevo ese sentimiento al que tanto le esquivaba, los miedos otra vez invadieron mí mente.

Mi pequeño no sería capaz de engañarme, o eso quería creer.
Si sucediera no lo podría soportar, no de nuevo.

En la empresa estaba todo dado vueltas... Un problema en una de las construcciones terminó con dos obreros accidentados, así que luego de pasar por la clínica para ver que todo estuviera controlado, recuperé un poco la tranquilidad.
Por suerte solo resultaron ser magulladuras y una fractura en uno de ellos. Luego de desearles una pronta recuperación y de dejar al encargado de recursos humanos al pendiente, volví a mi oficina.

Estaba ensimismado leyendo una crítica sobre uno de nuestros trabajos en una revista de arquitectura, cuando mi celular comienza a sonar.

Al ver de quién se trataba en automático sonrío...

—Hola cariño... —es increíble como cambia mi humor cuando se trata de él.

—Hola... Te llamaba para avisarte que he llegado bien. ¡El hotel es maravilloso Kookie! —mi niño está feliz.

—Me alegro que llegaras con bien cariño... ¿Qué haces ahora?

—Mmm... no mucho. Desempacar y luego iremos a hacer reconocimiento de escenario. A la tarde es el ensayo general, así que me mantendré ocupado.

—Me llamarás esta noche, verdad? —en mi vida di tanta pena, soy patético.

—Claro que te llamaré, no lo olvidaré. ¿Todo bien por ahí? —me pregunta luego.

—Algunos problemas que resolver aún, pero nada que no se solucione.

—No me contestaste el mensaje.... —agrega de pronto.

—Lo sé, perdona. Es que justo en ese momento tenía ganas de salir corriendo tras ese auto y secuestrarte por el resto del fin de semana —soy sincero, lo pensé, era el plan perfecto.

—¡Kookie! —se queja—. Eres tonto...

—Este tonto te ama cariño... —escucho su risita tímida tras el teléfono y puedo imaginar su rostro mientras lo hace.

—También te amo Kookie, mucho. Te llamaré por la noche, sí? —no quiero que corte.

—Ok, esperaré por tí. Nos vemos, cuídate.

—Lo haré, tú también cuídate Kookie. —y sin más, así como así, corta.

Me quedo mirando el teléfono como un idiota y son unos golpecitos en mi puerta los que me sacan de mis cavilaciones.

—Adelante.... —veo a mi secretaria ingresar a mi oficina con una taza de café en sus manos.

—Con permiso señor. Aquí tiene su café... —lo deja sobre mi escritorio y antes de irse pregunta—. ¿Se encuentra bien, señor?

—Lo estoy, ¿Por qué lo preguntas?

—Es que es la tercera taza de café que le traigo en la mañana, usted nunca toma tanto café. —¿la tercera?

Contrato de amor •|Kookmin AU|•Where stories live. Discover now